Cada 10 de junio se celebra en Argentina el Día de la Seguridad Vial. La fecha obedece a que ese día, en el año 1945 fue cuando se cambió el sentido de tránsito en nuestro país. Hasta entonces se conducía por la izquierda, como actualmente ocurre en Inglaterra y otros 55 países, y desde las cero horas de ese domingo, se pasó a manejar por la derecha.
La intención de celebrar esta fecha cada año, es la de poner el tema al menos día en lo más alto del interés, intentando generar conciencia en los conductores, pero también en los demás actores que forman parte del tránsito como los peatones, ciclistas, motociclistas, y por qué no, autoridades responsables de la seguridad en la vía pública.
Los siniestros viales en Argentina son una problemática seria que en 2023 se cobró la vida de 12 personas por día, según las estadísticas anuales elaboradas por la Dirección de Estadística Vial del Observatorio de la Agencia Nacional de Seguridad Vial (ANSV).
Aunque todavía son resultados parciales, las estadísticas oficiales de 2023 reflejan que 4.369 personas murieron en 3.642 siniestros viales en todo el territorio nacional. De este total, se desprende que la mayor cantidad de fallecidos fueron motociclistas, siendo 4 de cada 10 de las víctimas fatales, es decir un 40%.
En segundo lugar, el tipo de usuario con más víctimas fueron quienes se trasladaban en auto, con una proporción del 25%, y luego vienen los peatones con un 10%. En cuanto al rango de edad, el 38% fueron personas de entre 15 y 34 años y, de acuerdo al género, el 75% fueron hombres.
La misma estadística señala que el 53% de los accidentes fueron por colisión, el 12% por vuelcos y el 11% por atropellamiento de peatones. El 46% de los hechos viales ocurrieron en rutas y de acuerdo a la franja horaria, sucedieron casi en porcentajes iguales, tanto de día como de noche.
“En la Argentina manejamos como vivimos”, dice frecuentemente Fabián Pons, creador del Observatorio Vial Latinoamericano (Ovilam), y una de las personas más reconocidas en la materia en Argentina. “Hemos perdido valores culturales, y justamente el tránsito en el valor del respeto al prójimo. Ley Nacional de Tránsito está basada en ese principio, pero hay que actualizarla. En mayo se cumplieron 30 años desde la creación de la ley actual, cuando en Europa se actualizan cada 3 ó 4 años”, agregó el especialista.
A raíz de esta fecha, el observatorio vial mencionado ha publicado un interesante documento que menciona algunas de las principales problemáticas que enfrenta el tránsito en nuestro país, el cual más allá del problema cultural general y de una ley atrasada, tiene carencias que generan la preocupante situación actual.
Falta de conocimiento
Según dice Ovilam, el primer punto es que hay una falta de conocimiento técnico en el cuadro de funcionarios responsables a nivel nacional, provincial o municipal en todo el país. En su lugar sólo hay políticos sin experiencia alguna, que además no deben rendir cuentas por los resultados que siguen siendo malos con el paso del tiempo.
En segundo lugar, hacen falta programas de Educación Vial en todos los estadios de la enseñanza formal, pero también es necesario que haya planes federales de seguridad vial pensados para los próximos 20 años. Ovilam dice que “no contamos con un sistema federal, exigente y único de otorgamiento de licencia de conducir, que garanticen la idoneidad técnica y física de quienes conducen”.
Infraestructura vial
El informe profundiza también en otro de los puntos críticos como son las rutas y caminos en general, y formato del sistema de transporte argentino.
“No contamos con una red vial moderna y bien mantenida para garantizar la mayor seguridad de los usuarios de la misma, y tampoco tenemos una red ferroviaria que reduzca el tránsito pesado por carreteras”, dicen los especialistas.
Acciones directas
Más allá de la capacitación y del sistema vial, el control del tránsito requiere de un trabajo constante, no aleatorio u ocasional como suele ocurrir, con procedimientos que duran algunas semanas para quedar en el olvido en poco tiempo.
El informe de Ovilam dice que “no contamos con controles viales dinámicos suficientes tanto en cantidad como en calidad. Tampoco con un sistema integrado de controles electrónicos que sea serio y no con fines recaudatorios”, y finalmente, hay una falla en equipamiento y capacitación suficiente para quienes ejercen las tareas de control en los tres niveles de gobierno antes mencionados.
Verificación y controles preventivos
Un cuarto estado para analizar es el de las acciones preventivas técnicas para evitar accidentes de tránsito. El análisis de los especialistas detalla que la Argentina no tiene organismos idóneos, bien equipados, y sin compromisos políticos, que trabajen la parte técnica vehicular.
Pero además, se hace especial hincapié en la Revisión Técnica Obligatoria (RTO) y la más conocida Verificación Técnica Vehicular (VTV). Para Ovilam, tampoco “contamos con un sistema de verificación técnica de los vehículos que sea equivalente, seria, completa y bien hecha en todo el país. No sólo recaudatoria.”
Finalmente, algo que requiere un cambio mucho más profundo y lento, relacionado con aspectos económicos y políticos, es que la Argentina no cuenta con “vehículos que incorporen los mismos estándares de calidad de los países más desarrollados del mundo. Ni tampoco con estadísticas serias, amplias y confiables que nos permitan enfocarnos en los problemas más importantes de la seguridad vial, evitando así la opinología”, dijeron los expertos.