Las graves inundaciones en el sur de Brasil, empiezan a tener impacto en distintas actividades en Argentina. Así está sucediendo con al menos una fábrica nacional de autos, la que tiene Fiat en Ferreyra, Córdoba, donde se produce el Fiat Cronos como único modelo. Fuentes de Stellantis Argentina confirmaron que los planes de producción de esta semana se están readecuando debido a las consecuencias logísticas provocadas por el fenómeno climático.
La planta ya había parado su producción la semana pasada, aprovechando que había un día laboral menos el 1 de mayo, y aunque sirvió para recuperar stock de partes, complementariamente hubo otras razones operativas que tienen que ver con proyectos futuros como la fabricación de la pick-up mediana Fiat Titano, que requerían parar las líneas de producción para adaptarla a tales fines.
Un proceso similar ocurrió en julio de 2023 con la planta de Palomar donde se fabrica el Peugeot 208, que debía acondicionarse para recibir el recientemente anunciado Peugeot 2008 que ya se produce. Las mismas fuentes indicaron que por el momento no se ha visto afectada la producción en ese centro industrial de partido de 3 de febrero donde se producen vehículos de las marcas Peugeot y Citroën.
Otras terminales no han tenido que parar su producción, todas están pendientes de la situación en el estado de Río Grande do Sul, epicentro de la región más afectada por las condiciones climáticas y paso casi obligado por tierra hacia Argentina. “Esta semana no tenemos ningún impacto en nuestra producción por las inundaciones en Brasil. Se está monitoreando la situación ya que se espera que las condiciones empeoren, por la destrucción de rutas que está aconteciendo en toda esa región de Brasil”, indicaron desde una compañía automotriz.
Si bien todas las terminales tienen un esquema de producción por que el stock de repuestos y autopartes no van directo a las líneas de producción sino a un “Buffer” que administra de acuerdo a la demanda, este amortiguador de componentes se ha visto reducido al mínimo el último año a causa de los problemas para autorizar importaciones que padeció la industria automotriz.
Así fue como varias plantas tuvieron que empezar a trabajar con “stock corto” de no más de cinco días, lo que hacía que cada lunes se hiciera una previsión industrial para esa semana, y una vez garantizada la producción, se empezaba a trabajar para la semana siguiente.
“Esto no había pasado nunca. Generalmente las plantas tienen una previsión de materiales para todo un mes, pero en 2023 tuvimos que crear equipos nuevos, con muchos más recursos humanos que monitoreaban cada componente y le hacían seguimiento hasta que llegaba a nuestra fábrica. Cuando falta una pieza vital, que te impide fabricar un auto porque aunque esté incompleto no puede quedar a la intemperie, tenés que parar la línea completa. No es lo mismo que te falten los parabrisas a que te falte el stereo”, comentó un ejecutivo de una terminal a Infobae.
Si bien este año, desde la implementación del BOPREAL, las deudas con los proveedores del exterior se han encauzado hacia un modo de pago seguro, eso es a futuro en la mayoría de los casos, de modo tal que tampoco se pudo comprar más mercadería de la necesaria para producir en estos primeros meses de 2024. Aunque la importación está liberada, los insumos y autopartes terminadas se compran con cuatro pagos iguales a 30, 60, 90 y 120 días, y con la baja del 25% en las ventas de enero a abril, tampoco es una inversión segura comprar componentes de más si no se sabe cuál será la producción de cada marca.
“Entonces, podría decirse que la gimnasia la hemos adquirido el año pasado nos permite enfrentar este momento con más herramientas para resolverlo, porque además son temas de logística y no de pagos como eran aquellos. Pero nadie está importando de más. Y eso lo que implica es que ante un problema como este, el stock sea muy bajo. Se aguanta unos días pero no tantos como sería ideal”, agregaron.
Ese ejercicio de mantener componentes vitales en cantidad suficiente para no tener que para las plantas, no sólo es necesario para asegurar la producción para la venta local y las exportaciones, sino además para no perder dinero.
“Cuando se interrumpe la fabricación repentinamente, hay muchos costos que no se pueden evitar. Es preferible decidir una parada de producción una semana antes, de ese modo no se abre la fábrica, no se gasta dinero en costos propios ni tampoco se genera gastos a los proveedores. Hoy, los costos de logística son muy altos y se calcula lo más finito posible. El ahorro va desde no encender las luces hasta no abrir el comedor y abastecerlo de alimentos”, explicaron desde otra terminal automotriz.