Las producciones regionales en el interior del país lograron mejorar su nivel de competitividad, avalada por las buenas condiciones climáticas y el alza de los precios de los productos, aunque la situación económica juega en contra y deteriora sensiblemente su esquema de negocios.
Un informe del área de Economía de la Confederación Intercooperativa Agropecuaria Limitada (Coninagro), indicó que tras “el primer semestre del año, el clima pasó de bueno a situación de sequía en gran parte del país, en tanto que la baja de las retenciones en marzo sigue sin resolver los problemas de compras en el exterior, así como los problemas de incertidumbre en la compra de insumos hacia adelante”.
A octubre de 2020, la entidad expresó que la competitividad multidimensional de las economías regionales reportó un incremento del 1,7% de modo interanual, aunque el desempeño económico, fundamental para el desarrollo sectorial en el interior del país, se reporta “en retroceso”. Con el avance que exhibió dicho indicador, la competitividad logró recuperar terreno respecto a lo cedido durante los años 2018 y 2019.
Estas cuestiones serán evaluadas en el próximo Congreso internacional que realizará la entidad confederada de manera virtual, donde habrá un interesante debate e intercambio sobre producción sustentable de alimentos y la competitividad y también la situación que reportan los precios de las materias primas en las economías regionales.
Según los especialistas de la entidad, el resultado positivo que arrojó a octubre de 2020 el Índice de Competitividad multidimensional de Economías Regionales de Coninagro (ICER), se logró “a pesar de que el tipo de cambio real multilateral de la Argentina retrocedió durante los primeros seis meses de 2020”.
Más allá de la suba que registran los valores de las materias primas y granos frente a la pandemia y el incremento de la demanda internacional de alimentos, el mayor escollo para las economías en el interior de Argentina está dado por la situación económica. Allí la dimensión de Entorno Macroeconómico e Institucional fue la que mayor retracción exhibió, con una caída del 12% interanual, producto de la parálisis de la actividad económica que llegó a registrar en el segundo trimestre de 2020 la mayor caída del último siglo (ya que el PBI ofreció una merma del 19% en el último año).
En este contexto, los especialistas de Coninagro mencionaron que empeoraron las características de la dotación de mano de obra con la que cuentan las economías regionales. "Las mismas hicieron frente a una situación con mano de obra más pobre, con menor cobertura médica y sin mejoras en su nivel educativo, lo que termina por afectar la productividad de las mismas y la competitividad del sector en el largo plazo”.
Por otra parte, el desempeño económico de las economías regionales no logró escapar de la magra dinámica. En la primera parte de 2020 el desempeño de las economías regionales se contrajo 1,4% interanual debido al “fuerte rezago que experimentó el precio pagado a los productores frente a la inflación y a la caída del consumo interno”.
Factores que impulsaron el crecimiento
Más allá de esto, el incremento de la competitividad de las economías regionales radicó en el crecimiento de 4 de las 7 dimensiones que componen el índice relevado por Coninagro a octubre de 2020. Durante el primer semestre de este año, el sector agropecuario se desenvolvió en mejores condiciones climáticas que permitieron que la dimensión de Recursos Naturales mejorara 8,6% respecto a igual período de 2019.
En este sentido, luego de la fuerte sequía de 2018 y de inundaciones y granizo ocurridos durante 2019, el clima fue una condición favorable para los resultados productivos. Sin embargo, estos registros obedecen a estudios que abarcan el primer semestre del año, puesto que el factor climático empeoró notoriamente en los últimos meses, conduciendo inclusive a la declaración de Emergencia Agropecuaria en varias localidades afectadas y comprometiendo la competitividad de las economías regionales a futuro.
En lo que se refiere al segmento Externo, el mismo logró una performance positiva gracias al aumento de las exportaciones y a la mejora del precio de las mismas. Además, la reducción de las retenciones para varias economías regionales en marzo pasado (hortalizas, papas, algodón, cítricos, manzanas, uvas, vino, arroz, girasol, carne ovina, carne porcina, maní, entre otros) permitió que la competitividad-precios de los productos argentinos mejorara respecto a igual periodo de 2019.
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