La pandemia y el aislamiento social modificó el consumo en los lácteos, y causó fuertes pérdidas para la producción de mozzarella y queso azul, que son los productos estrellas de la gastronomía local, hecho que motivó a las pymes lácteas, con el aval del gobernador santafesino Omar Perotti, a pedir la eliminación o reducción de las retenciones para comercializar en el mercado internacional el excedente de materia prima que proveerán los tambos en los próximos meses. Hay que recordar que las retenciones a las exportaciones de los lácteos tienen actualmente una alícuota del 9%.
Daniel Costamagna, ministro de la Producción de Santa Fe, comentó que el tema ya fue “conversado personalmente” con el ministro de Agricultura de la Nación, Luis Basterra, y agregó: “La idea es contar con una lechería más fuerte y en crecimiento con un importante componente exportador, ya que en el segundo semestre se contará con un excedente de leche y hay que trabajar de manera conjunta con la Secretaría de Comercio Exterior para tratar de fortalecer nuestras exportaciones”.
El funcionario santafesino indicó, en declaraciones radiales, que se acordó “plantear en los próximos días ante el gobierno nacional que se revea la cuestión de las retenciones a los lácteos que posibilitaría una mejor competitividad en el exterior y no sobrecargar el mercado interno con más leche, al tiempo que evitamos que entren en quebranto cientos de explotaciones lecheras”.
Por otro lado, luego de la salida del verano, la producción de leche en la Argentina registró en marzo pasado un volumen de casi 800 millones de litros, cifra que ya durante la temporada estival exhibió un alza del 7% interanual, y con un precio promedio para los tambos de $ 18, registrando un incremento del 78% contra marzo de 2019. Por su parte, el precio internacional bajó en torno a los 2.800 dólares por tonelada, y las empresas admiten que falta competitividad ya que al tipo de cambio oficial pueden vender su producción en el exterior a razón de 15 pesos por litro.
Al respecto, Javier Baudino, vicepresidente de la Asociación de Pequeñas y Medianas Empresas Lácteas (APYMEL), afirmó que “una solución sería sentarnos a evaluar cómo durante junio y julio podemos bajar las retenciones, que es lo que nos preocupa a las empresas lácteas justamente por el excedente de leche que comenzará a incorporarse desde mayo próximo al mercado. El productor lechero está preparado para producir más y el mercado no lo está para recibir esta materia prima”.
Exportaciones
En el período enero-febrero del 2020, las exportaciones de lácteos realizadas por Argentina alcanzaron las 61.404 toneladas (con un alza interanual del 17%), por un valor de casi 200 millones de dólares. Allí el 49% de las ventas externas se anotó la leche en polvo, con un 13% en sueros y 9% en mozzarella.
Para muchas pymes lácteas, habituadas a flexibilizar el destino que tendrá su producción, resulta vital contar con un mayor margen de competitividad para pujar en el mundo con los grandes competidores como Estados Unidos y Europa, donde hoy la leche se tira por falta de mercado.
Uno de los temas proyectados por las pymes lácteas es mantener los pagos a los tambos proveedores y en funcionamiento su estructura de producción con empleados que cuentan con un haber básico de $55 mil. La pandemia cambió los hábitos de consumo de la población que estuvo obligada en el último mes a aislarse masivamente en sus hogares: con el cierre de bares, restaurantes y locales gastronómicos, se redujo sensiblemente la producción de mozzarella, queso azul o bien dulce de leche.
A partir de esta problemática, muchas pymes tuvieron que flexibilizar su producción, y es por eso que el destino de la leche recibida se centró, además de leche fluida y larga vida, en la elaboración de quesos cremosos, crema de leche, y dulce de leche.
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