Las principales zonas productivas de la Argentina están atravesando un momento muy complicado por precipitaciones muy intensas y con grandes volúmenes, en un escenario donde comienza a definirse el rendimiento de la soja. Hay deterioro en los cultivos y son cada vez más las hectáreas afectadas por los excesos hídricos.
Por estas horas las precipitaciones se concentrarán en el sur de Buenos Aires, Córdoba, Santa Fe y Entre Ríos. Las mismas dejarán acumulados de entre 40 y 60 milímetros. Las lluvias de la primera semana de febrero tendrán como epicentro el norte del país.
Frente a este panorama, el Dr. en Cs. Atmosféricas, José Luis Aiello, referente del área de clima de la Bolsa de Comercio de Rosario, pronosticó que después de la segunda semana de febrero cesarían las precipitaciones, que hasta ese momento seguirán siendo por encima de lo normal.
Aiello dijo que el alivio de las lluvias "van a contribuir a bajar la gran presión hídrica que domina a todas las provincias de la región pampeana y al norte del país. Hasta el momento los mecanismos que favorecen a las lluvias están muy activos. Del Pacífico, se prevé que El Niño nos acompañe hasta el fin de la campaña. El Atlántico también se suma con ingresos de aire húmedo desde el este. De todas maneras, insiste en la gran inestabilidad que tiene la atmósfera y en que se presentarán pulsos secos durante febrero".
"Hay una enorme preocupación en el sector. Las napas altas encienden la alarma, ya en enero, por la gran vulnerabilidad a las lluvias de marzo y abril en cosecha", comentaron desde la Bolsa de Comercio de Rosario, a lo que Aiello agregó: "Es muy probable que el alivio llegue cuando entremos en febrero en forma de pulsos secos y calientes. Se espera que den un respiro de las lluvias y contribuyan a bajar la gran presión hídrica que domina a todas las provincias de la región pampeana y al norte del país".
Recordemos que en el último informe de la Guía Estratégica para el Agro de la Bolsa de Comercio de Rosario, el panorama para la soja era complejo por el efecto de las precipitaciones. Entre las 40.000 hectáreas de soja de primera que faltaban resembrarse y las 145.000 hectáreas con soja de segunda que quedaban por sembrar, las lluvias le restan a la región núcleo 185.000 hectáreas.