El sector agro exportador y las economías regionales enfrentan un grave problema, según consignó la consultora Economía & Regiones: se prevé que los sectores perderán su competitividad debido a la fuerte presión impositiva, una inflación de entre 30% y 43% anual y un dólar que no se superaría la cotización de $50, -por ende, al concluir el 2019 de nada habría servido la depreciación del peso argentino por arriba del 100% durante el 2018-.
Según expresó Diego Giacomini, director de la consultora: “Hay que tener en claro que hasta que no se reduzca el Estado y se baje el gasto público, no se podrá eliminar y bajar impuestos. Sin eliminar o bajar impuestos, no hay chances de que el sector exportador, el agro exportador, las economías regionales y la economía en general, sean competitivos”.
Por ello, es que los especialistas de Economía & Regiones consignan que “el sector exportador de nuestro país tiene un gran problema” y reconocen que tras la fuerte devaluación que se registró durante el 2018 “no se ha beneficiado enormemente” con el ajuste cambiario y consideró además que sus efectos “desaparecen rápidamente”.
“Los problemas de competitividad no se corrigen con tipo de cambio, sino que el origen de los problemas de competitividad es la presión impositiva que deben enfrentar los actores de la economía local, recargada sobre productores, industrias y economías regionales, a través de la imposición, entre otros gravámenes, de las retenciones impulsadas a partir de septiembre de 2018”, señaló el informe.
Inflación y dólar para el 2019
De acuerdo al informe, a fin de año podrían existir dos escenarios diferentes en materia económica: uno “optimista” con una inflación del 29% y un dólar a $43 en diciembre y, por otro lado, otro “pesimista”, con un alza en el costo de vida del 43% y un tipo de cambio a $50 por dólar.
Además, “la voracidad fiscal” promovida por la gestión de Cambiemos, con la promoción de un ‘déficit fiscal primario cero’ sostenido en un 75% por una suba de impuestos y solo en un 25% por una baja en el gasto público, llevó a la administración de Mauricio Macri a “aplicar retenciones sobre el sector agro exportador y las economías regionales”. Así se impuso desde el cuarto trimestres de 2018 “una fuerte baja de la competitividad del precio, con un dólar planchado e inflación alta”.
Por sectores y producciones
En el caso del trigo, su competitividad creció un 48,2% en diciembre de 2015 y un 36,2% respecto a fines de 2017. Sin embargo, “la ganancia no fue mayor”, ya que los costos de producción del cereal se incrementaron un 85% en el 2018.
La soja con retenciones en el 28% promedio, le baja el techo de rentabilidad. Si bien a diciembre de 2015 crece un 15%, respecto de diciembre de 2018, solo aumenta un 5,8%. Allí pesa el hecho de que sus costos de producción también aumentaron un 85%, y que su valor internacional cayó un 10% en el último año.
Con costos de cobertura similares para el maíz, el cultivo apenas aumentó un 4% su competitividad respecto de diciembre de 2015 aunque creció un 17,3% respecto de diciembre de 2017.
Más allá del ‘boom exportador’ que exhibe la carne vacuna, su nivel de competitividad cayó un 4,4% respecto de diciembre de 2015, y sube un 25,5% contra diciembre de 2017. Hay que tener en cuenta que el precio internacional de los productos cárnicos decreció un 11% y sus costos aumentaron en promedio casi un 40%, pese a que esto es compensado por la mejora cambiaria.
El informe de la consultora sostiene que, más allá de la depreciación del peso respecto del dólar, hay tres sectores cuya competitividad se redujo a lo largo del 2018, para cerrar con una caída interanual: la pesca de merluza, la producción de peras y también de vino. Sin duda, por otro lado, las economías regionales que ganaron en competitividad durante el último año fueron la producción de azúcar, yerba, té, tabaco, maní, arroz, algodón, manzana, naranja y limón.
Las producciones perdedoras del 2018
Argentina es el quinto productor mundial de vinos. Hoy la competitividad es un 4,8% menor que diciembre de 2015 y la caída respecto de diciembre de 2018 es de un 22,9%. Allí hay tres grandes dificultades: el aumento de un 51,7% anual de los costos, una caída del 39,4% del precio internacional y el pago de retenciones de un 8% desde septiembre.
En la producción de peras, su competitividad cayó un 12,7% en el 2018. La devaluación no sostuvo al sector, que padeció la pérdida de un 21,5% del precio internacional y aumentos de costos de un 65% anual.
Por su parte, la pesca el mar argentino alcanzó a casi el desembarco en puerto de unas 780 mil toneladas durante el 2018, de las cuales solo en los primeros 11 meses se vendieron al exterior casi 450 mil toneladas. Allí la competitividad cayó un 5% desde que asumió Mauricio Macri en el 2015, aunque durante el 2018, este indicador casi logró mantenerse estable, con la baja de un 0,6% anualizado.
Durante el último año, los costos subieron un 100,5% y además debió afrontar el pago de un 8% de retenciones.