Qué sucede cuando un auto eléctrico se queda sin batería: una prueba que todos quieren hacer pero nadie se anima

La movilidad eléctrica está llegando a todo el mundo a distinta velocidad e intensidad. En países como Argentina, crece lentamente por precio pero también por falta de infraestructura. Infobae exprimió un Renault Mégane E-Tech durante siete días sin recargar batería para comprobar qué sucede cuando queda poca energía

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Un auto eléctrico no puede
Un auto eléctrico no puede reabastecerse de una luminaria pública, pero cuando queda poca batería, al conductor se le ocurren ideas de ese tipo para solucionar la falta de carga

Las causas por las que los autos eléctricos no terminan de despegar de un 15% del mercado en Europa, o poco más del 10% en Estados Unidos son básicamente tres: costo, falta de infraestructura de carga y angustia. Si, aunque parezca un sinsentido, angustia es la palabra con la cual la mayoría de los fabricantes describe la sensación de temor a quedarse sin batería de las personas que prueban un auto eléctrico y deciden no comprarlo e incluso no alquilarlo tampoco cuando se trata de turistas.

El precio no se ha podido bajar a pesar de los intentos de la industria automotriz mundial. De hecho, los autos eléctricos más baratos son los chinos, y llegan a los precios que ni europeos ni americanos pueden conseguir a través de una práctica conocida como dumping, que no es otra cosa que una subvención del gobierno chino para que el precio sea el necesario para romper el mercado, incluso cuando esté por debajo de los costos totales de fabricación.

El resto del mundo no puede bajar el precio de los 25.000 euros/dólares y el único modo que han encontrado es un sistema de subvención de los gobiernos a los compradores. Pero ese costo, en paralelo con el de eximirlos del pago de patente, terminó siendo un embudo por el cual, a mayor crecimiento del parque de autos eléctricos, menor recaudación de impuestos y mayor gasto en ayudas para la compra. Así, este año empezaron a retirarse esas subvenciones y automáticamente las ventas empezaron a ralentizarse hasta niveles que ahora preocupan seriamente a los fabricantes.

El Renault Mégane E-Tech 100%
El Renault Mégane E-Tech 100% eléctrico se vende en Argentina desde este año. Tiene 400 kilómetros de autonomía utilizando la energía correctamente y regenerando al máximo

La red de carga debería crecer ahora que los gobiernos no tienen el costo de las subvenciones a los compradores, pero mientras el amesetamiento de las ventas también jugará su papel, porque quizás, ante la incertidumbre, no tenga tanto sentido una inversión millonaria como la que hicieron las compañías automotrices, que después no se correlacione con la cantidad de usuarios.

Por eso, tal vez, la palabra angustia tiene más sentido aún, porque al hecho original de ver que la carga de la batería está baja y no hay posibilidad de enchufarse y seguir camino, se suma la de decidirse a comprar un auto que cuesta mucho dinero y quizás en el futuro pierda mucho valor de reventa o nadie quiera comprar.

Pero eso es teórico. En la práctica, lo que angustia a los usuarios de los autos eléctricos es no saber si tendrán energía suficiente para moverse como esperan, y que si eso ocurre deben encontrar dónde cargar y esperar al menos un par de horas o más, dependiendo de la velocidad de carga del punto al que hayan podido acceder.

Infobae le propuso hacer una prueba de autonomía a Renault Argentina con el más sofisticado producto eléctrico que venden en el mercado local: el Mégane E-Tech. Pero había un segundo objetivo, no enchufarlo en ningún momento e intentar llegar al séptimo día para devolverlo sin energía y vivir la experiencia de no saber qué sucede cuando se queda sin electricidad.

El cálculo no era sencillo de hacer. La meta del test fue hacer 30 kilómetros diarios y 125 km cada día del fin de semana. El Mégane E-Tech tiene autonomía eléctrica de 400 kilómetros, y la prueba duró una semana arrancando con la batería al 100%.

Mientras el nivel de batería
Mientras el nivel de batería es adecuado, no hay alertas visuales. El auto muestra el porecentaje de batería en celeste y los kilómetros que se pueden recorrer con esa carga

La prueba y luego de cuatro días, habiendo recorrido 120 kilómetros, quedaba una autonomía de 234 km con un 63% de la batería. Se había gastado más energía de la prevista y había una razón. Estos autos tienen dos modos de conducción. El convencional en el que el motor eléctrico empuja y los frenos frenan independientemente, y el modo de regeneración de energía, en el que se pueden seleccionar con las levas de atrás del volante, que van desde un 25% hasta un 100%, pasando por un 50% y un 75%. Ahí se usa el freno motor para detener la velocidad y para recargar parcialmente la batería.

Al presionar la leva izquierda se va pasando por cada seteo hasta llegar al máximo, en el que el auto se detiene completamente sin que se toque el freno. Si se quiere ir con una recarga menos agresiva, con la leva derecha se “bajan los cambios” y se reduce esa regeneración hasta 0%. Para que el Mégane tenga 400 kilómetros de autonomía, era fundamental que se conduzca en el máximo modo de regeneración, pero eso no había ocurrido un par de días.

Una vez que se baja
Una vez que se baja de los 50 km de autonomía, el porcentaje de batería se pone en color amarillo

Luego del fin de semana, la batería ya acusaba una carga muy baja, quedaban dos días (la prueba fue de un martes a otro), es decir que había que hacer 60 km. Pero la autonomía era de 55 km, de modo que empezó a experimentarse la sensación sobre la que se trata este artículo. Administrar energía para que alcance. Como se sabe, el consumo de energía, al igual que el de combustible, depende del estilo de conducción. Si se acelera poco, se gasta menos. En el caso de los eléctricos, si se apaga el aire acondicionado, también se consume menos.

Así se llegó al día final, había que llevar el auto hasta Renault, en el barrio de Palermo. La indicación de batería estaba en 5%, ya no era de color celeste como hasta entonces sino que ahora se mostraba de color amarillo, lo cual pone un poco de presión sobre el conductor. La autonomía declarada era de 34 km. Había que hacer 30, la teoría decía que estaba todo bajo control.

Conduciendo en modo ECO, que contiene el acelerador y la velocidad para ahorrar energía, y con el regenerador al 100%, arrancó el viaje final. Al llegar al 4%, el indicador de batería dejó de ser amarillo y ahora era rojo y se dejó de marcar la cantidad de kilómetros restantes. Ese fue el momento crítico. Ahí es donde aunque uno no quiera, lo empieza a dominar la ansiedad y preocupación. Apagar las luces, el aire acondicionado y pisar el acelerador con suavidad apenas un centímetro como para que el auto se mueva fue una actitud casi inconsciente.

Cuando se llega al 4%
Cuando se llega al 4% de batería, la indicación se muestra en color rojo. Es fundamental aplicar el 100% de la regeneración de energía con las levas detrás del volante

Misión cumplida. El auto llegó andando a destino. Fue un alivio y una experiencia que permite entender a quienes no se animan a dar el paso a la electricidad. Pero en realidad, sólo se trató de ansiedad por algo desconocido y nada más. No es diferente a quedarse sin combustible en un auto convencional. Estos autos eléctricos tienen un modo de emergencia que empieza a funcionar cuando se llega al 4% de la batería. Automáticamente se desconectan todos los consumos innecesarios y priorizan el movimiento de las ruedas. De hecho, no permiten que el auto supere los 40 km/h como parte de esa optimización de energía. Pero las luces no era necesario apagarlas, porque se alimentan de la misma batería que la dirección eléctrica, las ventanillas y el cierre de las puertas.

Si un auto eléctrico se queda sin batería jamás dejará el auto inmovilizado, no se trabarán las puertas y no se endurecerá la dirección. Se apagará la climatización, el infoentretenimiento, el navegador, pero ninguna de las funciones básicas que protegen a sus ocupantes. Que no haya pánico. Nada malo sucederá. En el peor de los casos, a diferencia de un auto con motor de combustión interna, si se quedó sin electricidad para moverse habrá que llamar a un remolque, porque aquí no se puede comprar un bidón de 5 litros de energía para llegar a la próxima estación de servicio, pero nada más.