La confianza de los productores agropecuarios sobre las condiciones financieras actuales y las expectativas continúa en caída libre desde julio del año pasado. Casi el 90% de los empresarios del agro encuestados por el Centro de Agronegocios y Alimentos de la Universidad Austral consideraron que los próximos 12 meses serán financieramente malos para el sector, al mismo tiempo que proyectan una caída en los márgenes de producción.
Asimismo, la encuesta reveló que el 86% de los productores observan con preocupación la intención del Estado de intervenir y expropiar la compañía Vicentin y el 60% consideró que la medida tendrá un impacto negativo sobre sus negocios en el sector, mientras que, respecto a la restricción en el acceso a dólares para la importación de insumos para el agro establecida por el Banco Central (BCRA), el 95% de los encuestados sostuvo que dicha decisión produjo un encarecimiento de los productos o un cambio en las condiciones de compra del mismo.
Así lo demostró la encuesta bimestral Ag Barometer realizada por la casa de estudios citada, que relevó la opinión de más de 400 productores con un valor bruto de producción igual o superior a los USD 200.000 sobre la situación financiera actual y futura de sus empresas, en base a las cuales construye un índice de confianza. Este índice tocó su mínimo desde que se realiza la encuesta (octubre de 2018), al posicionarse en los 48 puntos, muy por debajo de los 137 registrados en julio de 2019.
Condiciones presentes y futuras
La encuesta reveló que el 55% de los productores agropecuarios consideraron que su condición financiera es peor a la de hace un año, mientras que el 66% de los empresarios prevén que sus explotaciones estén peor en lo que respecta al aspecto financiero de acá a un año. Sin embargo, si se engloba las perspectivas sobre todo el sector agropecuario en los próximos 12 meses, el 88% de los encuestados proyectan malas condiciones financieras, a la vez que el 64% entiende que las mismas se extenderán por 5 años.
“Los productores continúan manifestando preocupación por su situación presente, a la vez que se siguen deteriorando las expectativas que tienen sobre el futuro. Prácticamente el 90% de los productores vislumbra que los próximos 12 meses serán malos tiempos en términos financieros, a la vez que casi dos tercios de los encuestados ven mayormente malos tiempos para el sector en los próximos 5 años. Esto es muy llamativo, especialmente en un contexto como el de la producción agropecuaria, que siempre tiende a embarcarse por la inversión y el desarrollo a largo plazo”, señalaron los especialistas de la Universidad Austral encargados de realizar el estudio.
Por otro lado, en términos de compra de equipamiento, si bien tres cuartos de los productores plantean que es un mal momento para realizar inversiones, “parece comenzar a reactivarse la disposición a renovar maquinaria para el segundo trimestre del año, con algunos indicios de recuperación en el sector de maquinaria agrícola, luego de un primer trimestre de notable caída en relación con el volumen comercializado en años anteriores”.
Márgenes de la próxima campaña
Otro punto que tocó la encuesta fue las proyecciones de los productores respecto a los márgenes de la próxima cosecha gruesa de granos en comparación con las previsiones que daban a esta misma fecha del año pasado. “En este caso se ve que los números del deterioro son considerables”, explicó la entidad educativa.
Así, en soja el 57% de los encuestados prevé que los márgenes se ubicarán cercanos al costo de producción; un 24% consideran que serán entre malos y muy malos; y un 20% cree que serán buenos. Este panorama de los productores es muy diferente a las proyecciones que realizaban un año atrás, cuando calculaban que el 52% de los márgenes serían buenos y solo un 8% esperaban que sean malos.
Las estimaciones sobre los márgenes de maíz se movieron en el mismo sentido que los de soja: el 49% consideró que cubrirá costos; el 26% estipula que estarán entre “malos” y “muy malos”, y un 25% esperan que sean buenos. Hace un año atrás la dinámica de las respuestas era la siguiente: el 64% preveía márgenes buenos; 12% muy buenos; 22% que alcanzaría a cubrir los costos y un 24% los esperaba como “malos” y “muy malos”.
Para el trigo, que se está terminando de sembrar, el 47% de los productores calcularon que los márgenes llegarán a cubrir los costos; un 34% espera que sean buenos y un 18% entiende que se ubicarán entre malos y muy malos.
“Evidentemente, si bien hace un año existía un problema de financiamiento, con tasas en pesos que estaban considerablemente altas, hay un mix de factores presentes en 2020 que han empeorado las condiciones económicas de los productores. El cambio en las alícuotas de retenciones, más el desdoblamiento cambiario que encarece mucho la dolarización de la liquidez, y finalmente las últimas medidas respecto a la restricción de compra de dólares para importación, que deterioran el precio y las condiciones comerciales para acceder a insumos, implican un ajuste severo en los márgenes y el negocio de los productores en términos generales”, explicaron desde la casa de estudios.
Preocupación por Vicentin
La situación de Vicentin ocupa gran parte de la agenda agropecuaria a nivel nacional y provocó una respuesta negativa de los productores para con las intenciones del Estado de avanzar en una intervención y expropiación de la cerealera en default que atraviesa un concurso preventivo de acreedores.
El relevamiento de la Universidad Austral concluyó que el 48% de los productores indicaron estar “muy preocupados” por la medida y un 38% “algo preocupado” al respecto, mientras que el 11% se mostró indiferente ante esta situación y un 3% se mostró de acuerdo. En la misma línea, el 46% consideró que la concreción de las intenciones estatales traerá un impacto negativo sobre su negocio agropecuario; un 14% indicó que será “muy negativo; un 37% espera un impacto “neutro” y un 2% entiende que será positivo.
En base a estos números, los especialistas de la Universidad entendieron que “en líneas generales hay una visión de mucha preocupación sobre el tema, a la vez que los productores vislumbran un impacto negativo en sus propios negocios agropecuarios, por la posibilidad de intervenciones que terminen afectando la dinámica y transparencia del mercado”.
Asimismo, explicaron que “se pidió a los productores que manifiesten tres palabras que les dispara la situación. En este caso surgen algunas expresiones tales como “preocupación”, “incertidumbre” o “desconfianza”, que reflejan que a los productores les cuesta mensurar el impacto de la intervención sobre la cadena en general y si esta será una estrategia gubernamental que pueda replicarse en otros casos”.
“Es necesario esperar el devenir del conflicto, para ver si efectivamente se concretan los hechos tal como se planteó originalmente o bien existe alguna alternativa morigerada. Más allá de estas variaciones el anuncio de la propia medida ha sido un factor generador de incertidumbre para las perspectivas de negocio de los productores”, remarcó.
Restricciones cambiarias
A partir de junio, el Banco Central endureció el acceso a dólares a las empresas para pagar importaciones, entre las cuales, se encontraban las compañías productoras y distribuidoras de insumos para el agro, generando, según los productores encuestados, faltantes, encarecimiento de los productos y cambios en las condiciones de compras de los mismos.
El 31% de los encuestados respondió que si bien los insumos están disponibles, son más caros; el 26% dijo que “se venden pero sólo en dólares, se cortó la financiación en pesos o las tasas ofrecidas no son atractivas”; el 20% contestó que “los insumos están disponibles, a precios similares a los previos, pero las condiciones comerciales son más duras”; el 18% sostuvo que “algunos de los insumos que habitualmente compra no están disponibles”; y solo el 5% declaró no haber tenido inconvenientes de ningún tipo.
Por otro lado, el Gobierno puso el foco en las liquidaciones de exportaciones, y esto llevó a que los compradores locales -que venían dando la posibilidad de no “pesificar” los negocios de grano entregados mientras pudieran manejarlo- comenzaran a pedir el cierre del tipo de cambio. No obstante, alrededor de 60% de los productores manifestó no tener este tipo de negocios, y entre los que tenían los mismos, solo 14% tuvieron que pesificar.
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