En las últimas horas en la ciudad bonaerense de Balcarce, el presidente del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), Juan Balbín, presentó la estrategia de investigación para los próximos tres años, que está orientada a resolver problemas concretos del sector agropecuario y demandas de la sociedad, como también a dar apoyo técnico en la apertura de mercados externos.
El Plan del INTA está conformado por 10 ejes centrales que, mediante 97 proyectos, abordan los temas en los que trabaja el organismo en todo el territorio nacional, y donde se destaca el aporte que realizan los investigadores, y más de 2.500 profesionales externos de universidades públicas y privadas, el Conicet, organismos gubernamentales, escuelas, cámaras de productores, asociaciones, cooperativas, empresas y fundaciones, entre otros.
En la primera parte del proyecto se trabajó en la identificación de los seis problemas más relevantes para cada centro regional, de investigación y programa con los que cuenta el Instituto. "Definimos 264 problemas críticos a escala país con toda la territorialidad que tiene el INTA en sus 15 estaciones experimentales y nos enfocamos en 10 ejes temáticos", comentó Balbín, y agregó: "Si tuviera que definir la cartera programática en dos palabras serían: intensificación sostenible".
El trabajo está enfocado en hacer frente a un aumento de la demanda de alimentos que propone enormes desafíos para la producción. Según las proyecciones del INTA, en 2050 la población mundial alcanzará los 10.000 millones de personas, "esto será un verdadero desafío que hoy preocupa a los gobiernos debido a que, con los mismos recursos de tierra y agua, habrá que abastecerlos de alimentos y a la vez mantener la productividad del suelo y la sostenibilidad de los sistemas agropecuarios", dijo Balbín.
Los ejes para el futuro de la institución
La presentación del presidente del INTA estuvo enfocada en dar a conocer las propuestas sobre cambio climático, intensificación sostenible, y agregado de valor. Al respecto, Juan Balbín, manifestó: "A partir de la Cumbre de Líderes del G20, la Argentina acordó con los demás países miembros desarrollar estrategias en materia de intensificación sostenible y el INTA se ocupa de este compromiso, tomándolo como uno de los ejes de su cartera".
Pala la ganadería, el plan del INTA contempla proyectos que tienen por objetivo aportar eficiencia a la cría y recría vacuna en las diferentes regiones, además de reforzar la oferta de pasturas, forrajes conservados y forrajeras mega térmicas en sistemas ganaderos del centro y norte de la Argentina; y ofrecer respuestas para desarrollar sistemas silvopastoriles integrados y manejo del bosque con ganadería integrada (MBGI), entre otros.
Al respecto, el presidente del INTA sostuvo, "gracias al rol de nuestro organismo en el mejoramiento genético de las principales especies forrajeras, la Argentina se ubica entre los países que poseen grandes perspectivas de crecimiento debido al desarrollo de tecnología y de materiales con alta producción de forraje y excelente valor nutritivo".
Más allá de la ganadería, Balbín citó a algunos ejemplos como el de la empresa familiar Finca Verde de la ciudad bonaerense de San Pedro, la cual en mayo de este año realizó el primer embarque de batatas a Inglaterra. "Entre otras cosas, esa exportación no hubiera sido posible sin la investigación del Instituto de Patología Vegetal y de la Experimental del INTA en dicha ciudad para lograr plantines libres de virus, y el desarrollo de tecnología de cosecha y pos-cosecha para la asegurar la vida útil de las batatas en un container durante 25 días", destacó el presidente del INTA.
Por último, Fernando Andrade, investigador del INTA Balcarce, puso el foco en la necesidad de aumentar la producción y paralelamente reducir el impacto ambiental, y Ricardo Bartosik, especialista en pos-cosecha del Instituto, quien habló sobre el desafío que tiene el país para almacenar la producción récord de granos.
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