Los números oficiales que publicó la Asociación de Concesionarios de Automotores (ACARA), mostraron que entre enero y junio de 2024, se vendieron en total 182.399 automóviles cero kilómetro. Esto representa una caída de las ventas del 22,6% en relación con los mismos seis meses de 2023, pero también fue un 12,9% menor que la de 2022 y un 13,5% peor que la del primer semestre de 2021. Las referencias inmediatas anteriores son la del año de la pandemia, 2020, cuando hubo tan sólo 153.400 autos en los primeros seis meses, y 2019, antes del cambio de gobierno, cuando se habían registrado 249.539 unidades. En comparación con aquel año, la baja de 2024 es del 26,9 por ciento.
La recuperación que se esperaba mantener luego de la mejora de los números de abril y mayo no se pudo mantener en junio, cuando se registró una caída del 14,1%. Ante este escenario, que además se vio afectado por variables externas como las inundaciones del sur de Brasil que dejaron sin suministro de partes o insumos a las plantas argentinas, algunos fabricantes han profundizado algunos ajustes de producción para adecuarse a una demanda claramente más baja para el resto del año.
Smata Córdoba, el sindicato que nuclea a los trabajadores de la industria automotriz y autopartista de la provincia mediterránea, trazó un panorama de la situación que los involucra y que derrama en toda la cadena de valor de las tres fábricas de automóviles que están radicadas en ese estado provincial. Ellas son Stellantis con la planta de Fiat en Ferreyra, Renault/Nissan con Santa Isabel, e Iveco con su centro industrial también en Ferreyra. También Volkswagen tiene un centro industrial donde produce cajas de velocidades, camiones y ensable motos Ducati.
Javier García, responsable de comunicaciones y prensa del sindicato, explicó a Infobae que “la baja se siente y no sólo afecta a los operarios de las fábricas sino a todos los proveedores directos e indirectos. Por eso estamos trabajando en conjunto con las fábricas para que el impacto sea el menor posible sobre las fuentes de trabajo”. En principio, lo que se ha acordado entre el sindicato y las terminales, es que las decisiones que se tomen, tengan vigencia al menos hasta el 31 de diciembre.
Efectivamente, las primeras medidas comenzaron a fin de año pasado, cuando ya se vislumbraba la crisis económica y se tomaron algunas medidas paliativas iniciales que dieran un marco adecuado a una necesaria baja de producción.
Renault anunció un sistema de retiros voluntarios con un conveniente resarcimiento para los que lo aceptaran, y paralelamente tomó la decisión de no renovar una serie de contratos que tenían fecha próxima de vencimiento, ofreciendo para quienes se retiraran antes de esa fecha, una suma de dinero compensatoria que no habrían recibido si decidían seguir hasta el final de su vínculo laboral. Muchos operarios tomaron esas alternativas, permitiendo que la plantilla se reduzca a números que permiten continuar con la producción amoldada al momento.
Sin embargo, como los números no se recuperaron como se esperaba, la siguiente decisión fue la de reducir de dos a un turno, que a su vez pasó de 8 a 6 horas de trabajo para la planta montaje de vehículos particulares de Renault, mientras se mantienen los dos turnos en la línea que comparten con Nissan donde se fabrican las pick-up Frontier y Alaskan, aunque con cortes alternativos para adecuarse a la demanda.
En la planta de Fiat, en cambio, no se ha reducido la carga horaria ni los turnos habituales, pero han adecuado el volumen de unidades de Fiat Cronos que se producen para amoldar la producción a una menor demanda de ventas y exportaciones. De todos modos, se ha acordado que se puedan generar paradas de producción si se consideran necesarias.
Iveco, por su parte, también ha acordado reducir la jornada a 6 horas en lugar de las 8 anteriores para la producción de camiones y buses para adecuarse a la situación del mercado. Finalmente, en Volkwagen, que tiene tres plantas en el centro industrial Córdoba, en dos de ellas se ha reducido también a 6 horas y en la restante se mantiene el esquema de 8 horas de trabajo.
En todos los casos, lo que se está intentando entre sindicato y fábricas, es que la reducción de horas no impacte fuertemente en los salarios, por lo que se están alcanzando acuerdos que van desde pagar 7 horas aunque se trabajen 6, o que se paguen 6 completas y el 75% de las dos horas que no se trabajará. Estas negociaciones se estarían cerrando en los próximos días, aunque algunas ya se han acordado.