Las lluvias se hicieron presentes en la zona núcleo después de cuatro meses de una intensa sequía y el trigo fue uno de los cultivos que más se benefició, luego de arrancar la campaña con un prometedor pronóstico de producción, pero que con los meses se fue diluyendo. Así, las 200.000 hectáreas que ya se daban como pérdidas podrían tener una segunda oportunidad tras las precipitaciones.
Según un informe de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) la región comprendida entre el centro- sur de Córdoba y Santa Fe y el norte bonaerense recibieron, en promedio, 25 milímetros, tras 120 días sin que se produzcan lluvias significativas, lo que permitió que “buena parte de las 200.000 hectáreas más afectadas (por la sequía) podrán seguir hacia cosecha”.
Sin embargo, la entidad bursátil rosarina comentó que las últimas lluvias, que supieron dejar acumulados en la región que van de 15 a 50 milímetros, tuvieron “características muy poco comunes”. Y además: “Para empezar, los valores de precipitaciones registrados triplicaron lo que señalaban los modelos. Aparte, no hubo circulaciones importantes de humedad en los días previos y se dan sin el auspicio de los grandes forzantes oceánicos”, relataron los especialistas de la BCR.
Pero el punto más importante es la lentitud y la constancia con que cayeron las gotas de agua sobre los lotes de trigo de la región: “Fue un evento que se desarrolló en casi tres jornadas de lluvias muy suaves, ideales para que se infiltre cada milímetro en el suelo”. Esto permitió que en Chacabuco, provincia de Buenos Aires, en dos semanas se acumularan 115 milímetros, en Junín 84 milímetros y en Rufino, Santa Fe, 70 milímetros, registros récords para este período.
Sin embargo, desde la entidad indicaron que “es muy difícil saber qué puede pasar con el rendimiento este año. En casi todas las áreas estiman pérdidas que van de un 10% a 30%”, aunque “los técnicos apuestan por la recuperación y rindes aceptables si la oferta de agua se recupera de acá en más”. Esto tiene que ver con la tecnología, el manejo y el nivel de fertilización con la que los productores plantean sus cosechas desde hace cinco años en la región.
Las tan esperadas lluvias también abrieron un halo de esperanza para el maíz, cuyos trabajos de siembra empezarán dentro de dos semanas en la región. “Todo comenzará con la fertilización de los lotes para la siembra maicera en la semana próxima. Algunos quieren arrancar sin demoras el 15 de septiembre y otros esperan nuevas lluvias de 20 a 30 milímetros para animarse”.
No obstante, en las zonas más deficitarias (de humedad) advierten que “si las lluvias de septiembre y octubre no acompañan, algunos pasarán a soja de primera o se decidirán por hacer un maíz tardío en diciembre. Por ahora, la intención de siembra de maíz en la región núcleo sostiene una caída de un 7% respecto a la campaña 2019/20”.
Sin lluvias en el norte
El norte argentino no corrió con la misma suerte que las provincias del centro del país. Según la Bolsa de Cereales de Buenos Aires (BCBA) las lluvias en el NEA y NOA fueron de escasas a nulas y muy puntuales, lo cual agrava el déficit hídrico y complican aún más al trigo sembrado, pero por sobre todas las cosas, al período de siembra del girasol.
En lo que respecta al cereal, la entidad bursátil porteña detalló que el déficit hídrico que aqueja a esta región hace ya varios meses comprometió el crecimiento y desarrollo del cultivo, afectando el número de macollos por planta y generando espigas más cortas y que en estas zonas, donde el 71 % y el 46 % del área implantada respectivamente ya han superado el estadío de macollaje “casi no se han registrado lluvias en esta semana y a medida que pasan los días disminuye la capacidad de recuperación del cultivo”.
En el caso del girasol, la siembra se encuentra prácticamente paralizada en el NEA. Hasta el momento se sembró un 9,9 % del total proyectado en 1,5 millones de hectáreas. Si se llegan a producir lluvias en los próximos días, los trabajos de implantación podrían retomarse, pero ya fuera de la ventana óptima de siembra. En caso contrario, “caerá la proyección de siembra nuevamente, y se daría por finalizada la etapa con los lotes implantados hasta ese momento”, alertaron desde la bolsa porteña y agregaron que, en el caso de los lotes ya implantados “se comprometería aún más el estado del cultivo, en especial en aquellos lotes que se encuentran en expansión de hojas y que fueron alcanzados por las heladas de la semana anterior”.
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