En el marco de las 46° Jornadas Trigueras Nacionales que se realizaron en la ciudad cordobesa de Leones, se reunieron los integrantes de la Mesa Nacional del Trigo. El encuentro contó con la participación del secretario de gobierno de Agroindustria, Luis Miguel Etchevehere. En este ámbito se analizó la situación de los productores, los avances para modificar la actual Ley de Semillas, la aplicación de Buenas Prácticas Agrícolas, entre otros temas.
Entre los integrantes de este espacio de diálogo se coincidió en reclamar políticas de Estado modernas y eficientes que promuevan la competencia y la transparencia. A partir de esto, Argentina tiene el potencial para crecer en la inversión y producción de trigo de manera sustentable en el mediano plazo y promover al agricultor en lo económico, social, ambiental y cultural y la búsqueda de un mayor agregado de valor a través de la calidad, mayores niveles de productividad, y con una retribución equilibrada en toda la cadena.
El campo respondió con un aumento de siembra y producción de trigo a la eliminación de las retenciones y las trabas aplicadas por el gobierno anterior para exportar. Semanas atrás finalizó una nueva campaña del cereal con una cosecha total de 19 millones de toneladas, la más importante de la historia.
Además, en los últimos años se recuperaron mercados internacionales, y nuestro país se volvió a transformarse en un “exportador confiable de trigo”. Brasil, nuestro principal comprador, retornó a sus niveles de importación. Más allá de este contexto favorable, los productores advirtieron que la vuelta de las retenciones y las elevadas tasas de interés “son los principales factores que van a condicionar las decisiones de los productores para las inversiones de la próxima campaña que comenzará en tres meses”, comentó Alejandro Ferrero, director de la Sociedad Rural Argentina.
Ferrero, durante el encuentro en Leones comentó: “La vuelta de las retenciones podrían provocar un freno en las decisiones de los productores. No queremos volver a vivir malas experiencias del pasado, cuando llegamos a sembrar en una campaña lo mismo que hace 100 años y los molinos de Córdoba tenían que traer trigo del sudoeste de Buenos Aires”.
Es por eso que se pidió la eliminación de las retenciones, ya que los integrantes de la cadena triguera consideraron que “son un impuesto distorsivo que desalientan la producción”. Y también el reclamo se extendió para disponer de “tasas competitivas para el funcionamiento de todos los sectores que forman parte de la cadena”.
En materia de transparencia, la cadena focalizó el debate en profundizar los controles, promover y facilitar el acceso a los mercados, revisar el sistema analítico de manera de asegurar la neutralidad, contar con un mapa de calidad de mercadería, utilizar laboratorios certificados, y garantizar el cumplimiento de las normativas vigentes. Además, se habló de consolidar la relación comercial con Brasil y trabajar en la apertura de nuevos mercados “no tradicionales”.
En el documento que firmaron los asistentes a la reunión, también se resaltó la relevancia de la cadena del trigo. En este punto se planteó la necesidad de jerarquización de la cadena resaltando su aporte a la economía, defender a todos los empresarios, poner en valor la importancia del cuidado de los suelos, promover las buenas prácticas agrícolas como manera de explicar el hacer las cosas y el orgullo de ser productores agropecuarios.
Los integrantes de la cadena de trigo se sumaron a muchos sectores de la producción agropecuaria que profundizaron en las últimas semanas el reclamo para que la cartera de Agroindustria vuelva a tener el rango de ministerio.
En relación al pago por calidad del trigo, Alejandro Ferrero sostuvo: “Necesitamos la puesta en marcha de una política integrada que tenga como objetivo garantizar de forma segura la comercialización de trigo por calidad, lo que implicaría un sistema de segregación de granos, infraestructura para almacenar los granos en forma segregada, un sistema de trazabilidad, buenas prácticas de manejo agrícola para asegurar la homogenización del producto, manejos y cuidados para mover y manipular los granos y el desarrollo e investigación de los mercados”.
Por último, se ha instalado desde hace días la polémica por el lanzamiento en nuestro país del trigo transgénico resistente a la sequía. El tema llegó hasta el presidente de la Nación, quien pidió una definición de la cuestión en 60 días. Hay sectores del gobierno que están a favor de la aprobación de este evento tecnológico, pero el secretario de gobierno de Agroindustria está en contra, fundamentando su rechazo en que Brasil -principal importador de trigo argentino- no lo compraría.
Esta semana se conocieron declaraciones de Rubens Barbosa, ex embajador y presidente de la Asociación Brasileña de Trigo (ABITRIGO), quien sostuvo que Brasil “no permite la producción o la importación de trigo transgénico”. Y agregó: “La producción y comercialización de transgénicos solo están permitidos para cinco productos: maíz, arroz, frijoles, soja y algodón”.
Sobre este tema, Alejandro Ferrero, representante de la rural, comentó: “No nos oponemos a la ciencia. No obstante, hasta tanto esté instrumentado un sistema de segregación de granos, observamos que dar vía libre al evento de trigo transgénico resistente a la sequía, pone en riesgo la reputación construida por los productores argentinos a lo largo de muchos año, posicionado como un proveedor confiable de trigo”.