En una carta abierta, la Federación de Acopiadores le pidió al presidente, Alberto Fernandez, que “debería apartar de su cargo” a quien le comentó que un argentino paga el asado igual que un ciudadano alemán, cuando Argentina, dicen, “ocupa el quinto puesto de la carne más barata del mundo”.
“Quien le haya comentado eso al Presidente tiene una ignorancia absoluta o una mala fe, que es peor”, dijo el presidente de la Federación de Acopiadores, Fernando Rivara a Infobae. El representante del sector de acopios también manifestó su preocupación por la disparidad entre el precio internacional de los granos y lo que recibe el productor. A esto, también se le suma la información que manejan las autoridades sobre el stock nacional de los granos y plantean una solución plausible a este flagelo.
La semana pasada, Alberto Fernández cuestionó el precio de la carne vacuna en el mercado interno y dijo no entender por qué los argentinos tienen que pagar el mismo precio por un kilo de asado que un alemán. Sin embargo, según el titular de la Federación, la Argentina está entre los 103 países con la carne más barata. El debate que surgió en medio de la suspensión de las exportaciones de maíz cayó mal en el sector porque dicen que este tipo de declaraciones “falsean la verdad y generan discordias”.
Lo mismo sucede con los precios internacionales de las commodities, en donde se trata de instalar que los productores argentinos venden los granos en dólares a precios internacionales, cuando por el maíz reciben $17.900 por tonelada y el precio internacional FOB es de USD 253 por tonelada. En tanto, por la soja cobran $29.900 la tonelada con un precio internacional de USD 550 por tonelada, indicaron en un descargo que hicieron desde esa institución.
“El tema del maíz es un tema que hace a las costumbres de comercialización del mercado interno, no todo el consumo interno tiene problemas de provisión de maíz. Sí, es cierto que hay algunos actores importantes para el consumo argentino que están preocupados, como es el caso de las avícolas que tienen problemas de abastecimiento”, observó Rivara.
En esta cadena, aseguraron, prevalece una conducta de compra, donde la oferta ya no la acepta. “Las compras a 45 días y una espera de 30 días más el mercado no lo acepta, ya no acepta demoras en el compromiso”, afirmó el titular de la Federación. Por otro lado, rescató que en el mercado local existen un sinfín de consumidores, entre ellos otras avícolas que no tienen problemas de abastecimiento y que ya trabajan a través de redes de confianza y previsión a futuro.
La solución al flagelo del desabastecimiento
Desde ese sector señalaron que un cronograma real de provisión de consumo de maíz para el mercado interno reduciría la especulación por el cereal. “Tenemos que empezar a ver mercados de futuros, acuerdos entre acopiadores, cooperativas avícolas para hacer entregas a largo plazo. Existen convenios con feedlots con entregas a mayo; esa gente no tiene problemas de abastecimiento de comida”, resaltó.
De acuerdo con la información que manejan, en la Argentina sobra maíz, soja y trigo, pero que “falta una estructura” para decir y decidir la cantidad de toneladas que se necesitan por mes para el consumo local. “Esto de levantarme un día y decir hoy quiero comprar tantas toneladas no va más. Hay que profesionalizar el control de compra de la materia prima en el consumo interno porque hay instrumentos para que todo el mundo se quede con maíz”, señaló.
En mayo del año pasado, el cereal cotizaba USD 140 con entregas para noviembre, ahora ese precio alcanzó los USD 210 por tonelada. Según sus cálculos, el fisco recaudará más de USD 2.400 millones por encima de lo presupuestado en materia de retenciones gracias a la suba de los precios internacionales. A su vez, ingresarán a las arcas del Banco Central más de USD 5.000 millones adicionales por el crecimiento de las exportaciones del sector.
“La Argentina viene de tener la segunda cosecha más grande de la historia: tenemos 52 millones de toneladas cosechadas; hay para abastecer los dos mercados (interno y externo). El tema es crear las dos condiciones para que el mercado interno continúe abastecido”, afirmó.
Por último, los acopiadores también celebraron la decisión del Gobierno de dar marcha atrás al cierre de las exportaciones de maíz en el contexto de la pandemia y la recesión. “Tenemos la enorme alegría de que al país le van a entrar más dólares por la suba de precios, pero nos preocupa la comida de los argentinos; que la gente que no sabe del tema le haya encontrado la curvatura al ciclo y que el que no conoce de esto empiece a buscar soluciones a los problemas reales”, sintetizó.
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