Según el último informe de Intercambio Comercial Argentina (ICA), elaborado por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), el 2017 arrojó el déficit de la balanza comercial de 8.471 millones de dólares. Es el mayor déficit histórico en términos nominales y en valores corrientes. Entre enero y diciembre del año pasado, las exportaciones solamente crecieron un 0,9%, mientras que las importaciones registraron un incremento del 19,7%.
En un comunicado de prensa el presidente de la Confederación Intercooperativa Agropecuaria (CONINAGRO), Carlos Iannizzotto sostuvo que "el país no debería tener déficit en su intercambio comercial porque es posible ampliar nuestra oferta y el mundo demanda nuestros productos. Argentina tiene déficit comercial, no por falta de demanda, sino por las dificultades internas que enfrentan nuestras economías, como los altos costos y el precio de nuestra moneda, que erosionan nuestra competitividad".
Por otro parte, el dirigente agropecuario solicitó "evitar el deterioro del tipo de cambio, seguir trabajando en el otorgamiento de reintegros y acelerar las reformas para brindar mayor competitividad a las producciones de las economías regionales, como la baja de impuestos o mejoras en la infraestructura".
Para Iannizzotto, “una inserción profunda y sostenible en los mercados extranjeros no sólo depende de la competitividad cambiaria y la demanda de nuestros socios, sino también de una política internacional seria y coherente en el largo plazo, como la que permitirá la exportación de carne con hueso a China”.
Un mundo en crecimiento
Un informe realizado por Coninagro, muestra que para este año todos los bloques a los que se destinan las exportaciones de las economías regionales van a registrar un crecimiento de su actividad económica. El estudio se realizó sobre la base de la última actualización de las Perspectivas Económicas Mundiales elaboradas por el Fondo Monetario Internacional.
Brasil, principal socio argentino (y con una importante demanda en economías como el arroz, peras, manzanas, hortalizas y vinos entre otras), se recupera de su crisis económica pero su proceso de expansión va a una velocidad media (se estima un crecimiento de 1,9%). Otros países como Paraguay, Bolivia y Uruguay podrían ayudar a compensar en parte el lento crecimiento del gigante de América con tasas en torno al 4% anual.
Por su parte, Estados Unidos, importante socio comercial y principal comprador de miel y vino, ha mantenido una senda de crecimiento relativamente constante en los últimos años y para el presente se estima una expansión de 2,7%.
China es uno de los demandantes más significativos de granos, maní, carnes y lanas entre otros productos. Si bien es cierto que su crecimiento se desacelera, este sería del 6,6%, uno de los valores más altos a nivel mundial.
En el continente asiático también se encuentran India y Vietnam, países que importan una parte importante de las exportaciones de granos y que esperan un crecimiento de 7,4% y 6,3% respectivamente en 2018.
Por otra parte, para la Unión Europea se proyecta una modesta expansión del 2,2% anual, con países como Alemania (también un importante demandante de miel) e Italia (uno de los principales compradores de lanas), entre otros, creciendo 2,3 y 1,4%, en ese orden.
Todos estos valores hacen pensar en un crecimiento de la demanda de productos regionales argentinos en 2018. Desde Coninagro reclamaron por del diseño de una política internacional "seria y coherente en el largo plazo, la firma de acuerdos comerciales que ayuden a que las relaciones con otros países fluyan con menos sobresaltos y el cumplimiento y certificación de distintos estándares de calidad y medioambientales en las distintas etapas del proceso de producción y transporte por mencionar algunos ejemplos".