Paradójicamente, justo en concordancia con la fecha en la que el mundo celebra la semana de la movilidad sustentable, un informe publicado por el Instituto de investigación Rho Motion, señaló que mientras en Europa se ha registrado el primer retroceso en la venta de automóviles eléctricos en el mes de agosto con una baja del 4%, del otro lado del planeta, en China, se da el efecto contrario, ya que por primera vez se vendieron en agosto más un millón de autos eléctricos en un sólo 30 días.
La cifra sorprendió especialmente porque en ese país, el segundo con mayor cantidad de habitantes del mundo, cada mes se venden casi 2 millones de automóviles entre todas las tecnologías de propulsión existentes, lo que indica que en agosto, más de la mitad de los autos nuevos que se vendieron fueron eléctricos o híbridos. Lo curioso fue que el total de autos tuvo una baja del 1,1% y totalizó 1,92 millones de unidades. Hay una razón y son las políticas aplicadas por el gobierno para impulsar la movilidad eléctrica interna ante los bloqueos internacionales.
China es el principal fabricante de autos eléctricos del mundo, no sólo porque tiene incentivos del gobierno para hacerlo, sino porque controlan el mercado del litio y las tierras raras que se necesitan para fabricar baterías en cualquiera de sus configuraciones. También China es la dueña de las mayores reservas de cobalto, uno de los elementos con los que se produce electricidad en una celda de iones de litio.
Sin embargo, lo que ha ocurrido en los últimos meses, es que los gobiernos de los países de la Unión Europea por un lado, y Estados Unidos por el otro, han empezado a arancelar especialmente los autos eléctricos de procedencia china, ya que debido a esas ventajosas condiciones para fabricar que tienen en su país, pueden hacerlo incluso por debajo de los costos de producción. El proceso es complejo, pero debido a modelo económico e industrial basado en la sobreproducción, pero una recesión del mercado interno que comenzó con la crisis del COVID-19, la industria automotriz China necesitó vender sus productos en otros mercados para desagotar los stocks y no detener la fabricación, porque eso implicaría un derrumbe de su economía.
“Las empresas respaldadas por préstamos bancarios y apoyo de los gobiernos locales deben producir sin parar para mantener su flujo de caja. Una interrupción de la producción significa que no hay flujo de caja, lo que lleva a los acreedores a exigir que les devuelvan el dinero. Pero a medida que las empresas producen más, el exceso de inventario aumenta y los precios al consumidor caen aún más, lo que hace que las empresas pierdan más dinero y requieran aún más apoyo financiero de los gobiernos locales y los bancos”, señaló un artículo del prestigioso medio económico norteamericano, Foreign Affairs el pasado 6 de agosto.
Pero ante las barreras arancelarias que impusieron Europa y EE.UU., el gobierno tomó la decisión de incentivar la adquisición de autos eléctricos o híbridos, llamados NEVS (Vehículos de Nuevas Energías), dentro de China, y esto ha hecho crecer las ventas hasta alcanzar este récord de agosto, en el que se vendieron un 53,5% del total de vehículos.
La decisión fue ofrecer incentivos para cambiar un vehículos de combustión interna por un NEV con una subvención de hasta 20.000 yuanes (unos 2.500 euros), mientras que quienes quieran cambiar su vehículo de combustión interna por otro con la misma tecnología pero con motor de menor cilindrada, que genere menos emisiones de CO2 y Nox, reciben una subvención de 15.000 yuanes, equivalentes a unos 1.900 euros.
Actualmente, incluso pese a que en Europa bajaron un 4% y en Estados Unidos subieron un 9% en agosto, las ventas de autos eléctricos a nivel mundial subieron a causa del “efecto China”. En lo que va de 2024, se llevan vendidos 9,8 millones de autos a batería, lo que implica un alza del 20% en relación con los mismos ocho meses de 2023.