El sector de la maquinaria agrícola experimentó un boom de ventas al cierre de la primera parte del año con la necesidad que tiene la agricultura de sostener un buen ritmo de trabajo más allá de la pandemia, y fogoneado por la oportunidad que abre el mercado externo. El despegue hubiera sido mayor si el sector hubiera contado con un adecuado esquema de financiamiento.
Solo en el período abril-junio y sin contar con líneas crediticias que podrían hacer una gran diferencia, la facturación de la industria metalmecánica creció un 106%, motorizada por la demanda interna y las ventas al exterior, en especial al Mercosur, Europa, Rusia y Australia.
Néstor Cestari, presidente de la Cámara Argentina de Fabricantes de Maquinaria Agrícola (CAFMA), destacó que el campo fue el único que estuvo activo desde el comienzo de la pandemia y esto promovió la compra de nuevos equipos. Además, sostuvo que el sector necesita contar con créditos que dinamicen aún más la actividad: “Es la única forma de invertir. El productor con el dinero disponible, tiene que comprar insumos, combustible, y semillas, y por ello todo lo que es maquinaria agrícola lo tiene que adquirir a través del crédito”, dijo.
En diálogo con Infobae, Cestari reconoció que ante las limitaciones que ofrece el mercado financiero local, la industria de maquinaria agrícola debió buscar diferentes alternativas para sortear la crisis y el contexto que plantea el coronavirus. Por ello, según indicó el titular de CAFMA, los fabricantes de equipos para el campo debieron crear sus propios esquemas de financiación propia y a cuotas a tasa cero para estimular la venta de la maquinaria.
En el segundo trimestre de 2020, según el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC), la venta de maquinaria para el campo alcanzó una facturación de $ 28.935 millones, cifra que exhibió un incremento del 105,8% contra igual período del 2019. El primer semestre cerró con un aumento del 76,2% interanual, con alzas significativas en todos los rubros: se constató allí la venta de 508 cosechadoras, de las cuales casi el 45% fueron de origen nacional. También se cerró la venta de 1.144 sembradoras y 3.095 tractores.
En el rubro venta de equipos de pulverización y fertilización terminó primera la empresa Metalfor. Eduardo Borri, presidente de la firma afincada en Marcos Juárez, Córdoba, aseguró que la performance alcanzada por la empresa es fruto “del esfuerzo que hemos realizado para mejorar en desarrollo, producción, calidad, venta y servicio post venta. Vendemos una de cada tres pulverizadoras y fertilizadoras en la Argentina, gracias a que podemos estar cerca del productor, acompañándolos en su decisión de inversión”.
“La confiabilidad y el bajo costo de repuestos -explicó Borri- hacen que seamos la primera opción de contratistas y productores. Además tenemos una flexibilidad mayor que el resto, con financiamiento a medida del cliente. La firma cuenta con su propia red de servicios y puede reacondicionar a nuevos muchos de sus equipos: el valor de reventa de los equipos es el más alto del mercado”.
También Javier Grasso, gerente comercial de Metalfor, explicó que “la principal característica del hombre de campo es ser eficiente, productivo y buscar el desarrollo. La maquinaría agrícola local ha mejorado muchísimo y esta es, junto a otras variables, lo que define la rentabilidad y sustentabilidad del agro argentino. En la empresa no nos sorprendió estar en el podio, ya que siempre estamos enfocados en la calidad y la diversidad del producto”.
Maquinaria agrícola y mercado externo
Néstor Cestari, de CAFMA, explicó que las fábricas de equipos agrícolas están trabajando “muy fuerte” con la Cancillería para “incursionar en nuevos mercados de África”. Aseguró que hay muy buenos proyectos para avanzar en mercados como Argelia, Marruecos, Túnez y Egipto, donde la exportación de maquinaria daría la posibilidad de conseguir mercados estables en el exterior.
Actualmente son cerca de unas sesenta empresas que exportan sus equipos a más de 35 países del Mercosur, Centro América, Europa, Australia y Rusia. Allí, los fabricantes no solo envían maquinaria y servicios post venta, sino que también exportan su 'know kow", es decir un “paquete” de conocimientos y tecnología, similar al que también aprovechan los agricultores en la Argentina para ganar en rentabilidad y en la obtención de buenos rendimientos y calidad de grano, a partir de cosechar con un equipamiento novedoso.
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