Hay ciertos indicadores que dan la sensación de que se está en presencia del
boom ganadero, entre ellos: un mercado internacional demandante; las exportaciones del 2017 que superaron las expectativas y se vienen recuperando; el trabajo realizado por la Mesa de Ganados y Carnes y las acciones desarrolladas por diferentes instituciones para transparentar la cadena.
Sumado a que los granos junto con las carnes fueron las estrellas del 2017, los actores de la cadena encararon con gran expectativa la nueva etapa del país apostando decididamente a la ganadería.
Así, luego de que pasaran "dos años" del nuevo inicio, es momento de evaluar en qué situación real se encuentra la ganadería, si efectivamente hubo un boom ganadero o si se encuentra en un proceso lento pero sostenido de crecimiento.
Al respecto, Raúl Milano, director Ejecutivo de Rosgan, opina: "La ganadería está muy bien y tiene una gran perspectiva", aunque luego aclaró que un boom es una palabra fuerte, una onomatopeya que expresa algo que quiere simula una explosión.
Al comenzar su análisis, reflexiona y toma dos frases hechas que forman parte del imaginario colectivo argentino: 'Con una o dos cosechas se salva el país', 'Las penas son de nosotros, las vaquitas son ajenas'. Para Milano, ambos conceptos reflejan cosas distintas, la primera es esa idea fantasiosa de que Dios es argentino y que con poco siempre salimos adelante, y la segunda es la contraria, es esa visión quejosa de que siempre otro está mejor que nosotros.
Así, el consultor propone desentrañar ambos conceptos que van a permitir encontrar un elemento en común que se ha desvalorizado en el tiempo y que la comunidad en general desconoce. "La actividad ganadera como cualquier producción conlleva una premisa fundamental: es hija del esfuerzo y del trabajo honrado, ambos valores sirven para no apostar tanto a milagros ni tampoco a revanchismo", precisó.
Para Milano, la cadena de ganados y carnes es resultado del esfuerzo de
cientos de miles de ciudadanos que todos los días se levantan a trabajar
y apuestan por un futuro mejor, creyendo en sus propias manos, su
capacidad y su inteligencia.
¿De dónde venimos y hacia dónde vamos?
Después de un proceso imaginado en donde la producción de otros sea orientada exclusivamente al mercado interno afectando la histórica presencia en los mercados internacionales; de una época en la que se cerraron infinidad de frigoríficos y más de 15.000 personas quedaron en la calle, el asesor ganadero percibe que desde hace un poco más de dos años comenzó una circulo virtuoso cargado más de expectativas que de resultados concretos desde lo económico.
Además, se volvió a recrear el circuito de cría, inverne y engorde de animales con un proceso rápido de incremento de las exportaciones que
permite tener hoy una equilibrada plataforma de despegue.
En relación a ello, explicó a Infobae que: "Es unos de los pocos sectores que le pueden dar diferencia a Argentina en el balance comercial, hay muy pocos que realmente pueden empezar a ingresar divisas y lo está haciendo particularmente la carne".
Al analizar sector por sector, expresó: "Vamos a ver que todos han mejorado aunque sus rentabilidades sean en algunos casos inferiores a la inflación anual, lo cual demuestra que en términos reales no estamos mejor". En tanto también sostuvo que un análisis de rentabilidad no es el único ítem a tener en cuenta pero si el único que garantiza sustentabilidad en el tiempo y que es necesario revertirlo.
El futuro ganadero
Si bien el análisis histórico permite saber cómo fue el recorrido, lo más interesante es poder imaginar lo que viene. Según la mirada del asesor, los próximos años serán de un crecimiento sostenido sin hechos espectaculares. "Hoy, el sector se comporta como un sistema de competencia casi perfecta y sin intromisiones distorsionantes", precisó.
El dato clave del sector es que es una cadena de ciclos biológicos largos que posee formatos de crecimientos sostenidos pero no rimbombantes. "Cuando se trabaja con productos que tienen de
tres a cuatro años como mínimo de ciclo, evidentemente no existen cosas explosivas, lo que existe es crecimiento lento pero son los mejores porque son sólidos".
Al respecto, Milano ejemplificó: "La recomposición del stock logrado después de la pérdida de más de 10 millones de cabezas ubicado hoy en 54 millones de cabezas posee ya un crecimiento más lento y no augura grandes volúmenes de terneros nuevos, porque la retención ha aminorado pero sobre todo porque la demanda china de carne produjo una faena creciente de vacas".
El 2017 fue un buen año que permitió recuperar unos cuantos kilos anuales per cápita al consumo. En este sentido advirtió que los años pares nunca son años electorales y la demanda estará más contenida por el incremento del resto de los gastos de la población.
En base al análisis del consultor, con una oferta de invernada ligeramente superior y con una demanda más acotada, todas las fichas estarán puestas en la exportación, y esta seguirá su camino ascendente año tras año y volviendo a reposicionar a Argentina en el top ten de los exportadores mundiales. "Pero, su incremento será una ayuda a la cadena en general pero no hará milagros, servirá para seguir poniendo en equilibrio todos los actores que no es poca cosa dado los resultados vividos años atrás", alertó.
La clave: eficiencia
Sin reducir las expectativas depositadas pero con un poco de realismo, Milano sugiere pensar que la diferencia en la cadena tanto de productores como invernadores, feedloteros y frigoríficos estará asentada más en la búsqueda de la eficiencia que en los golpes de mercado que vía precio produzcan grandes modificaciones. "La cadena está ingresando responsablemente a un nuevo proceso histórico de crecimiento sostenido, con apertura de los mercados mundiales a sus cortes y con un mercado interno que actúa como plataforma de lanzamiento", detalló.
Por último, confirmó a este medio que el sector tiene la suerte de estar en el espacio y tiempo del mejor lugar del mundo y que no hay lugar que pueda proveer carnes rojas al mundo como Sudamérica y no hay país de Sudamérica que tenga la genética de Argentina.