Noruega es el país con la mayor cantidad de autos eléctricos del mundo en relación con la cantidad de habitantes por un amplio margen sobre el resto de las naciones donde esta tecnología ha logrado un avance suficientemente grande como para ser considerada la movilidad sustentable del futuro.
Sin embargo, el noruego no debe tomarse como caso testigo, porque mientras en ese país el 82,4% de los autos nuevos son eléctricos, las cifras no son ni siquiera similares en otros países europeos. Mientras se esperan las cifras de 2023, el último dato de 2022 dice que en Suecia, la proporción de coches totalmente eléctricos en las ventas totales fue del 38,8%, mientras que en Países Bajos es del 29%, en Dinamarca del 20,8%, y por debajo de ese valor están Alemania con 18,4%, Portugal 18,2%, Francia 16,8%, y Gran Bretaña 16,5% del total de ventas.
Entender el fenómeno noruego no es fácil, pero con la ayuda de un argentino que vive hace tanto tiempo en ese país, se pueden comprender las razones. Ricardo Raúl Clarke nació en Trelew, provincia de Chubut, pero llevado por un “amor de verano” a mediados de los 80s, encontró su nuevo hogar en Bodø, bien al norte del país, a unos 1.200 kilómetros de la capital, Oslo, “donde tenemos oscuridad desde noviembre hasta febrero, días con mucha claridad ya en mayo, no tenemos noches los meses de junio y julio”, le explicó a Infobae en el comienzo de la entrevista a la distancia.
El de Clarke no es un testimonio al azar. En el año 2006 fue elegido como Juez Lego en la Región Salten, cargo que sólo está reservado para ciudadanos con conducta intachable en la sociedad, y que nombra el Consejo Deliberante con la aprobación de la Policía local y la Justicia.
Mientras sigue desarrollando su vida como comerciante de sus propias tiendas de ropa, el pasado 11 de septiembre de 2023, Clarke recibió la noticia de haber sido elegido en las elecciones municipales para formar parte del Honorable Concejo Deliberante de la ciudad para el periodo noviembre 2023-2027 por el Partido Derecha (Høyre). La sorpresa radica en que se encontraba en el puesto 36 de la lista de candidatos, pero recibió votos extras personales de su partido y de otras fuerzas políticas para quedar en el puesto 14, con lo que entró al Concejo.
Y por si esto no fuera suficiente, el gobierno de la provincia de Nordland, de la que Bodø es capital, es la propietaria de la línea de buses eléctricos Nordlansbuss, le ha pedido que, en su doble rol de empresario y concejal de la ciudad más importante del estado, sea la cara de una campaña publicitaria “Dejá tu auto en casa, usá buses eléctricos”, lo que nos introduce en el tema de la movilidad sustentable en este país europeo.
En Noruega viven 5,2 millones de personas. En Oslo, su capital, viven unas 800.000 mientras que en Bodø son 53.000. La prosperidad del país ha sido un motivo de emigración y actualmente un 20% del total de habitantes es de origen extranjero. Unos 390.000 son de otros países europeos y 610.000 del resto del mundo.
El nivel de vida de los habitantes de Noruega es de los más altos, posicionándolo en sexto lugar entre 196 países de todo el mundo. El sueldo básico es de unos 4.400 euros mientras que el sueldo promedio es de 5.400 euros. Esto ha permitido que muchas personas hayan podido adoptar el automóvil eléctrico a pesar de ser considerablemente más costoso que uno con motor de combustión interna. Sin embargo, las previsiones de inflación para este año están 1 punto por encima de las que estaban contempladas en el presupuesto, que era del 2,5%, lo que ha hecho que suban las tasas de interés de los bancos.
“El interés bancario durante mucho tiempo fue entre 1 y 1,5% anual, pero hoy está en 4,5%. Esto ha hecho que, por la situación tan solvente de Noruega y sus habitantes, la deuda tan grande que han tomado las personas, especialmente los más jóvenes de entre 30 y 45 años de edad, se haya convertido en una deuda muy importante que no estaban acostumbrados a pagar. En los años 90, el interés era del 12% anual y nadie se quejaba. Ahora es del 4,5% y están escandalizados. Hay que pensar que un 1,5% es nada, es como si te prestaran el dinero gratis”, dice Clarke como modo de explicar la situación económica en Noruega.
A causa de esto, el año pasado se vendieron 127.000 autos nuevos en Noruega, lo que significó una baja del 27% respecto a las cifras de 2022. Además, se aplicó un impuesto a los autos eléctricos con un valor equivalente a los 40.000 euros. En Noruega, país que no pertenece a la Unión Europea, la moneda es la Corona Noruega. Sin embargo, como se mencionó anteriormente, el 82,4% de las ventas fueron de autos eléctricos contra el 79% de 2022, y las proyección para 2024 es del 95% de vehículos de esta tecnología, lo que habla de una cultura de la movilidad sustentable muy enraizada. Este dato se desprende de las primeras cifras del año: en enero el 92% de las ventas de autos nuevos correspondió a autos eléctricos.
“Yo llegué a la movilidad eléctrica recién el año pasado, justo el 25 de mayo”, contó Clarke. “Después de la pandemia, con la alta demanda que había en este país, las demoras en la entrega fue de hasta un año. Pero como el precio no cambia porque el dólar o el euro mantienen su valor, eso no afectó el precio. Este es un país donde toda la movilidad es eléctrica, salvo los aviones, claro. Es perfectamente normal así como hace cinco años era lo común el diésel o la gasolina. Ahora, en las calles, 8 de 10 autos que ves son eléctricos. Te das cuenta porque en la patente tienen la letra E adelante. Y algo que es muy notable de resaltar, es que hay un gran mercado de autos eléctricos usados también, ya que no pierden su valor porque es una tecnología muy bienvenida por la gente”, comentó el argentino.
El fenómeno no sólo permitió que los autos eléctricos tuvieran el nivel de ventas más alto del mundo en relación a la cantidad de habitantes del país. Desde 2018 hasta la fecha se venden entre 70.000 y 80.000 bicicletas eléctricas al año, generando una estadística impresionante que indica que 6 de cada 10 personas en todo el país cambian el auto por este tipo de medio de transporte personal, mientras que en las principales ciudades, la bicicleta eléctrica es elegida por el 56% de las personas y el autobús eléctrico por el 28% de los ciudadanos para movilizarse cotidianamente en reemplazo del automóvil. Así, el 84% de los habitantes de las ciudades como Oslo, Bergen y Stavanger, no utilizan su auto, incluso siendo eléctricos la mayoría de ellos.
La campaña de la que participa Clarke para que los habitantes utilicen el bus eléctrico tiene dos pasaportes diferenciados según edad. Existe el pase para los jóvenes de entre 6 y 25 años de edad, con viajes ilimitados por 30 días con un costo de 39 euros, y además incluye el transporte en barcos, ya que en el norte del país, plagado de islas, el traslado combina medios de transporte terrestres y acuáticos. El otro pasaporte, en el que Clarke es la cara elegida para promocionarlo, es el que deben pagar las personas mayores de 25 años: tiene un costo de 129 euros por mes, mientras que los jubilados pagan 57 euros por un mes de traslados.
“El noruego está muy metido en todos los temas de medioambiente. No solo en los autos, también en el tratamiento de la basura, por ejemplo. Por eso, comprar un auto eléctrico tiene muchas ayudas desde que aparecieron, como no pagar el IVA que aquí es del 25%, pagar el 50% de los peajes y de los impuestos automotores anuales. El gobierno ha instalado cargadores en todas las ciudades en conjunto con las empresas privadas que los fabrican. Hay cargadores en todos los estacionamientos, en la salida de las escuelas y en los edificios públicos. Y como se cuida tanto el medioambiente, se le da importancia también a la contaminación auditiva. Estos autos son completamente silenciosos y eso tiene un gran impacto social”, dijo Clarke.
“Por último, algo muy importante y determinante del fenómeno es el ahorro de dinero por tener un auto eléctrico y no uno de gasolina en el uso del vehículo. Todo el mundo tiene cargador en su casa. El más barato cuesta (el equivalente a) 500 y el más caro 800 dólares. Y cuando recibís la factura de luz, el impacto es nada. El litro de combustible en Noruega cuesta 2,3 euros, mientras que al día de hoy, mi Lexus eléctrico marca en el tablero 5.089 kilómetros de uso y tuvimos un incremento en la factura de la electricidad de unos 120 euros en todo este tiempo. Y más allá de mi experiencia personal, los datos estadísticos dicen que con un promedio de uso de un auto eléctrico mediano de aproximadamente 10.000 kilómetros por año, los propietarios tienen un incremento de unos 220 euros por año en su factura de energía eléctrica”, finalizó Clarke.