Argentina superó los récords de consumo de carne de cerdo

Un análisis de la Bolsa de Cereales de Córdoba (BCCBA) muestra el impacto económico que tiene la cadena porcina cordobesa y el escenario de oportunidades que avizoran

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Las distintas partes del cerdo
Las distintas partes del cerdo que sirven para el consumo.

Córdoba se sitúa por detrás de Buenos Aires como la subcampeona nacional en producción, con una participación del 26% de los capones enviados a faena.

De acuerdo al trabajo realizado por el Departamento de Información
Agroeconómica, la entidad bursátil junto a la Cámara de Productores Porcinos de Córdoba (Cappcor), revelaron que la provincia finalizará este año con un envío a faena de 1,6 millones de cabezas. De ser así, la provincia aportaría unas 140 mil toneladas de carne porcina al año. Esto permite abastecer el consumo anual de más de 10 millones de argentinos, en base al consumo per cápita actual de 13,8 kilogramos por habitante.

Según datos de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), la carne de cerdo es la más consumida a nivel mundial, por encima de la carne aviar y la carne bovina, con un consumo promedio de 16 kilogramos por habitante.

En Argentina por cuestiones culturales, el consumo de carne de cerdo tradicionalmente estaba supeditada a eventos o fechas específicas, o sólo bajo la forma de chacinados y salazones.

Sin embargo, en los últimos años, la relación de precios entre las carnes
bovinas, porcinas y aviares se adecuaron a las vigentes en el resto del mundo, lo que se tradujo en precios más atractivos de la carne aviar y porcina para el consumidor. Además, las inversiones realizadas en intensificación y tecnología en las granjas porcinas provocaron un incremento de la eficiencia de la cadena, derivando en menores costos internos, aumento en la oferta y mejora en la forma en que los cortes llegan al consumidor.

“Estos factores son algunos de los que explican el remplazo del consumo de carne bovina en manos de la carne porcina y aviar”, resalta el estudio.

Para la BCCBA y Cappcor, en el año 2012 el consumo promedio de carne de
cerdo en Argentina era de 8,6 Kg por habitante, aumentando  progresivamente hasta llegar a un consumo promedio de 13,8 Kg/Hab durante los primeros ocho meses de 2017. Es decir, el consumo aumentó en promedio un punto por habitante por año, o a una tasa interanual constante del 10% durante los últimos cinco años.

Los números en la producción
Los números en la producción y consumo de carne porcina.

Tan es así, que según pudo averiguar Infobae, el consumo per
cápita de proteína animal es de 118,4 kilos, el mayor en la historia de
Argentina. Pero no sólo eso, la combinación de carnes como se mencionó
también ha cambiado y hoy la carne vacuna, tiene menos incidencia que en el pasado. Actualmente, la distribución es de 58 kilos de carne bovina, 44,9 de aviar, 13,7 de porcina y 1,8 de ovina.

Retomando el estudio agroeconómico de la BCCBA, en la provincia hay 26
frigoríficos que faenan ganado porcino, de los cuales solo seis se dedican exclusivamente a este tipo de animales. En 2016 se faenaron 880.000 cabezas porcinas, lo que representa el 15% de la faena nacional, y el 56% de los cerdos que se producen en la provincia.  

A esto, hay que sumarle 110 establecimientos oficialmente inscriptos y habilitados para la elaboración de chacinados y salazones y que con el paso de los años se van consolidando productos regionales que buscan denominación de origen, como los salames de Colonia Caroya, o de la zona de Oliva-Oncativo.

En base a Datos de la Dirección de Estadísticas y Censos de Córdoba, se
puede inferir una producción en torno a las 28.000 toneladas de carnes que
quedan en el mercado interno; dentro de ese total 13.500 corresponden a
carne de cerdo, alcanzando una participación del 47% "Sin embargo, este
cálculo podría no reflejar la elaboración de chacinados realizados por
establecimientos de menor envergadura, que realizan producciones
artesanales", aclaran los investigadores de la entidad.

El impacto económico en la provincia

Desde el DIA de la BCCBA, plantean que considerado el eslabón de
producción más los eslabones de procesamiento, la cadena porcina estaría
aportando 4.400 puestos de trabajo directos y permanentes a la provincia y
generando un flujo monetario en torno a los $8.800 millones al año.

En tanto, el reporte agrega que adoptando una dieta promedio de maíz y harina de soja para alimentar los 1,6 millones de cabezas que se producen
actualmente, son necesarias 420.000 toneladas de maíz y 180.000 toneladas
de soja. Es decir, que la producción porcina permite agregar valor a 110.000
hectáreas agrícolas de la provincia, según rendimientos promedio de los
últimos cinco años para ambos cultivos.

En términos de inversión, Cappcor estima que en los establecimientos de
última generación la inversión por madre ronda los US$ 6.000. En base a ello, deducen que "en el período 2011-2016 el sector ha invertido en la provincia cerca de US$ 170 millones que permitieron pasar de una producción de 939.000 cabezas en 2011 a 1.572.000 cabezas en 2016".

Entre oportunidades y desafíos

Desde el 2012 al 2016, el consumo aumentó en promedio un punto por
habitante por año, o a una tasa interanual constante del 10% durante los
últimos cinco años. El DIA del BCCBA considera que si el consumo sigue
mostrando una dinámica similar pueden proyectarse dos escenarios para los próximos cinco años. Un escenario más conservador, donde el consumo
continúe creciendo a razón de 1 Kg/Hab/Año hasta 2022, alcanzando los 18,8 Kg/Hab/Año; o uno, en el cual, el consumo crezca a una tasa constante del 10%, hasta llegar a los 20,7 Kg/Hab/Año.

En el caso de la primera escena, el consumo de carne en Argentina aumentaría en 200.000 toneladas hasta el 2022. Asimismo, el estudio informa que este año terminaría con importaciones de carne porcina en torno a las 45.000 toneladas.

“En conjunto, las 245.000 toneladas requerirían poner en producción a 130.000 madres bajo los estándares actuales de eficiencia”, subraya el informe.

Explican que traduciendo este número en términos monetarios y de empleo los mismos equivalen a inversiones por US$ 770 millones y 6.200 puestos de trabajo directos, sin considerar otros impactos que generaría en eslabones anteriores y posteriores como fábricas de alimento balanceado, transporte de granos y ganado, producción primaria, carnicerías, maquinaria agrícola, entre otros.

Por todo lo expuesto, los autores del análisis consideran que Córdoba está
frente a una gran oportunidad de capitalizar los beneficios mencionados, dado que es una de las provincias que presenta mayores ventajas debido a
condiciones ambientales propicias para la producción y, desde el punto de vista geográfico, la mayor distancia a puerto abarata el precio de la soja y el maíz, componentes principales de la estructura de costos de las granjas porcinas.

Un dato que destacan hacia el final del informe pero que merece especial
atención es que "es necesario debatir las políticas que permitan logar que las inversiones se radiquen en la provincia, evitando que sea compensado con mayores importaciones por parte de países país como Chile, Brasil o Estados Unidos". Para la BCCBA y Cappcor, este proceso requerirá del compromiso de todos los actores de la cadena, así como de la cooperación público privado a los fines de diseñar una estrategia a futuro.

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