En la víspera del Día Internacional del Huevo, productores reclaman por el 30% de presión impositiva

Duro, pasado por agua, poché, revuelto, frito, mollets, nube, y las variantes pueden continuar. El segundo viernes de octubre, en el mundo se celebra el Día Internacional del Huevo, un alimento completo que proporciona una fuente óptima de proteínas, aminoácidos de cadena ramificada y una variedad de vitaminas esenciales y minerales. En este sentido, la Cámara de Productores Avícolas de la República Argentina (CAPIA) destaca el crecimiento sostenido del consumo en el país que ya supera los 280 huevos por habitante, por año.

No obstante, en el inicio de la cadena, los productores avícolas enfrentan grandes dificultades en cuanto a la gran presión impositiva y el aumento de la estructura de costos debido a la suba del tipo de cambio. Al respecto, Infobae dialogó con Javier Prida, presidente de CAPIA, quién conoce la situación del sector mejor que nadie.

Impuestos al huevo

Según detalló Prida, el huevo tiene 21% de IVA, en algunas provincias Ingresos Brutos que van desde el 5,5% al 1,5%, tasas de seguridad e higiene que cobran algunos municipios y que no brindan ninguna contraprestación y llegan al 1,5%, impuesto al cheque, entre otros. "Cuando se empiezan a sumar todas esas alícuotas, se alcanza una carga impositiva fija de alrededor del 30%", enfatizó el titular de CAPIA.

Desde 2011, la Cámara viene luchando por la rebaja del IVA, y en este sentido, explicó: "Si se rebaja el IVA al sector, se producen tres hechos fundamentales. En primer lugar, se deja de darle premio al que lo evade porque el huevo es como los combustibles, no tiene precio más IVA o sin IVA, cuando se va a comprar ya tiene el IVA incluido; entonces, al bajar la alícuota del 21% al 10,5%, aquel que es informal, teniendo una alícuota tan baja, va a pensar dos veces si lo va a evadir o no".

En segundo lugar, consideró que esa rebaja del IVA se traslada automáticamente al precio del consumidor, es decir, en góndola habría una merma del precio del huevo, y en tercer lugar, enfatizó: "Muchísimos productores que hoy trabajan de manera informal, al tener una alícuota del 10,5% se meterían solos dentro del corral, y eso significa tener empleados en blanco, comprar todos los insumos en blanco, y así, se genera un circuito virtuoso".

Prida insistió una y otra vez en la rebaja del IVA y planteó la siguiente ecuación: "Más alta es la alícuota del IVA, más evasión existe porque el premio y la tentación es grande; más baja es la alícuota, más gente se va a blanquear".

Injusta competencia

"Lamentablemente, en once meses la secretaría de Agroindustria nunca la convocó, y la promesa fue de Agroindustria, de Luis Miguel Etchevehere", reprochó Prida. A su vez, agregó que en la mesa no sólo se abordaría la cuestión del IVA, sino también, otros temas pendientes como por ejemplo: la defensa de la competencia.

Preocupación por los costos 

Si bien la suba del tipo de cambio beneficia a los sectores exportadores, como el caso de la agricultura, hay otros que se ven perjudicados porque aumenta el costo de los insumos como sucede en el sector avícola. Al respecto, Prida se mostró muy preocupado y manifestó: "Tenemos el maíz y la soja atado al dólar. La soja nos subió un 30% y el maíz un 25%. Estamos muy preocupados porque no pudimos trasladar ese costo total de insumos biológicos, de genética y de vitaminas al producto final".

Al ponerle números a la situación, explicó a Infobae que en mayo vendían la caja de huevo que tiene 30 docenas (360 unidades) a USD 30, con el valor del dólar hoy se torna dificultoso vender manteniendo ese precio en dólares, y argumentó: "Porque USD 30 con un dólar de $25 en su momento eran $750, si se tuviese que cobrar la caja a USD 30 con un dólar de $38, serían $1.140, y la estamos cobrando $900, o sea que estamos un 25% por debajo".

Por otro lado, si bien hay un leve freno en el consumo doméstico que aún no se nota, Prida destacó que "debido a la suba del tipo de cambio existe un incremento importante en el consumo de las industrias, porque muchas de las que procesan huevo, comenzaron a exportar con este dólar competitivo a países limítrofes". Sumado ello, en agosto- septiembre comenzó la temporada del budín y pan dulce, por lo tanto, esto hace que lo que no están vendiendo al consumidor final lo vendan a la industria, que en cierta medida se lo vende al consumidor final.