La producción de aceite de oliva en el interior del país retrocede de manera abrumadora. En Catamarca, solo queda el 20% de los productores que hace un lustro. La suba en los costos dolarizados y el incremento de un 200% que registraron desde el 2015 las tarifas eléctricas nominadas en dólares -un servicio necesario para bombear agua en las fincas-, son cuestiones que fuerzan a la olivicultura al abandono de la actividad.
“Estamos en condiciones de explotar literalmente”, aseguró a Infobae Julián Clusellas, presidente de la Federación Olivícola Argentina (FOA). Frente a la crisis que ofrece la producción de aceite de oliva, agregó: “La matriz de costos versus producción de aceite es negativa en casi todas las provincias”.
Según Clusellas, las fincas que cuentan con agua en superficie, de río o reservorio, como San Juan y Mendoza, se encuentran exentas de esta problemática. En provincias como La Rioja o Catamarca se pagan tarifas de aproximadamente u$s 900 por hectárea, cuando en el 2015 se abonaban entre 300 y 400 dólares.
Además, el representante de la producción comentó que “lejos de vivir un boom, tal como aseguran desde el ámbito oficial, estamos en condiciones de explotar. Hay regiones óptimas para obtener hasta 10 mil kilos de fruta por hectárea y por año, pero la producción de aceite de oliva enfrenta problemas en todo el país. Por eso, hay lugares que se han abandonado, como en Chilecito y La Rioja Capital, en Media Agua en San Juan y el Valle Central en Catamarca. En esta última provincia solo queda un 20% de los productores instalados allí originariamente”.
Según los productores olivícolas, el incremento de las tarifas de electricidad, por la necesidad de extraer agua para riego de pozos a 150 o 200 metros de profundidad, y sumado a otras dificultades en materia económica, tales como el tipo de cambio, impuestos y falta de financiamiento, hacen “inviable” la actividad y los dejan fuera de mercado, ya que no es posible cubrir los costos.
La producción de aceitunas resiste la crisis
El presidente de la Federación Olivícola Argentina aseguro que “la producción de aceitunas de mesa se logra pagar un poco mejor, y está en otra situación. Allí el agua le llega al cuello y no le tapó la nariz todavía como si sucede con la elaboración de aceite de oliva. En el exterior la aceituna se pagaría entre 0,60 y 0,65 centavos de dólar, valores que permiten sostener la actividad, algo que no pasa con la producción de aceite”.
En lo que respecta a la aceituna, el 80% de la producción local tiene por destino la exportación. El nivel de ventas se ubica en niveles históricos, y lejos del boom exportador que se registró en el 2015. “Hoy con las retenciones, no sirve vender al exterior, ya que con el precio que se obtiene, el industrial pierde bastante dinero”, reconoció Clusellas.
Buena relación con Agroindustria, pero sin resultados
Para Clusellas, la relación con las autoridades de la Secretaría de Gobierno de Agroindustria es excelente, dado que el diálogo es permanente, aunque cuando desde el sector olivícola se presentan programas para reconvertir los sectores electrodependientes, las respuestas no son las esperadas.