En poco más de un mes, tres accidentes de características similares ocurrieron sobre autopistas del área metropolitana de Buenos Aires con un protagonista en común: camiones semirremolque que perdieron el control y terminaron fuera de la calzada por la que estaban transitando. Lamentablemente, en uno de los accidentes, el saldo fue trágico con dos personas fallecidas al ser aplastadas por el contenedor que se desprendió del camión involucrado en el siniestro.
La mecánica de los tres accidentes no fue la misma, pero el factor común de un vehículo de gran porte como principal protagonista sí. Sin embargo, hay dos componentes en común que terminaron siendo los que desataron los accidentes: la velocidad y la imprudencia. Ambos, directamente relacionados con comportamientos humanos y no técnicos.
“Manejamos como vivimos. No es que somos carmelitas descalzas y nos transformamos al subirnos a un auto, una moto o una bicicleta”, fue el diagnóstico que hizo Fabián Pons, creador del Observatorio Vial Latinoamericano (OVIMAL), durante una entrevista con Infobae el año pasado, en la que se intentaba evaluar la conducta de los automovilistas argentinos.
Para que ocurra un accidente vial, generalmente se tienen que dar dos o más situaciones simultáneas. Manejar bien no significa lo mismo que conducir bien. La primera es una habilidad con el volante y los pedales, la segunda es eso mismo incluido en el respeto de las leyes de tránsito y el respeto por el prójimo.
Para el experto, sigue siendo un tema cultural. “No hay una política de cultura vial suficientemente extendida a todas las personas que se ponen al volante de un auto, camioneta o camión. En las autopistas, concretamente, muy pocas personas respetan las normas de tránsito, pero muchos lo hacen porque las desconocen. Nosotros hacemos capacitaciones para empresas de transporte y hemos tenido casos en los que los choferes de los camiones desaprueban el examen completo. Pero lo peor del caso es que no les importa. Duele la generalización, porque seguramente hay muy buenos conductores profesionales de transporte, pero lamentablemente hay una enorme impunidad en el rubro de los camioneros”, asegura.
El diagnóstico del especialista afirma que no se pueden ver las cosas por separado, sino todas en un conjunto. Un camión puede ir por el carril correcto pero a la velocidad equivocada, o viceversa.
“La Ley Nacional de Tránsito especifica que los camiones deben ocupar los dos primeros carriles de derecha a izquierda, y ese ya es un punto de conflicto porque no es necesario buscar las cámaras de las autopistas de un accidente en especial, con salir a conducir por la Panamericana o cualquier autopista metropolitana un día cualquiera a cualquier hora, uno se puede encontrar con camiones e incluso colectivos de larga distancia que van por el tercer o hasta el cuarto carril”, explicó Pons.
La culpa no siempre es de los camioneros. A veces, como ocurrió en el accidente fatal de mayo en Panamericana a la altura de Pelliza, un auto hizo una mala maniobra e impactó al camión, que al perder el control, atravesó toda la autopista hasta el carril más rápido. Algo similar ocurrió con el camión que quedó colgando en la Autopista “25 de mayo” apenas unos días más tarde.
“Si el camión va a una velocidad mayor a la que se puede controlar su peso y dinámica ante un imprevisto, el accidente es inevitable también. Lamentablemente, aunque la velocidad máxima permitida para estos vehículos es 80 km/h, pero los camiones tienen la posibilidad de ir a 90 km/h por una cuestión de seguridad para casos de sobrepasos. Sin embargo, es común verlos circular a esa velocidad constantemente, cargados o descargados, y hasta hacer maniobras temerarias que no se hacen ni en un karting de carrera”, reclamó Pons.
Finalmente, como observación adicional, el experto en Seguridad Vial explicó que “la profesión del camionero ha perdido la calidad que tenía en otra época. El chofer del camión, además de estar más capacitado, siempre estaba atento a su carga, a cómo estaba asegurada, y a conducir responsablemente de acuerdo al peso que transportaba. Eso se ha perdido completamente. Hoy, hay muchos camioneros que sólo se sientan al volante y salen a la ruta pensando sólo en llegar lo más rápido posible”.