Bajo el lema "Agroindustria: Transformación de Modelos", Infobae organizó ayer un evento del que participaron diferentes referentes de las actividades ligadas directa e indirectamente con el campo argentino. El encuentro tuvo lugar en el Hotel Four Seasons, fue moderado por el periodista Luis Novaresio, y durante el evento se abordaron los temas que más preocupan al motor de la economía argentina.
De cara al futuro, en la apertura del encuentro, el secretario de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación, Guillermo Bernaudo, expresó: "Vamos por una cosecha récord, la exportación de carne creció 71%, y de esta manera demostramos que la competencia de la exportación con la mesa de los argentinos no existe".
En relación con la expectativa de la nueva campaña agrícola 2018/2019, el funcionario apuntó: "Seguramente los 8.000 millones de dólares que se perdieron la campaña pasada por los efectos de la sequía, van a estar, y el movimiento que significa detrás de esto, no es un camión de soja, hay un montón de gente que está atrás como un taller, un gomero, el uso de celulares, y mucho más".
Al ser consultado por las modificaciones en el esquema de las retenciones, Bernaudo respondió: "El plazo formal es hasta 2020. Fue un esfuerzo que se le pidió al sector que menos sufrió este problema de la devaluación, no que salió favorecido. En esta oportunidad, por primera vez también se hace en forma transversal para toda la exportación".
A casi un mes del anuncio del nuevo esquema de derechos de exportación, y sobre la relación del Gobierno con los sectores de la producción agropecuaria, el representante de la Secretaría de Agroindustria señaló: "El vínculo sigue abierto. El presidente de la Nación participó de un evento organizado por CRA, que había sido la entidad que más criticó la medida, y estuvo ahí poniendo la cara. Los vínculos se van a reconstruir. Creo que los sectores exportadores entienden la situación, y el camino es solamente solucionar la macroeconomía".
Producción, Innovación y Desarrollo
El primer panel del evento se denominó: "La producción, innovación y desarrollo". Participaron del mismo Gustavo Idígoras, presidente de la Cámara de la Industria Aceitera de la República Argentina (CIARA) y del Centro de Exportadores de Cereales (CEC); Marcelo Baccini, director de Negocios de Ternium Argentina, y Marcos Capdepont, gerente del Negocio Agro de YPF.
Con respecto a las recientes medidas anunciadas en materia de política económica, Idígoras fue claro y contundente: "Hemos encontrado un canal de diálogo con el Gobierno, pero no que brinde respuestas a todo lo que esperamos. Faltan muchísimos resultados. Ha habido decisiones acertadas y otras no tanto".
Al respecto, Novaresio interrogó acerca de esas decisiones desacertadas, y el presidente de CIARA y CEC respondió: "Adherimos a la idea de supermercado del mundo. Claramente Argentina tiene un destino de éxito en materia de producir y exportar alimentos, lo que queremos es producirlos con mayor valor agregado. Por lo tanto, cuando se ponen impuestos a la exportación que son iguales al del producto primario, estamos perjudicando a los productos con valor agregado y eso me parece que ha sido una medida desafortunada. Entendemos el contexto y estamos preocupados por esta realidad, pero si queremos ser el supermercado del mundo, necesitamos tener una política muy agresiva de exportación con valor agregado. Necesitamos políticas públicas que duren más de una década como mínimo, sino, no podemos invertir, y para eso apuntamos a tener previsibilidad impositiva".
Por su parte, Baccini comentó: "Nosotros le vendemos acero al sector de la maquinaria agrícola, por eso, cuando el agro tracciona es muy importante. La sequía nos afectó, pero somos optimistas a partir de marzo de 2019 con los resultados de la cosecha gruesa". A su vez, enfatizó: "Es fundamental que el tipo de cambio no se atrase, porque este tipo de cambio le permite crecer a la cadena de valor".
En tanto, Capdepont resaltó: "La clave es que la economía se acomode, tiene que converger hacia un equilibrio entre tipo de cambio, precios y salarios". Por otro lado, subrayó: "Sin duda en la cosecha gruesa, vamos a recuperar lo que perdimos la campaña pasada. Sin embargo, lo que es importante, y estamos preocupados por la economía regional: la fruta, el tabaco, la caña de azúcar, lugar donde todo es más complejo. Es importante que el Gobierno acompañe allí. Argentina no es solo trigo y soja". Con una mirada optimista, Capdepont manifestó: "Apostamos muchísimo a que este país salga adelante, en la medida que a Argentina le vaya bien, a la gente también le irá bien. Hay que apuntar a la previsibilidad, a simplificar procesos y a eficientizar la cadena de valor".
Ley de Semillas
Luego, participaron del evento, Pedro Vigneau, Ex Presidente de la Asociación Argentina de Productores de Siembra Directa (Aapresid); Gerardo Bartolomé, Presidente de DONMARIO, y Alfredo Paseyro, Director Ejecutivo de la Asociación Semilleros Argentinos (ASA), quienes compartieron su mirada sobre el reclamo que existe desde hace tiempo en el sector agroindustrial de modificar la actual Ley de Semillas.
Ante la consulta sobre por qué aún no se ha logrado llegar a un acuerdo en torno a una nueva Ley de Semillas, considerando que la vigente data del año 1973, Bartolomé opinó: "En Argentina hay un trasfondo político cultural que viene desde hace muchos años atrás. Muy pocos de los que tienen que tomar las decisiones saben del tema. Soy muy crítico de la dirigencia gremial en este tema particular, porque los primeros interesados en cambiar esta realidad son los productores".
Por su parte Pedro Vigneau apuntó: "La dificultad tiene que ver con la parálisis paradigmática, y plantarnos sobre derechos adquiridos y no aggiornarnos al mundo que vivimos hoy".
Aportando algunos números del sector, Paseyro informo: "Hoy, esta industria semillera a nivel global factura 54.000 millones de dólares, mientras que Argentina factura 1.000 millones de dólares desde el año 1973 a hoy. Es decir, que nuestro país no evolucionó, ha variado en cantidad de hectáreas, de toneladas y demás, pero el negocio sigue siendo el mismo. Tenemos capacidad a partir del conocimiento y capacidad instalada de duplicar o triplicar eso, pero no solo en el mercado interno sino también exportando conocimiento".
Por otro lado, Bartolomé explicó: "La Ley de Semillas, que es el marco que regula este negocio, tiene dos excepciones: una es la del agricultor, que la Ley permite guardar semilla para el año siguiente; y la otra, es la excepción del fito mejorador, que puede cruzar una variedad de la competencia para mejorar su propio germoplasma. La excepción del agricultor es algo que hay que discutir fuertemente, que se pensó en el año 1970, cuando había un agricultor pequeño, de subsistencia, no había biotecnología ¿Por qué va haber agricultores exceptos de pagar una tecnología por arriba de un cierto tamaño, cuando son empresarios y toman riesgos, compran activos? ese es el meollo del tema".
El desconocimiento y la ignorancia sobre la Ley de Semillas, según Pedro Vigneau tiene consecuencias y expresó: "Nos estamos perdiendo herramientas que nos permiten producir más y mejor con menor impacto ambiental, entonces, como no voy a pagar algo que me permite ser más eficiente".
Por último y hacia el final del panel, Paseyro aclaró: "La Ley es para la Argentina, no para un solo sector, ayudemos a los tomadores de decisión a despolitizar el tema".
Buenas Prácticas Agrícolas
El tercer panel sobre Buenas Prácticas Agrícolas (BPA) tuvo como disertantes a Sergio Busso, Ministro de Agricultura y Ganadería de la provincia de Córdoba, a Leonardo Sarquís, Ministro de Agroindustria de la provincia de Buenos Aires y a Pablo Vaquero, presidente de Gensus SA.
Al referirse a Gensus, Vaquero describió: "Es la única empresa de semillas de algodón en Argentina, lo cual demuestra el problema de la Ley de Semillas en un país donde se están produciendo este año 450.000 hectáreas con cuatro variedades nada más; cuando en Brasil hay 30 variedades, donde producen el doble en fibra y en calidad, con diez tecnologías lanzadas. Eso demuestra el problema y la oportunidad al mismo tiempo".
En relación a las BPA, Vaquero comentó que hubo pérdidas de oportunidad y rentabilidad y lo ejemplificó con el caso del algodón. "Existe una plaga que se llama picudo algodonero, que viene bajando del Norte y entró en Argentina por la falta de control ya que requiere mucho control, como trampas de monitoreo, fumigaciones, todas estas BPA no se tuvieron en cuenta cuando ingresó la plaga. Por esto, casi desaparecieron los pequeños y medianos productores en Argentina, los que quedaron son los que pudieron salvarse y hacer bien las cosas y aparecieron grandes productores haciendo bien las cosas para cuidar las BPA. El no hacer una BPA impacta directamente, destruyendo un economía regional que es imperiosa para las provincias del NEA".
"Desde las provincias la responsabilidad primaria que tenemos es conservar nuestros recursos. En relación a las BPA pasamos del concepto a políticas públicas", así lo expresó Sergio Busso, quien agregó: "En Córdoba, el gobernador Juan Schiaretti nos planteó el desafío de asignarnos recursos para reconocer y estimular económicamente a aquel productor que hace las cosas bien en el campo. Y este proyecto era todo un desafío, pero fuimos avanzando. El año pasado se validaron más de 2.000 productores en BPA como capacitarse, asociarse, cuidar el suelo, rotar los cultivos, y este año vamos por más. Lo importante de esto, es el cambio cultural que necesitamos".
Con respecto al territorio bonaerense, Leonardo Sarquís expresó: "La provincia de Buenos Aires tiene 135 municipios, de los cuales 128 tienen actividad agroindustrial. Hoy existe una Ley de Agroquímicos en la provincia desde hace más de veinte años, si esa Ley fuera respetada por todos los municipios, no deberían existir las casi 70 normativas municipales de controles de agroquímicos individuales que hay. Ahí ya empezamos con un problema".
Ante este complejo escenario, el titular de la cartera de agroindustria de la provincia de Buenos Aires, anunció: "El próximo mes vamos a presentar una resolución en la cual se pondrán de manifiesto sugerencias que tienen que ver con el documento que elaboraron Agroindustria, Ambiente, Salud y Ciencia. Dichos ministerios nacionales se unieron y bajaron recomendaciones al país con respecto al uso y control de fitosanitarios", y agregó: "Tomamos eso y vamos a proponer a los municipios de la provincia, la posibilidad de que exista una zona de amortiguamiento con un protocolo de BPA. Tenemos que convenir con cada uno de los municipios y que podamos hacer sugerencias de la mejor manera posible mientras exista la posibilidad de una Ley". Por último, Sarquís resaltó: "El concepto de BPA es el saber que hay cosas que se pueden hacer bien y tenemos que respetarlas".
Economías Regionales
Como broche de oro, el último panel estuvo destinado a las Economías Regionales. Al respecto Pablo Vernengo, Director Ejecutivo de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), Eduardo Nougués, Director de Asuntos Institucionales de Ledesma e Iván Ramallo, Presidente de HZPC América Latina, opinaron sobre la situación complicada que atraviesan las producciones regionales.
En este sentido, Vernengo expresó: "Estamos observando una complicada coyuntura y eso genera mucha preocupación. Las economías regionales vienen de una crisis de larga data. Tuvimos una reforma tributaria que se promulgó en diciembre, donde teníamos 87 impuestos y hoy tenemos 94, sin contar las nuevas retenciones", y enfatizó: "La pyme agropecuaria no puede estar trabajando para un sistema fiscal de esta naturaleza. Los Ingresos Brutos son de terror, en Misiones hasta hay un derecho de exportación provincial". Al ponerle números a las economías regionales, Vernengo detalló que representan el 57% del agro, el 9% del total exportado proviene de las producciones regionales, y se estima que este año se exportará por US$ 6.200 millones, y en 2019 por US$ 7.000 millones.
Por su parte, Nougués apuntó: "Tenemos problemas de caída de ventas en el mercado interno, y también nos afectó la tasa de interés. Somos una actividad estacional, durante seis meses producimos lo que vendemos el resto del año, entonces no hay líneas de financiamiento para hacer warrants, para poder conseguir capital de trabajo y no tener que mal vender el producto".
Si bien reconoció que este nuevo tipo de cambio da una posibilidad de ser más competitivo en la exportación, aclaró: "Nosotros creemos que la competitividad de nuestra economía no se puede basar solo en el tipo de cambio, sino que tenemos que buscar la manera de conseguir una competitividad sistémica que se funde en pilares más permanentes que el tipo de cambio".
Por último, Ramallo explicó que "el negocio de la papa tiene dos facetas. En Argentina se siembran 76.000 hectáreas, el 20% va a la industria y la otra parte está basada en el consumo fresco. Lamentablemente hace años que no se invierte en genética de papas, y eso está frenando de alguna manera o no dándole las herramientas al productor de papa fresca para tener otras opciones". A su vez, agregó: "La superficie de papa tiene una sola variedad, y es vieja, es del año 1987", y advirtió: "Si el negocio sigue así, sin la incorporación de nuevas variedades, no se puede abrir el mercado de exportación de papa fresca. Hay que tener una política clara de largo plazo donde podamos invertir en tecnología. Somos muy capaces de hacerlo y poder así abrir nuestro potencial a la exportación, que es una de las claves para que salgamos adelante".