La Cámara Argentina de Fabricantes de Maquinaria Agrícola (CAFMA) presentó los resultados de una encuesta sobre la situación que atraviesa el sector, que refleja una fuerte caída en la producción y ventas. Según la entidad, esto se debería fundamentalmente a los problemas que hay de acceso a financiamiento con un mercado que se presenta con elevadas tasas de interés.
De acuerdo con CAFMA, las principales causas de esta situación son la falta de financiamiento, pero también aparecen los efectos de la sequía, el valor de los granos, la baja en la producción agrícola y el impacto de la devaluación.
"Todo esto ha producido una fuerte baja en la fabricación e importantes niveles de stocks, lo cual comenzó a tener influencia negativa en el empleo, con perspectivas desalentadoras dado que el estudio indica que entre el 22% y el 25% de las empresas decidirán en el corto plazo instrumentar reducción de jornada, suspensiones, inicio de PPC, etc. Todo esto debe ser resuelto para no profundizar la situación", dijo Raúl Crucianelli, Presidente de CAFMA en un comunicado.
El informe advierte que "en relación con la caída registrada del 30% en 2018, y las proyecciones registradas en la presente encuesta, el sector puede perder en los próximos meses 7.000 puestos de trabajo".
La encuesta reveló 8.000 puestos directos en 127 empresas en 2018, mientras que durante 2017 el sector de la maquinaria agrícola tuvo 16.000 personas contratadas de manera directa y 6.600 indirectos aproximadamente.
Problemas laborales
Ante la baja en las ventas, el 81,4% de las empresas encuestadas aplicaron reducción de horas extras, el 19,8% reducción de jornada laboral, el 9,3% despido de personal, el 4,7% implementación de REPRO, y el 2,3% suspensión de empleados.
La pérdida de estos 7.000 puestos de trabajo, considerando ingresos por 30.000 pesos brutos mensuales, equivalen a 210 millones de pesos mensuales que no ingresarán a la economía. Si a esto se le suman las cargas sociales, el fisco perdería 73 millones de pesos mensuales.
Además, hay que tener en cuenta el impacto que esto tendría en los pueblos y ciudades del interior donde están radicadas estas empresas, que se han transformado en uno de los principales motores económicos, donde más del 80% de las mismas están instaladas en poblaciones de menos de 30.000 habitantes.