Tanto la ciudad de Buenos Aires y toda el área denominada AMBA amanecieron este martes con un escenario que empieza a repetirse cada vez con mayor frecuencia, cuando recibe una tormenta de magnitud que incluye mucha caída de agua acompañada de viento en pocas horas. Calles inundadas y árboles o ramas caídas afectan especialmente a los autos de los vecinos que estacionan en la calle. Y una vez más, vuelven las mismas consultas de siempre. ¿Quién tiene que pagar esos daños causados por un fenómeno natural de estas características? ¿Las compañías de seguro o el gobierno municipal?
“La realidad es que por más razón que tenga cualquier ciudadano que haya sufrido daños en su vehículo a causa de un temporal, el camino de la demanda civil contra el municipio puede ser muy agotador, extenso y no siempre lograr el resultado esperado. Lo más razonable es tener un seguro propio y que en todo caso, según la gravedad del siniestro, sea la compañía la que decida repetir la demanda contra el gobierno municipal, por tener la responsabilidad del mantenimiento de los árboles, aunque es muy difícil probar esa responsabilidad”, dice Juan Ignacio Perucchi, Gerente General de Cinalli Insurance Brocker ante la consulta de Infobae.
La cultura de tener una cobertura de seguros no sólo para el auto, sino para otros bienes como la casa, un comercio o un establecimiento más grande como una pequeña fábrica, es algo que de a poco se va instalando como concepto, aunque en medio de una crisis económica como la actual, también es algo que no todos pueden afrontar, incluso sabiendo que se asume un riesgo mucho mayor por no estar cubierto.
“Los seguros aumentaron como aumentó todo, porque si no se actualizan los montos no se puede cubrir el daño. El valor de la póliza de seguro tiene directa relación con la suma asegurada”, explicaron diversos actores del sector.
“En términos generales, los daños por las caídas de árboles están cubiertos. Por supuesto que siempre dependerá de la cobertura de cada vehículo, ya que los que no tengan cobertura contra todo riesgo solo tendría contemplada la destrucción total, aunque siempre estarán cubiertos los daños a luneta y cristales de los vehículos. Es importante prever que la póliza mantenga actualizados los valores de los adicionales que amparan los daños a parabrisas, luneta y cristales”, agregó Perucchi.
El otro gran daño que puede causar una tormenta con mucha caída de agua es la de inundación. Los autos que quedan parcialmente afectados por el agua no tienen mayor daño, pero cuando un vehículo queda semicubierto, por encima de la mitad de la carrocería, los daños no sólo pueden afectar el interior del habitáculo sino fundamentalmente la mecánica, tanto la caja de velocidades como el propio motor.
“En caso de inundación depende de cada póliza, si cuenta o no con esa cobertura adicional. Algunas pólizas la limitan al valor de la suma asegurada de cada vehículo, otras la otorgan con un monto menor y algunas no la tienen incluida. Es importante verificarlo al momento de la contratación”, señala el bocker de seguros.
En el caso de los automovilistas, la crisis impacta en múltiples aspectos. En los últimos meses se han dado dos situaciones que van en paralelo y que confluyen en un punto crítico en común cuando hay un evento climático de magnitud. Muchos usuarios de autos que dejaron de pagar la cochera y dejan el auto en la calle, pero a la vez bajaron la calidad de la cobertura. Algunos manteniéndose en la misma compañía con menor cobertura, y otros, cambiándola por otra en busca de mejor precio.
“Hace dos meses que estamos trabajando para mantener la cartera de clientes. Las coberturas de todo riesgo pasaron a ser casi un producto de lujo. Hubo mucha baja de todo riesgo a terceros completo, aunque hay algunas personas que no se resignan a dejar el todo riesgo porque chocar un auto tiene un costo altísimo de reparación, entonces prefieren subir la franquicia pero no perder la cobertura”, dice Martín Gaggi, de MG Broker.
“El seguro contra terceros completo incluye destrucción total de los vehículos, pero es ahí donde hay que prestar mucha atención a la letra chica de las pólizas. La mayoría de las compañías grandes contemplan que si la pérdida es mayor al 80%, el auto se declara destruido y se debe pagar. Pero en algunas pólizas se menciona como causal un accidente y no un de siniestro, con lo cual un árbol no queda incluido. Otras pólizas hablan de accidente y/o incendio. Lo ideal es que estén contempladas todas las variables posibles: siniestro total por ocurrencia de daño y/o incendio y/o robo o hurto”, completó el empresario.