Hace tres meses, cuando Toyota Argentina lanzaba en Zárate la planta de ensamblado nacional de la línea Hiace, la preocupación que tenía toda la industria automotriz argentina estaba apoyada en dos grandes pilares, la caída de ventas por la situación macroeconómica y la alta carga impositiva que se aplica a los fabricantes tanto para producir como para comercializar automóviles en Argentina.
En aquella oportunidad, sin embargo, el presidente de la filial nacional de Toyota, Gustavo Salinas, hacía especial hincapié en la necesidad de recuperar la capacidad competitiva de los productos fabricados en las plantas argentinas para poder mantener la producción apoyándose en las exportaciones. “Ninguna fábrica de autos en la Argentina puede sostenerse sólo por el mercado interno. Toyota exporta el 80% de su producción de Hilux y SW4. Las proyecciones nuestras, que sabemos que son de las más optimistas nos llevarían a un mercado interno de unas 380.000 unidades para 2024″, explicaba entonces.
Pasaron mucho más que 90 días desde entonces, porque el mercado se hundió en marzo y empezó a recuperarse en abril a fuerza de muchas acciones promocionales de las marcas, pero además, hubo una reunión entre los fabricantes y el Ministro de Economía, Luis Caputo, y dos semanas más tarde, una batería de anuncios que tienden a mejorar las condiciones competitivas de los productos argentinos para mercados del exterior, que incluyen fundamentalmente la reposición de la eximición de impuestos a las importaciones incrementales y del impuesto PAIS para los productos que se importan transitoriamente para producir partes o autos que se exportarán.
Este miércoles, en el marco de la presentación de la nueva generación del Toyota Corolla Cross, el exitoso SUV de segmento C de la marca japonesa que se fabrica en Brasil, Salinas hizo una evaluación del escenario con estos cambios.
“Estas medidas que se anunciaron fueron muy bienvenidas porque nos permiten dar sustentabilidad y volumen al negocio de exportación. El mercado doméstico se viene recuperando gradualmente, tal como era previsible que ocurriera, no iba a ser una recuperación abrupta. Lo que esperamos que ese proceso continúe, no en forma de “V” como algunos auguraban sino progresiva, y que eso nos permita cerrar un año de transición y ordenamiento equilibrado”, señaló a modo de balance del primer cuatrimestre.
La recuperación es real, de estar 30% abajo de 2023 en las ventas del primer trimestre, luego de abril se recuperaron cinco puntos porcentuales y ahora los números dicen que el mercado interno se retrajo un 25%. Esto fue en gran parte gracias al congelamiento o baja de algunos precios, la aparición de bonificaciones, descuentos y promociones de diversa índole según la estrategia de las terminales, y también de la reaparición del crédito con planes de financiación con tasa 0% para determinados montos, valores o modelos en otros casos.
¿Seguirán bajado los precios de los autos?, es probablemente la pregunta que muchos consumidores se hacen hoy en día, al ver tantas promociones. Toyota, por ejemplo, no aumenta el precio de su pick-up Hilux desde el 25 de enero, pero otras marcas han sido más agresivas en busca de clientes con bajas de precios.
“Yo en este caso sólo puedo hablar por Toyota. Argentina está en un proceso de normalización de precios de muchas cosas, porque veníamos con precios distorsionados que a veces nos hacen perder visión relativa de las cosas. Si uno mira nuestra línea de Yaris, Corolla, Corolla Cross e incluso Hilux, una persona que compra hoy un Toyota en Argentina, no está pagando más caro en dólares que lo que paga cualquier cliente en el resto de Latinoamérica salvo Chile, que tiene una condición muy especial porque es un mercado abierto y sin impuestos. Esto es información pública. Cualquiera puede entrar a Brasil, ver los precios de esos modelos, y comprobar que en Argentina están los precios más baratos. Entras a Colombia, exactamente lo mismo. Entrás en Perú, que es un mercado también abierto, sin derechos de importación ni nada, y estamos en términos generales más baratos también. Esto, en el caso de Toyota, es en base al esfuerzo para sostener el mercado. Repito. Nosotros en Argentina tenemos los precios más baratos en dólares comparados con cualquier otro mercado de Latinoamérica”, explicó el presidente de Toyota Argentina.
Dicho de este modo, pareciera que el mercado está en un piso. Si Toyota, que tiene los precios más bajos del mercado argentino, señala ese dato, no se deberían seguir deprimiendo los precios de los autos cero kilómetro en los próximos meses.
“Yo siempre digo que lo que mueve el mercado es la demanda, porque por más que vos saques una oferta de lo que sea, cuando no hay mercado, cuando no hay gente dispuesta a comprar y con recursos, no vas a estar vendiendo. Entonces creo que la demanda potencial está y lo que tenemos que hacer es motivarla, atraerla. Nosotros en Toyota hicimos eso, acercarnos todo lo posible a esa potencial demanda para poder mantener nuestros volúmenes, ya que tenemos una estructura muy grande y necesitamos continuar con nuestros proyectos. Lo que hicimos fue posicionarnos en todos los segmentos con los precios más competitivos del mercado, incluso haciendo una apuesta muy fuerte con productos que no fabricamos y traemos importados”, explicó el Presidente de la compañía.
Las listas de precios y los números de ventas lo confirman. El Toyota Yaris es el auto más accesible del mercado con un precio de acceso de 18,4 millones de pesos, cuando el resto de la competencia tiene su modelo más barato cerca de los 20 millones de pesos o por encima de esos valores. El Toyota Corolla y el Corolla Cross, que también vienen de Brasil, volvieron a estar firmes entre los diez modelos más vendidos en abril.
“Si bien el mercado es completamente libre para poder importar, las condiciones siguen siendo muy desafiantes. Nos estamos endeudando más porque los pagos los podemos hacer a 180 días, seguimos asumiendo un costo de importación muy alto porque además del impuesto interno cuando correspondiera, está también el impuesto PAIS que tiene un fuerte impacto sobre el producto final, y eso hace que importar sea una apuesta de riesgo muy grande”, dijo Salinas.
Las primeras importaciones que se hicieron en diciembre bajo el nuevo gobierno, que mantuvo los 180 días para que los fabricantes dispongan de los dólares para pagar las operaciones, se podrán pagar en junio. Esto significa que durante el primer semestre, las terminales e importadoras que trajeron autos, se endeudaron mes a mes para mantener sus operaciones. Salinas dice que ese es uno de los problemas.
“Bajo esta condición de pagos actual, si esto se mantuviera, vamos a terminar a fines de 2024 más endeudados que a fines de 2023, porque si bien alcanzás el pico en un momento, ahora en junio, a partir de ahí bajás un poco pero seguís más endeudado que a fin de año pasado. Ese es un problema, pero como hay que mirar a largo plazo, decidimos asumir esa posición para cuidar nuestra operación en Argentina. Una mirada de corto plazo hubiera sido no importar demasiado, achicarte, restringirte, que para nosotros es hipotecar el futuro”, señaló.
Las distorsiones de los precios del mercado a partir de los aranceles e impuestos, como el impuesto a los autos de lujo, han generado que entre abril y mayo, haya habido modelos que bajaron hasta un 40% su precio por haber bajado de escala y pasar de la segunda a la primera a partir de la actualización de las alícuotas que delimitan las categorías. Para muchos actores principales de la industria, se llegó a un punto que el impuesto interno demostró cuán perjudicial puede ser para los consumidores, porque determina un precio excesivo de los autos.
“Yo creo que en el marco en el que las restricciones fiscales de Argentina vayan mejorando, este impuesto debería ser claramente un punto a revisar. Seguramente hoy no es posible, porque seguimos en un proceso de ordenamiento muy complejo, pero yo tengo la esperanza que en un futuro eso pueda ser revisado y volvamos a tener en Argentina, la posibilidad de ir renovando un parque automotor no solo cuantitativa sino cualitativamente mejor. Hoy, luego de muchos años de un mercado muy deprimido y con poca introducción de nuevos modelos, uno lo puede ver en la calle. El parque automotor está quedando fuera de tiempo, no sólo en diseño sino en seguridad, reducción de gases contaminantes, etc. La normalización de este famoso impuesto al lujo debería ocurrir como parte de la normalización del parque automotriz”, explicó Salinas.