Desde distintas entidades agropecuarias del área de influencia de los incendios en las Islas condenaron las quemas que se produjeron en campos y bañados próximos al Río Paraná, y lamentaron también el impacto que dicha situación tendrá en el ecosistema y en el medio ambiente del delta entrerriano. Sin olvidar el perjuicio que el humo de los fuegos provocan sobre la salud de los habitantes de las zonas aledañas, especialmente en el caso de la ciudad de Rosario.
Dicha posición fue expresada por la Sociedad Rural de Rosario, que preside Tomás Layus, y también desde la Sociedad Rural de Victoria, encabezada por Eduardo Grimaux, desde donde se indicó que gran parte de los incendios están vinculados a “la falta de control, la desidia y también la mala intención”.
Por otro lado, las entidades agropecuarias también condenaron las acusaciones realizadas “de manera generalizada y sin fundamentos a los productores agropecuarios, como responsables de los mismos”.
Directivos de ambas rurales recordaron que en las zonas de las islas entrerrianas no se siembra y en los últimos años mermó “notoriamente” la actividad ganadera debido a “la alta variabilidad” que proponen las crecientes y bajantes del Río Paraná, y sus afluentes. También consideraron como inviable mantener allí ganado debido al “permanente abigeato o robo de ganado vacuno en la zona”.
Los ganaderos en las islas explicaron que “no hay beneficios en la quema de los pastizales en estas áreas, debido a que los fuegos arrasan con los pocos pastos de invierno”, y además “provoca la destrucción de la infraestructura isleña”.
Los representantes de los productores denunciaron la constante y activa “usurpación de tierras y la dificultad que implica realizar controles en el área, tanto en los lotes privados como en las tierras fiscales y también sobre los ríos, por parte de las autoridades”.
Además se mencionó la situación que reportó sobre los pastos del lugar la constatación de una sequía prolongada, acompañada por una fuerte bajante del Río Paraná y la presencia de heladas que secaron el verde permanente en los lotes. Según se indicó por parte de los ruralistas, todo “genera una masa seca proclive a quemarse rápidamente ante un incendio en la zona”.
Por su parte, los productores ganaderos admitieron que la presencia permanente de hacienda vacuna ofrece “un efecto regulador de los pastos naturales”, aunque se reconoce que hoy “un menor rodeo bovino en el área provoca un exceso de pastos secos”.
Crítica a los funcionarios
Ruralistas de las localidades de Rosario y Victoria, aseguraron que “ante la gravísima situación, las instituciones solicitan a las autoridades provinciales, en esta situación de emergencia, acordar un programa de vigilancia y control a las quemas, identificar a los reales responsables de las mismas y ponerlos a disposición de la Justicia de forma inmediata”.
Por último, refirieron que “toda el área sobre la que permanentemente se suceden incendios naturales, accidentales o intencionales, se encuentra desde el 12 de abril de 2019, con la promulgación de la Ley 10.671 dentro de la zona declarada Área Natural Protegida, categoría Reserva de Usos Múltiples y se considera que la autoridad de aplicación de dicha norma es la Secretaria de Ambiente de la Provincia de Entre Ríos”.
En relación al proceder de los funcionarios, los dirigentes de la Federación de Asociaciones Rurales de Entre Ríos (FARER) respondieron en muy duros términos al ministro de Ambiente, Juan Cabandié, y lo acusó de confundir a la sociedad “con inexactitudes, mentiras y campañas ideologizadas” sobre los incendios en el Delta del Paraná.
El funcionario nacional aseguró en reiteradas oportunidades que las quemas de pastizales son intencionales y tienen como objetivo mejorar las pasturas o extender las fronteras productivas. Incluso presentó denuncias penales contra productores o arrendatarios de los campos en los que se registraron incendios.
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