El nuevo esquema que plantea un 33% de retenciones a las exportaciones de soja y sus derivados, presiona al negocio oleaginoso en el futuro cercano. Con los precios previstos para el poroto en el orden mundial y la pérdida de rentabilidad, según estimó el Departamento Económico de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires (BCBA), proyecta una siembra de la oleaginosa para la próxima campaña que sufriría una caída de 636 mil hectáreas.
“Al disminuir los precios recibidos en el orden doméstico y modificar la rentabilidad relativa, los actores cambian sus planes del negocio ante los nuevos escenarios”, planteó el informe de la Bolsa de Cereales porteña, al evaluar el impacto que tendrá el ajuste en las retenciones que está contemplado en el Decreto 320/20 que firmó esta semana el presidente de la Nación, Alberto Fernández.
Según el informe, las modificaciones realizadas por el gobierno nacional, “tienen un gran impacto en las cadenas agropecuarias”. Se estimó también que “la medida tendrá un efecto fiscal relativamente bajo para la campaña 2019/20, con 274 millones de dólares adicionales a lo que se estimaba que aportarían las seis cadenas de cultivos extensivos bajo el esquema anterior, llevando la recaudación a 11.598 millones de dólares, con las retenciones explicando el 51% de este total”.
Se descuenta que los ajuste propuestos tenga efectos sobre el área sembrada durante la campaña oleaginosa ya en curso, aunque sí lo tendrá sobre la intención de siembra que se propondrá para el ciclo agrícola 2020/2021, donde el área total se reduciría en 636 mil hectáreas en relación a lo que se hubiese obtenido en la Base (con el anterior esquema de 4 pesos por dólar), casi 120 mil hectáreas más a la caída prevista con el Decreto 37/2019.
Cambios
“El nuevo esquema modifica especialmente la situación esperada a la intención del área sembrada. Con el Decreto 230/20 es el cultivo de soja el que explica casi la totalidad de la caída del área, aunque respecto al alcance propuesto por el “Decreto 37/2019, se mejora la situación para el resto de los cultivos, con un esperado incremento para el caso puntual del maíz”, señalaron los economistas de la Bolsa de Cereales porteña.
Por otro lado, se consideró que la mejora propuesta para el caso maicero “no deviene de un beneficio a los productores del nuevo esquema, si no de la peor situación que enfrenta la soja, que lo hace un cultivo relativamente más atractivo de cara a la próxima campaña gruesa”
Para la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, “estas modificaciones se establecen en un contexto de vulnerabilidad de la producción agropecuaria, influenciado por un escenario de precios internacionales adverso, que incorpora a otros factores disruptivos como la Guerra Comercial entre China y Estados Unidos, la Fiebre Porcina Africana que afecta al mercado del sudeste asiático, y la desaceleración del crecimiento económico mundial por el avance del Coronavirus”.
Al evaluar la situación que reportará el esquema de tributos, los especialistas refirieron que las seis cadenas de cultivos extensivos, tales como soja, trigo, maíz, girasol, cebada y sorgo, proveerán un aporte previsto de 5.936 millones de dólares por el pago de retenciones, cifra que ofrece un aumento del 274 millones de dólares por vía del aporte del sector sojero, aunque con unos 56 millones de dólares menos que el incremento nominal obtenido.
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