Como toda industria compleja y de gran escala, la fabricación de autos es una actividad que requiere de una planificación estratégica y un método de aprobación de proyectos que demandan mucho tiempo. Por esa razón, incluso en países como Argentina, cuando se toma la decisión de ampliar un portafolio de modelos de cualquier marca que produce localmente, generalmente no se da marcha atrás aún a pesar de crisis económicas o cambios de reglas para las inversiones.
La Ley Bases recientemente sancionada todavía no tiene reglamentación detallada en muchos aspectos, entre ellos, en el RIGI, el Régimen de Incentivos para Grandes Inversiones que el gobierno ha creado para atraer nuevos capitales, no parece tener a la industria automotriz entre las beneficiadas. “Hay que ver qué queda encuadrado en el ítem ‘Tecnología’. Un automóvil es tecnología pura, desde el tornillo o cable más pequeño hasta la electrónica que maneja todos sus sistemas más sofisticados. Podría entrar o no entrar en el RIGI la instalación de una nueva fábrica de autos, la ampliación de otra ya existente o un departamento de desarrollo que exporte tecnología al mundo desde nuestro país como ocurre en Brasil. En ese caso, de algún modo la industria automotriz estaría incluida”, contó un alto ejecutivo de una terminal a Infobae.
Pero como las inversiones de esta actividad son a muy largo plazo, y el RIGI tendrá un plazo de hasta dos años para inscribirse, los planes que ya estaban en marcha y los que vengan próximamente pero que ya se han confirmado, seguirán su camino de desarrollo como estaba programado.
Como ya se ha comentado en reiteradas oportunidades, más allá de un año mejor o uno peor, la industria automotriz argentina está sobredimensionada para el mercado interno. Con 13 plantas en total y 9 marcas fabricando unidades completas en distintas provincias, vender 400.000 o 500.000 autos por año es muy poco volumen que justifique la mano de obra empleada, las instalaciones y la red de proveedores del sector.
Las exportaciones, por lo tanto, se deben llevar más del 50% de la capacidad de producción, y es por eso que aún en tiempos de crisis como el actual, y de tener un mercado cuatro veces más grande como vecino, Brasil, se siguen trayendo a Argentina nuevos proyectos automotrices en distintas marcas.
Sin ir más lejos, entre este año y el próximo, habrá una interesante cantidad de nuevos productos que permitirán abastecer al mercado local pero también al regional e internacional. El primer gran lanzamiento de producto argentino fue el que presentó Ford el año pasado con la fabricación en General Pacheco de la nueva pick-up Ford Ranger, y que implicó la mayor inversión de la industria automotriz en los últimos años en Argentina con 660 millones de dólares.
Mucho menor en recursos y capacidad de producción, también se anunció a fin de año pasado, pero inició sus operaciones en enero de 2024, la primera planta de CKD en Argentina. La instaló Toyota en Zárate, para ensamblar la van Hiace que llega desde Japón completamente desarmada, y que con una mínima cuota de partes locales que debe aumentar progresivamente, se podrá exportar a Brasil estimativamente desde 2025.
El segundo gran lanzamiento de la industria automotriz argentina es el que se está produciendo en estos días en la planta Palomar de Stellantis, donde se ha comenzado la producción del nuevo Peugeot 2008, el modelo de nueva generación que posicionará a la marca francesa en la vanguardia del segmento de los SUV-B, el que más ha crecido en el último tiempo.
Pocos días después, durante agosto, se presentará también la nueva cara de la pick-up Volkswagen Amarok, el producto que a pesar de tener más de doce años desde su lanzamiento sigue siendo muy competitivo, pero estaba necesitando una renovación y actualización como la que se espera conocer en las próximas semanas.
En Córdoba, mientras tanto, hay dos centros industriales que también tendrán grandes cambios en su producción, aunque todavía hay que esperar algunos meses como mínimo para que sean visibles. La planta de Fiat en Ferreyra sumará por primera vez una camioneta de una tonelada para acompañar la producción del Fiat Cronos. Se trata del proyecto que todavía no tiene certezas oficiales respecto a la marca con la que saldrá de la línea de montaje, pero que de cualquier modo es básicamente la camioneta que se ha presentado recientemente en Brasil como Fiat Titano, y que podría venir como Peugeot Landtreck o como un nuevo producto de la marca RAM.
El otro centro industrial de la provincia es el histórico Santa Isabel de Renault, donde la marca de origen francés comparte producción con Nissan para producir las pick-up Alaskan y Frontier respectivamente. En esa planta se fabricará la nueva pick-up de media tonelada que ambas marcas venderán con algunas diferencias visuales aunque con la plataforma y tecnología en común. Un concepto se presentó el año pasado en Brasil con el nombre de Renault Niágara, aunque todavía el vehículo está en proceso de desarrollo. La inversión sería anunciada el año próximo y el plan de producción podría ser para 2026.