Una herramienta para obtener estabilidad y suba en los pisos de rendimiento

La empresa semillera alemana KWS -que cumplió 15 años de mejoramiento genético en el país- apuesta al desarrollo de híbridos que potencian las cualidades de este maíz y los prepara para afrontar las adversidades que puede conllevar el corrimiento de la fecha de siembra

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La siembra de maíz tardío es una herramienta ampliamente utilizada por aquellos productores argentinos cuyas explotaciones se encuentran en zonas con variabilidad climática o suelos no tan óptimos como los que se pueden encontrar en la zona núcleo de la región agrícola
La siembra de maíz tardío es una herramienta ampliamente utilizada por aquellos productores argentinos cuyas explotaciones se encuentran en zonas con variabilidad climática o suelos no tan óptimos como los que se pueden encontrar en la zona núcleo de la región agrícola

La siembra de maíz tardío es una herramienta ampliamente utilizada por aquellos productores argentinos cuyas explotaciones se encuentran en zonas con variabilidad climática o suelos no tan óptimos como los que se pueden encontrar en la zona núcleo de la región agrícola. La utilización de esta tecnología provee al productor argentino de mayor estabilidad en los rendimientos como así también permite un aumento en los pisos de los mismos.

En este sentido, la empresa semillera alemana independiente KWS -que en 2020 cumplió 15 años de mejoramiento genético en el país-, apuesta a esta modalidad con el desarrollo de híbridos que potencian las cualidades de este maíz y los prepara para afrontar las adversidades que puede conllevar el corrimiento de la fecha de siembra.

Así lo marcaron a Infobae el gerente de Marca y Producto de KWS, Federico Larrosa y el especialista, ingeniero agrónomo, responsable de mejoramiento genético del maíz tardío para la zona centro-norte de Córdoba, Alejandro Genin. Ambos comentaron sobre el portfolio de híbridos especializados de esta variedad, los cuales se adaptan a las condiciones propias tanto climáticas como de terreno y están preparadas para afrontar el ataque de enfermedades, hongos e insectos propios del período que va desde la siembra hasta su cosecha, asegurando un buen rendimiento.

“Lo que hizo el maíz tardío fue levantar los pisos de rendimientos en muchas zonas”, aseguró Larrosa. Según explicó, años atrás productores fuera de la zona núcleo implantaban su maíz en septiembre, teniendo el cultivo su período crítico en enero, siendo un mes este donde “no suele llover tan bien”.

En base a esto, “los productores de esta zona vieron que haciendo el mismo manejo agronómico que en la zona núcleo, su maíz caía (en su período crítico) en enero pero lloviéndole mucho menos, por lo que tenían una variabilidad de rendimiento mucho más grande. Eso hacía que no sea tan estable o predecible año a año. Ahí se empezó en varias zonas a mover la fecha de siembra”

A raíz de esto, Larrosa detalló que “en febrero llueve mucho mejor. Hay menos luz pero mejor agua. No eran los techos de la siembra temprana pero se levantaban mucho los pisos y eso en muchas zonas del país está muy bien visto” y puntualizó que los productores que están “en zonas más complicadas se dieron cuenta que sembrando en diciembre pasaban de techos de 12.000 o 14.000 kilos alcanzables a techos de 11.000 pero pasaban de 5.000 o 6.000 kilos a 7.000 u 8.000 kilos de piso”.

Para Genin, encargado de llevar adelante un programa de mejoramiento genético de los híbridos de maíz tardío adaptados a zonas del centro norte de Córdoba y la región, aseguró que “estos cambios en la tecnología traen aparejado una cantidad de cambios de cómo reaccionan los materiales o productos que venden las compañías semilleras como la nuestra a este ambiente. Obviamente comenzamos con este programa de mejoramiento en Córdoba hace más de 6 años”.

Sin embargo, el especialista aclaró que “optar por sembrar tarde los productos se encuentran con un ambiente que tienen otros desafíos respecto al maíz de siembra temprana. Estos desafíos son la sanidad de hoja, espiga y caña. Estas enfermedades atacan al maíz antes no se expresaban en tal magnitud. Por eso los productos que salen de programas de mejoramiento de KWS están adaptados a estos nuevos desafíos”, a lo que hay que sumarle problemas con hongos y con el gusano cogollero.

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Y agregó: “Otras características que tienen estos productos es mayor tolerancia al estrés térmico dado por el germoplasma que se utiliza en este programa de mejoramiento”.

Qué ofrece KWS al productor argentino

Bajo el lema “Llega temprano a la tardía”, KWS ofrece un porfolio de cinco productos especializados en esta tecnología, cuyo desarrollo genético aportan sanidad y protección a los cultivos.

Estos son el KM 3916 GLStack/VIP 3, que resulta “la mejor combinación de potencial y estabilidad”; su nuevo híbrido KM 4580 VT3P, que aporta “una excelente sanidad y respuestas a bajas densidades de siembras tardías”; el también nuevo K 9606 VIP3, el cual es un híbrido “con sanidad tropical para siembras tardías del norte argentino”; y por último otro híbrido especializado en ambientes restrictivos y que aporta estabilidad como el KM 4200 GLStack, especial para el oeste maicero.

Estas cuatro variantes ofrece al productor argentino altos rendimientos, sanidad de hoja y tallo, eventos triples de control de insectos, estabilidad de rendimientos ante ambientes variables, sanidad ante el Mal de Río Cuarto y versatilidad en fecha de siembra.

“Estas son nuestras propuestas para siembra tardía de híbrido. Son equipos de híbridos de protección, porque tiene tripe stack que tiene sanidad de hoja y tallo y que tienen altos rendimientos”, concluyó Larrosa.

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