En la actual campaña, las heladas tardías afectaron al cultivo de trigo, ya sea dañando las espigas o provocando una baja en los rendimientos. Con el objetivo de minimizar este efecto, un grupo de investigadores del INTA Balcarce diseñó una herramienta que permite estimar el perjuicio provocado por este fenómeno climático en el cultivo.
"La idea fue tratar de definir con mayor precisión la relación entre las pérdidas en el rinde y las características meteorológicas de las heladas", expresó Diana Martino, tesista doctoral de la Facultad de Ciencias Agrarias de la Universidad Nacional de Mar del Plata. Y agregó: "Para esto, cuantificamos el nivel de daño generado por heladas naturales en distintos estados de desarrollo de la espiga trigo".
El modelo, desarrollado por investigadores del INTA, está basado en las leyes de conducción de calor y fue construido a partir del análisis de datos relevados con heladas naturales en cultivos mínimamente alterados.
También considera el efecto de heladas sucesivas, los cambios de susceptibilidad de los distintos estados de desarrollo de la espiga y la heterogeneidad de estado de desarrollo que presentan las espigas de un cultivo de trigo.
“Estas características dan mayor precisión y más posibilidades de uso que la de los modelos previos”, destacó Pablo Abbate, especialista en cultivos de invierno del INTA y uno de los creadores
Ensayos
Se realizaron tres ensayos en campo y se evaluó el daño provocado en una misma secuencia de heladas en las espigas de trigo con diferentes estados de desarrollo.
Los especialistas llegaron a la conclusión que si el productor adelanta la fecha de floración del trigo "tendrá mejores rendimientos, reduciría la probabilidad de sequía, aumentaría la eficiencia de uso del agua, contribuiría a anticipar su cosecha y a sembrar un cultivo de segunda y también incrementaría el riesgo de heladas perjudiciales".
Además, durante el estudio se encontró que la duración del período de máxima susceptibilidad a las heladas fue mayor cuanto más severas resultaron: "Las heladas produjeron daño a partir de -1.5°C medidos a la intemperie y a la altura de las espigas, a un metro del suelo aproximadamente", precisó Abate. Sin embargo, el análisis de los datos demostró que la duración de la helada fue más importante que la temperatura mínima alcanzada.