En los últimos meses se ha profundizado la caída del consumo interno como consecuencia de un menor poder adquisitivo y los efectos de la inflación. En todo este proceso se habló sobre el aumento del precio de los alimentos, en especial los cortes de vaca y sus principales sustitutos, el pollo y el cerdo.
Un informe del Rosgan, el mercado ganadero televisado más importante del país, sostiene que en un contexto inflacionario que se ha prolongado en el tiempo, a lo que se suma la expectativa de mayores incrementos por los efectos de la última devaluación, se generan enormes distorsiones en los precios relativos. “En tiempos de inflación, los precios, además de aumentar, también pierden su referencia”, sostiene el estudio.
A modo de ejemplo, se comparó que actualmente un kilo de helado llega a costar casi el doble de un kilo de carne. En promedio, un kilo de helado artesanal en las heladerías ronda los $500 mientras que el valor promedio de la carne vacuna, tomando como indicador el último relevamiento de precios del Instituto de la Promoción de la Carne Vacuna Argentina –IPCVA– en GBA, Córdoba y Rosario, se ubica en $270 por kilo. Del mismo modo, un kilo de pescado, tomando como referencia uno de los más consumidos localmente como la merluza, cuesta igual que varios cortes vacunos –$290 por kilo–.
“Podríamos seguir con los ejemplos, como el queso fresco, la pasta fresca y varios productos más cuya diferencia sustancial no sólo reside en el precio sino en el tiempo de producción o elaboración que demanda cada producto y, asociado a ello, el tiempo de inmovilización del capital invertido”, sostiene el informe del mercado de Rosario.
Tiempo de elaboración
Sobre esta cuestión, el informe resalta que: “La elaboración del helado artesanal al igual que la pasta fresca demanda menos de un día. El queso fresco, por ejemplo, puede insumir en promedio una semana de elaboración, considerando su escaso tiempo de estacionamiento. En cambio, obtener un kilo de carne vacuna lleva meses”.
Por ejemplo, si se toma la categoría de novillito gordo terminado a corral, que es la que se destina al consumo mayoritariamente, solamente su proceso de engorde demanda unos 120 días. A eso hay que sumarle otros 7 días aproximadamente mientras pasa por la faena hasta que el corte de carne pueda estar dispuesto sobre el mostrador. Esto último, sin considerar el tiempo que demanda producir ese ternero que ingresa a engorde.
El informe además sostiene que desde que se le da servicio a la madre, nace la cría y hasta que finalmente llega a destete, hay que sumar otros 15 meses, lo que llevaría el ciclo completo a casi dos años. Dos años desde que el productor decide retener un vientre, preñarlo, criar el ternero, llevarlo a engorde y finalmente faenarlo, con el costo financiero e incertidumbre de mercado que ello supone.
Precios de la hacienda
En este escenario de incertidumbre, especialmente con el tipo de cambio, esta situación derivó en una caída de la oferta de hacienda en un 20%, y un aumento de todas las categorías en torno al 18% semanal. Los especialistas del Rosgan comentaron que esta menor oferta “no pudo sostenerse en el tiempo y ni bien volvió a aparecer los precios comenzaron a corregirse”.
Además, agregaron: “Aquí no sólo se retrajo la oferta sino que la demanda presionó fuerte para lograr abastecerse tempranamente. Como consecuencia de ello, el nivel general de precios se disparó en más de un 10% en la semana”.
De cara a los próximos días, se proyecta que el precio de la hacienda en términos reales “termine ajustando a medida que se recomponga el nivel de oferta, y la demanda se tranquilice nuevamente. Más allá de conocerse los resultados electorales, el contexto de incertidumbre persiste y se mantendrá vigente por varios meses. No existe plan económico que pueda corregir estas distorsiones de manera inmediata. Las expectativas del mercado juegan muy fuerte y están sumamente asociadas al nivel de confianza que puedan generar las políticas económicas adoptadas”, manifestaron desde el Rosgan.