La sequía le pega fuerte a los rindes que podría reportar la próxima campaña gruesa. Desde plagas hasta la falta de humedad necesaria para forzar el desarrollo de los cultivos, hace pensar en recortar los márgenes de producción. Por ello, desde la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, ya se ajustaron los números propuestos para la próxima cosecha: la producción de maíz cae a 39 millones de toneladas y la de soja a 50 millones, un límite impensado hace un par de meses y todo por la falta de humedad que ofrecen los suelos.
Según el informe que relevó Esteban Copatti, jefe de Estimaciones de la Bolsa porteña, la caída esperada en el área a sembrar con maíz rondaría un 5% respecto a la prevista en el arranque del presente año, hecho que está fuertemente vinculado a la falta de lluvias que se registra en toda la zona de la Pampa húmeda.
De igual manera, el impacto climático también se haría notar en el caso del área de soja, que llevó a que en las últimas semanas se perdieran a razón de cerca de 1 millón de hectáreas respecto del pronóstico realizado en el arranque del año. En tanto el dato surge alarmante frente a la caída de unas 7,5 millones de toneladas que exhibiría la campaña sojera comparada con el volumen obtenido en el ciclo 2016-2017.
Ya en el segmento del mercado de granos se tiene muy en cuenta el golpe que le provocaría el clima, y fundamentalmente la falta de precipitaciones en las áreas cultivadas, así lo entiende el presidente de la Cámara Arbitral de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, Javier Buján, quien comentó: "vivimos una furiosa seca, no se puede decir cuál será su daño, pero no será menor: allí hablamos de la pérdida de unos 6, 7 u 8 millones de toneladas de soja, no tengo dudas" que será menor a la producción oleaginosa de la pasada campaña.
También el jefe de Gabinete del Ministerio de Agroindustria bonaerense, Jorge Srodek, manifestó que la sequía "la vemos con suma preocupación en la provincia de Buenos Aires, ya que los pronósticos son difusos, algunos dicen que llueve otros que no sucederá por los próximos diez días".
Según Srodek, "dentro de todo la cosecha de fina salió muy bien pese a las inundaciones y se obtuvieron unos 18 millones de toneladas de trigo, y un poco más también, y esperemos que llueva en diez o quince días para las necesidades que tiene la campaña gruesa, especialmente el maíz y la soja".
Sequía, incendios y plagas.
El funcionario bonaerense refirió que para prevenir incendios en tiempo de seca es fundamental disponer de "alertas tempranas, y allí hace falta la colaboración de productores para hacer cortafuegos", y reconoció que se deben poner especial énfasis en casos como "el tren", cuyo paso, al tirar combustible caliente, puede encender una chispa en el campo.
Las altas temperaturas en los campos trajo aparejado esta campaña casos de incrementos de plagas, que resultan inusitados, tal como pudieron comprobar especialistas del INTA Paraná en campos ubicados en la zona centro oeste de la provincia de Entre Ríos, principalmente en el caso de los lotes de maíz.
Según consignó Adriana Saluso, responsable el laboratorio de Entomología del INTA Paraná, en el caso de los maizales próximos a la capital provincial exhibe una gran presencia de orugas cogolleras, enferman los cultivos, e incluso puede agravarse el problema si continúan las actuales condiciones de falta de lluvias.
“El maíz ya está deprimido, y puede soportar una oruga por planta cada tanto pero actualmente con la sequía se han reproducido mucho y tenemos hasta dos por planta. Y es por esta situación de estrés ambiental, y se debe por haberse producido en esta campaña poblaciones de esta plaga extremadamente elevadas”, expresó la especialista del INTA.
Saluso comentó además que en los maíces ubicados en la zona central de Entre Ríos, buena parte de ellos cuentan con un gen que contiene una toxina, hecho que contiene el avance de la oruga en cuestión, mientras que la variedad de maíces que no lo tienen no están logrando contener a la plaga.