Hace cuatro meses y medios las principales zonas productivas de nuestro país se encuentran afectadas por la falta de precipitaciones. La Bolsa de Comercio de Rosario definió a la presente sequía "como la peor de los últimos 50 años".
El impacto que esta situación está provocando en las distintas producciones, hasta el momento siempre se conoció mediante informes privados, ya que desde el Gobierno Nacional los funcionarios del área de Agroindustria no publicaron hasta el momento estimaciones y daños generados por la sequía. Solamente aparecieron declaraciones del titular de la cartera, Luis Miguel Etchevehere, expresando su preocupación por los efectos que tendrá esta situación en la rentabilidad de los productores y también en las economías de pueblos y ciudades del interior.
Etchevehere, habló de "pérdidas cuantiosas" por la sequía y que el productor podría compensar los efectos de la misma con un aumento de los precios de los granos y la soja. El funcionario tuvo que presentar un informe sobre el estado de situación ante el presidente de la Nación durante una reunión de gabinete. Pero hasta el momento, se desconocen las cifras oficiales sobre los efectos de la esta situación climática.
Datos oficiales que aparecieron publicados en los últimos días, llegaron desde el ministerio de Hacienda, los cuáles proyectaban una caída de 3.000 a 4.000 millones de dólares en los ingresos por exportaciones debido a la baja en la producción por la sequía.
Informes privados
En la última Expoagro, realizada del 13 al 16 de marzo en la ciudad bonaerense de San Nicolás, la Bolsa de Comercio de Rosario presentó sus últimas estimaciones donde por la caída en los rendimientos de los cultivos, proyectaba una producción final de soja en 40 millones de toneladas y de maíz en 32 millones de toneladas. En ese momento, la bolsa realizaba un ajuste en sus estimaciones de soja en relación al informe anterior de 6.500.000 de toneladas en soja y 3.000.000 de toneladas en maíz.
Para la bolsa de Rosario, el costo de la sequía para la economía nacional que afecta a la producción de maíz y soja, superaría los 4.600 millones de dólares, con un efecto en otros sectores de la economía, como construcción, maquinaria agrícola y transporte, entre otros.
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Esta cifra representaría el 0,7% del Producto Bruto Interno (PBI) y si desglosamos la misma, hay 1.550 millones de dólares que son pérdidas directas de los productores y que se compone de una menor rentabilidad que se obtendrá por hectáreas, pérdida por insumos aplicados a superficie que se sembró pero no se logrará cosechar y el costo de oportunidad en las hectáreas que lo lograron sembrarse porque no estaban en condiciones de hacerlo.
Por su parte la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, semanas atrás realizó nuevos ajustes en sus estimaciones de producción de soja y maíz, porque la sequía se expandió al norte de nuestro país, como así también por las bajas temperaturas y la caída en el peso de los granos en el centro y sur del área agrícola.
El ajuste en soja fue de 2.500.000 toneladas y su estimación de cosecha final es de 39.500.000 toneladas y el ajuste en maíz es de 2.000.000 de toneladas, para ubicar su proyección de producción en 32 millones de toneladas. Las pérdidas totales para la bolsa porteña serían de 3.436 millones de dólares.
Las entidades de productores agropecuarios también presentaron sus estimaciones. La Sociedad Rural Argentina proyectó una caída en producción de la presente campaña agrícola del 17%, la cual bajará de 125 millones de toneladas del ciclo anterior a 104 millones de toneladas en la actual campaña. Esta caída en la producción significaría una reducción del 21% en las exportaciones y los ingresos de divisas caerían en 4.402 millones de dólares.
La rural advirtió que el mal momento por el que atraviesa el sector agropecuario afectará a otras actividades relacionadas con esta cadena de valor.
Por ejemplo, según estimaciones de la entidad, por el menor volumen de granos se estima que habrá 1,1 millón de viajes de camión menos que en la campaña anterior y habría una baja en la actividad de acopiadores, cooperativas e industrias procesadoras. Por último, teniendo en cuenta que el 80% de los gastos que realiza el productor se realizan en ciudades y pueblos del interior, se registraría una menor demanda en los comercios y servicios de la zona, como plomería, albañilería, ferretería, etc.
En tanto, los integrantes del Movimiento CREA (Consorcios Regionales de Experimentación Agropecuaria) estimaron que las pérdidas por sequía llegarían a los 2.150 millones de dólares, afectando a la campaña agrícola pero también a la ganadería y lechería, donde en relación a estas dos últimas producciones hay problemas para la elaboración de pasturas y como consecuencia de esta situación muchos productores ganaderos adelantaron los destetes y las ventas de la zafra.
En lechería, un alto porcentaje de miembros CREA registraron caída en la producción de pasturas y niveles regulares de producción de silo y lo que genera un aumento en la alimentación suplementaria.
Otro de los informes publicados sobre los efectos de la sequía, fue elaborado por la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de Buenos Aires, que precisó que la pérdida estimada en soja por los efectos de la sequía llegaría a USD 2.668,31 millones. La información fue proporcionada a través del sistema de Evaluación de Pérdidas por Sequía e Inundación (SEPSI).
Desde los sectores de la producción desconocen los motivos por los que Agroindustria no publica estimaciones de cosecha, ya que consideran que las mismas son muy importantes para conocer el impacto de la sequía y a partir de esto tomar decisiones.