Un informe de la Bolsa de Cereales de Córdoba expresó que “a pesar del contexto internacional desfavorable y los cambios en los esquemas de las retenciones, el trigo, el maíz y la soja han logrado mejorar su poder de compra respecto al año pasado en un 18,2%, 7,0% y 1,2% respectivamente”.
En tanto comentó que “los insumos que más se abarataron han sido los fertilizantes, con caídas promedio del 14%, mientras que la atrazina y el glifosato han incrementado su precio”.
Según los especialistas de la bolsa mediterránea, “la abundante oferta de soja a nivel mundial sumado al impacto negativo del coronavirus y el aumento de las retenciones han tenido un impacto bajista en los precios de la soja y el maíz en pesos en los últimos meses”.
También se debe atender la desaceleración que reporta el alza del tipo de cambio oficial desde octubre pasado que amortiguó en parte la caída que ofrecen los precios en dólares de los principales productos agrícolas en el mercado disponible de la Bolsa de Comercio de Rosario.
Así, el valor del maíz se logró mantener prácticamente constante para la plaza disponible en Rosario contra igual mes del 2019 (con suba interanual del 0,6%) mientras que el precio de la soja exhibe un retroceso del 2,5% hasta tocar los 221 dólares.
La exportación movilizó el valor del trigo hasta alcanzar los 192 dólares por tonelada en marzo de 2020 en el Puerto de Rosario, cifra que resulta ser un 11% superior al valor obtenido en igual mes del año pasado.
Por ello, los especialistas de la Bolsa cordobesa consignaron que “ambos cereales”, en este caso el trigo y el maíz, ofrecen para el agricultor “una relación más favorable en términos de precios e insumos que la soja: en particular, los fertilizantes se han abaratado respecto a los granos, brindando una oportunidad para mejorar la sustentabilidad de los planteos a través de una mayor aplicación de estos”.
Próxima siembra
Cuando aún falta diagramar la próxima cobertura de trigo y lejos está definir qué sucederá con la campaña gruesa, los técnicos mediterráneos estimaron que “resulta relevante” analizar en detalle cual es la relación insumo-producto para especular sobre cual será “la conveniencia de calzar parte de la producción a través de la compra de insumos y de esta manera fijar parte de los costos de producción de la nueva campaña”.
Más allá de la ventaja comparativa que sacan los cereales frente a la oleaginosa, hay que reconocer que en un contexto mundial de crisis y baja de precios de los commodities agrícolas, actualmente los valores del trigo, maíz y soja han mejorado en el orden interanual, hecho que se nota justamente en la cantidad de insumos, como fertilizantes, insecticidas o fitosanitarios que se pueden adquirir respecto a la proporción que se registraba hace un año.
Para el maíz, la relación insumo-producto mejoró un 7%. Dentro de los insumos, los que más se abarataron con respecto al valor del cereal fueron el fosfato, la atrazina y la urea, llegando a disminuir un 17%, 13% y 12% respectivamente. Por el contrario, el glifosato incrementó la cantidad de maíz necesaria para su adquisición, requiriendo un 2,5% más que en marzo de 2019.
En soja, su poder de compra incrementó en promedio un 1,2%, principalmente por la reducción de grano necesario para adquirir dos de los principales insumos, el fosfato y el gasoil, con disminuciones del 11% y 6% respectivamente. Sin embargo, otros insumos han incrementado su precio relativo a la oleaginosa, como el glifosato y semillas, que ahora requieren un 6% y 3% más de soja que el año anterior.
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