Los economistas del IERAL de la Fundación Mediterránea, Valentina Rossetti y Juan Manuel Garzón, elaboraron un informe con la actualización de datos sobre el presente de la producción porcina, cuya actividad tuvo un freno durante este año por los efectos de la actual crisis económica.
El informe sostiene que la producción de cerdos “parece haber entrado en una meseta de la que está costando salir”, expresaron los economistas. Según los datos aportados, al cierre del presente año, la producción de carne porcina está en una tasa de crecimiento de entre 1,5% y 2,5% anual, mostrando una gran desaceleración en el ritmo de expansión que se traía desde hace más de una década, con un promedio de crecimiento del 8% entre 2007 y 2018.
Este menor dinamismo de la actividad, los economistas lo atribuyen a la caída de inversiones, la reducción de márgenes, las restricciones financieras, ciertas fallas en la implementación del IVA (saldos técnicos a favor en el IVA inversiones), y particularmente a la incertidumbre respecto al futuro de la economía de nuestro país.
“Todos ellos son factores que podrían ayudar a explicar por qué, habiendo interés y oportunidades de negocio en la cadena, sobre todo considerando el contexto internacional, las inversiones no se terminan por efectivizar”, dijeron los especialistas de la Fundación Mediterránea.
Consumo interno
En lo que respecta al consumo interno, el mismo se ubica en 15 kilos promedio por habitante, pero el informe aclara que la tendencia “es estable o a la baja”, y coincide con lo que está sucediendo en la producción e importaciones. Se proyecta para el 2020 un consumo en estos niveles o levemente inferior al del año pasado, “lo que es toda una novedad considerando que el mercado interno venía creciendo en 1 kilo por año desde el 2012 hasta el año pasado”, explicaron Rossetti y Garzón.
Por otro lado, en un escenario con costos que subieron e incluso a mayor ritmo que en el 2018, el informe refleja que los márgenes se recuperan de la mano del desempeño del precio del capón. En los primeros 11 meses el capón tuvo una suba interanual del 78%, que compara contra el 69% de los costos totales. Dentro de los distintos rubros de costos, la alimentación, que es el más determinante, sube al 69% interanual, por debajo de la energía (+80%) y la sanidad (+113%), pero por encima de la mano de obra (+50%) y el transporte (+57%).
De cara a la asunción del nuevo gobierno, hay incertidumbre en el sector porcino por la política económica y comercial que se implementará, y con la posibilidad que un aumento de las retenciones a las exportaciones de granos y oleaginosas podría derivar en un incremento de los costos de alimentación, y si se decidiera mayores retenciones a la carne vacuna, se podría reflejar en menores precios de hacienda y por carácter transitivo de sus animales competidores, como el pollo y el cerdo.
En este contexto, desde la Fundación Mediterránea, reclamaron “precisiones respecto de la magnitud de la carga extra, tributaria y/o regulatoria, que el próximo gobierno aplicaría sobre unos y otros productos”, ya que consideran que si los márgenes se estabilizan en los niveles actuales, si el crédito empieza a fluir en mejores condiciones y, si aparecen señales claras de las próximas autoridades respecto a que están dispuestos a acompañar el crecimiento de las exportaciones de carnes, “podrían volver las inversiones a la cadena, particularmente en granjas de escalas altas”.
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