La industria molinera argentina atraviesa una “complicada situación” originada por el congelamiento del precio de la harina desde el 6 de marzo hasta la fecha dictado por el Gobierno nacional, en un contexto en el que la suba del precio de su principal insumo, el trigo, se ubicó en torno a un 25% en dicho período de tiempo. A este inconveniente coyuntural, se le suma las bajas exportaciones de la industria, las cuales de no aumentar de manera sustancial en el mediano y largo plazo, conllevaría el cierre de plantas molineras.
Así lo advirtió el presidente de la Federación Argentina de la Industria Molinera (FAIM), Diego Cifarelli, quien también ponderó la conformación del Consejo Agroindustrial Argentino (CAA), del cual su entidad forma parte, y remarcó la necesidad de que el plan desarrollado por la agrupación que contempla el aumento de exportaciones y puestos de trabajo, se convierta en ley. Asimismo, dijo molestarle las “mezquindades” de ciertos sectores del agro críticos de la iniciativa que reducen un plan de “transformación” a “una retención”.
En diálogo con Infobae, Cifarelli contó que el sector molinero “viene complicado” respecto al aumento de los costos de producción y al congelamiento del precio de la harina estipulado en el programa de Precios Máximos impulsado por el Gobierno nacional, que retrotrajo valores de determinados productos de primera necesidad al 6 de marzo cuando se dictó el inicio de la cuarentena el 20 del mismo mes. Días atrás, el Gobierno volvió a prorrogar el programa hasta el 1° de octubre, con un aumento en el valor de la harina del 4%.
“El sector está muy complicado con un trigo que está haciendo un buen trabajo desde el punto de vista del productor, que ha tenido un precio sostenido y que le devolvió la inversión realizada. Tenemos un trigo que está alrededor de los 16.000 pesos, pero el gran inconveniente lo tenemos nosotros porque tenemos el precio de la harina en pesos pisada desde el 6 marzo. Eso es un combo letal para cualquier sector industrial”, indicó Cifarelli.
Para Cifarelli, las fluctuaciones del precio del trigo en dólares y el proceso devaluatorio desde marzo a la fecha, que movieron el precio del insumo al alza torna la situación “inviable sabiendo que el trigo impacta en el 80% sobre el costo de la harina. No estamos hablando de una materia prima menos”.
“No podés tener 25% de variación - en el precio - de la materia prima y que nos hayan dado 4% - de aumento en el precio de la harina - hasta hoy. Estamos muy complicados y tratando de tener buen diálogo con los funcionarios y que lo vean. Yo entiendo que del otro lado está el tema inflacionario”, señaló.
Pero para Cifarelli, el sector tiene otros problemas más allá de los coyunturales y que radican en la necesidad imperiosa de aumentar las exportaciones de harina. Según detalló, hoy Argentina exporta 750.000 toneladas anuales, cuando, al mismo tiempo posee una capacidad instalada ociosa en torno al 50%. Por tal motivo, de no incrementarse las exportaciones en el mediano plazo, el parque molinero podría reducirse. “Queremos ver si podemos crecer en materia de exportaciones y pelearles a otros países, como Turquía y Ucrania, donde hubo planes similares al que estamos presentando - con el CAA - y todos salieron ganando”, propuso Cifarelli.
En base a esto, Cifarelli señaló que desde el sector existe la intención de exportar 2 millones de toneladas anuales en los próximos dos años y remarcó que “esto no es una opción, sino que es una obligación, porque de otra manera habrá que reducir el parque molinero con cierre de plantas porque no hay manera de tener 150 molinos para transformar los 5,5 millones de tonelada de trigo en harina” destinadas al mercado interno.
“Es imposible la supervivencia de los sectores donde vos tenes 15 días del mes donde tenes parada tu maquinaria. No nos vamos a volver locos. Yo creo que está sobredimensionado el parque industrial molinero para el consumo argentino”, concluyó.
Consejo Agroindustrial Argentino
La entidad que conduce Cifarelli, es una de las que integra el Consejo Agroindustrial Argentino (CAA) desde donde se desarrolló un plan para aumentar las exportaciones argentinas de USD 65.000 millones a USD 100.000 millones y crear 700.000 nuevos puestos de trabajo y que ya fue presentado al Presidente Alberto Fernández, a la vicepresidenta, Cristina Fernández de Kirchner, a gobernadores, funcionarios y diferentes espacios políticos, sindicales y empresarios.
Respecto a las críticas que recibió el CAA y el proyecto de parte de ciertas agrupaciones del sector, sobre todo, primario, Cifarellí contestó que “hay que esperar a que salga el proyecto a la luz, que lean la letra chica con lo que le impacta de lleno y después me dicen”, al mismo tiempo que afirmó que le molestan “las mezquindades de las formaciones cuando se critica desde la tribuna y, generalmente, critican los que nunca hicieron nada”.
“Me da bronca que se reduzca un trabajo tan importante que apunta a la transformación de la agroindustria argentina a una retención, porque la necesidad del país y la transformación es integral, no solo un retención. Para buscar consensos tenemos que ceder de un lado y del otro” y concluyó: “Tenemos que salir de la mezquindad de que como no pienso como vos en lo que sea, lo tuyo no sirve. Hay que buscar los puntos de encuentro. Este país no soporta más los desencuentros. Es un país que tuvo 22 años de crisis de los últimos 50. ¿Qué vamos a seguir haciendo? ¿Criticando? Arremanguemosnos y vamos a laburar. No tenemos opción”.
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