“Los híbridos son una excelente solución para la transición de los motores de combustión interna. Por eso hemos decidido introducir Arkana también en Argentina, y luego vendrá Niágara Concept, que será una unidad de potencia muy innovadora, que tendrá un motor delantero Mild Hybrid y un motor trasero únicamente eléctrico, lo que nos permitirá tener propuestas full hybrid de distintos mundos. La pregunta es cuán rápido podremos adoptar estas soluciones, y en el tiempo intermedio importaremos varios vehículos como Arkana y aún más modelos en el futuro”.
Estas declaraciones fueron realizadas por Bruno Vanel, vicepresidente global de Renault a Infobae durante el pasado Salón de París. Lo que estaba explicando el ejecutivo francés, que tiene también la responsabilidad del departamento de Expansión de Mercados Internacionales en Groupe Renault, es la hoja de ruta de la marca del rombo hacia la electrificación, pasando por los vehículos híbridos en el proceso de acompañar las políticas públicas de infraestructura y la decisión de los consumidores de mudarse a los autos 100% eléctricos, que claramente está demandando más tiempo del imaginado apenas a comienzos de esta década.
Renault Argentina presentó este lunes en su stand de Cariló, dentro del marco de los eventos que tradicionalmente organizan las terminales automotrices en la costa atlántica, el primer híbrido que llegará este año al mercado. El Renault Arkana E-Tech Hybrid es un crossover de segmento C con un diseño acorde a la tendencia actual de los remates tipo fastback, al que también se lo define como un SUV coupé. Se importará desde Corea del Sur y se lanzará al mercado local en marzo.
Pero el Arkana no es un híbrido convencional, el conocido sistema autorecargable (no enchufable) que tiene disponible un uso 100% eléctrico reducido a unos 2.000 metros, en el mejor de los casos, siempre a muy baja velocidad, que es el que suelen ofrecer las marcas cuyos productos circulan por las calles argentinas.
Se trata de un vehículo microhíbrido o Mild-Hybrid de 12 volts, lo que significa que tiene una mínima asistencia eléctrica producida a través un generador de arranque llamado BCG, complementada por una batería de iones de litio que lo alimenta.
Este tipo de hibridación mejora el sistema Start & Stop del motor y tiene una particularidad de ahorro de combustible basada en una función que detiene el motor de combustión interna si se circula entre los 30 y los 140 km/h, cada vez que el conductor suelta el pedal del acelerador. El efecto de ambas funciones es reducir las emisiones contaminantes y mejorar la eficiencia y autonomía, especialmente en uso urbano.
El motor térmico que propulsará al vehículo es el turbo naftero de 4 cilindros y 1.3 litros ya conocido de la marca (lo usa el Duster), que entrega 140 CV con 260 Nm de torque, asociado a la caja de cambios automática de doble embrague y 7 marchas que ya se equipa al nuevo Renault Kardian, y que es un verdadero paso adelante en funcionamiento y confort de uso.
De este modo, Renault se suma a Nissan y Ford como otra terminal automotriz argentina de vehículos generalistas que ofrecerá las tres tecnologías de propulsión de uso masivo disponibles actualmente en la industria. También RAM tiene las tres tecnologías pero es una marca que no produce localmente y sólo fabrica pick-ups.
Así, desde marzo, el portafolio de Renault tendrá la conocida gama de vehículos con motores de combustión interna tanto en nafteros como en diésel. Entre los primeros, con los modelos Logan, Sandero, Stepway, Kardian, Duster, Koleos y Kangoo, y con Kangoo y Alaskan entre los gasoleros.
A esos modelos se sumaron el año pasado tres vehículos 100% eléctricos como Kwid E-Tech, Mégane E-Tech y Kangoo E-Tech; y ahora agregarán la hibridación con Arkana E-Tech Hybrid como primer producto, con la certeza de la llegada de un nuevo C-SUV brasileño fabricado sobre la misma plataforma flexible que admite híbridos y en 2026 con la esperada pick-up de media tonelada, por ahora con el nombre provisorio de Niágara Concept, que se desarrolló íntegramente en Sudamérica y se producirá en la planta Santa Isabel, en Córdoba.