Se llama Lexie Alford, pero después de haber obtenido el Récord Guinness de ser la persona más joven en haber visitado todos los países del mundo con sólo 21 años de edad, se hizo famosa como “Lexie Limitless”. Tiene 25 años, y en 2022 comenzó a planificar junto a las autoridades de Ford Europe, una nueva expedición alrededor del globo, pero esta vez tendría otra finalidad: hacerlo recorriendo países representativos de todas las regiones para demostrar el potencial de la movilidad eléctrica.
La aventura se denominó “Charge Around the Globe”, es decir Carga Alrededor del Mundo, y comenzó en Niza, en el sur de Francia, en septiembre del 2023. El vehículo es una unidad de preserie de la Nueva Ford Explorer Eléctrica, que será lanzada en Europa durante este año. El objetivo es recorrer más de 30 países de los seis continentes, y aunque la idea es demostrar que las largas distancias no son un impedimento para un vehículo 100% eléctrico, esta expedición también permite censar la infraestructura de los distintos países y las incompatibilidades de otros, aun con una importante red de carga.
La idea surgió un poco por casualidad, cuando dos ingenieros argentinos que recién entraban a trabajar en Ford UK (Reino Unido), estaban buscando proyectos para desarrollar y se encontraron con la historia de encontraron a Aloha Wanderwell, quién con tan solo 16 años, inició una expedición alrededor del mundo en 1922, que tras recorrer 43 países, terminó en 1927. Aquel viaje asombroso se había hecho en un Ford T, lo que impulsó a estos dos argentinos a intentar replicarlo con un vehículo eléctrico.
A raíz de la fama que había alcanzado Lexie Limitless por su gira mundial, les pareció una excelente idea que ella fuera la encargada de hacer una expedición 100% eléctrica, con lo que se contactaron con ella y la rueda empezó a girar.
“Fue uno de esos momentos en los que supe, desde el momento en que me enteré de este viaje, que iba a ser extremadamente difícil. Pero, por supuesto, especialmente al sentirme inspirada por el espíritu aventurero de Aloha Wanderwell y ver todas estas cosas increíbles que ella había hecho, sabía que me arrepentiría por el resto de mi vida si no decía que sí a participar en esta expedición”, dijo Lexie Alford en una rueda de prensa organizada en el Centro Industrial Pacheco, en Buenos Aires, aprovechando su paso por Argentina.
“Hicimos alrededor de 21.000 kilómetros hasta llegar a Argentina nos quedan alrededor de 9.000 kilómetros, tal vez un poco menos de 9.000 por recorrer. Con suerte, eso nos llevará unos 50 días más hasta llegar a Francia, donde empezamos. El récord mundial es de 28.900 kilómetros, y esa marca es la que hay que superar. Esta idea surgió cuando estaban desarrollando el Ford Explorer EV y viendo realmente su autonomía, pensaron en la cantidad de prejuicios que la gente tiene sobre la capacidad de conducir vehículos eléctricos. ¿Qué pasa si no hay suficientes cargadores? Quizás el mundo aún no esté preparado para los vehículos eléctricos, entonces se les ocurrían ideas sobre cómo romper algunos de estos prejuicios y este viaje fue el mejor”, comentó.
El viaje comenzó en Europa, donde no hay ningún tipo de problemas de infraestructura eléctrica, incluso en los países que menos desarrollada tienen esta tecnología. Pero después vinieron África y Asia, y allí comenzó la verdadera aventura, no sólo por la distancia entre puntos de carga sino también por otros temas como la alimentación y las costumbres. Aunque no todo era novedad para Lexie, sí lo era para el equipo que la acompaña en esta aventura.
El equipo está compuesto por 10 personas, mucho de ellos son cineastas, porque además de hacer el viaje, están realizando un documental que emitirá cuando haya terminado. También tienen una persona de seguridad, un médico, un técnico de Ford EV y un mecánico que tiene todas las herramientas y los repuestos, por si pasa algo en la ruta.
“Tan pronto como comencé a llegar a lugares como Zimbabwe, me encontré con callejones sin salida donde no tienen ninguna infraestructura para vehículos eléctricos. Ninguno. Cero. Eso significaba que por cada 450 km que condujera, tendría que parar durante 30 horas. Entonces dos días, 30 horas. Así que se volvió muy lento, lo que a veces puede resultar muy agotador y frustrante. Pero después vino la experiencia en India, donde había una cantidad sorprendente de cargadores para vehículos eléctricos, pero como en realidad estoy conduciendo un modelo de preproducción del vehículo, los cargadores allí no eran compatibles con el vehículo eléctrico. Así que la infraestructura de carga no funcionó en la India, lo cual fue una locura porque estábamos allí pero no podíamos usarla”, señaló Alford.
“Así que nuevamente tuvimos que volver a la carga doméstica. Tomó mucho, mucho tiempo. Cuando hablas de cargador doméstico, el cable que tienes es el cable de emergencia. No es una carga doméstica con una caja de pared. Es solo un cable. Y luego, tan pronto como crucé la frontera hacia Bután, la infraestructura de carga funcionó perfectamente. Y, de hecho, Bután ha tomado muchas iniciativas para que todo su transporte público sea eléctrico. Es un hermoso país. Su objetivo es ser carbono negativo, así que han invertido mucho en vehículos eléctricos”, comentó la exploradora.
En Sudamérica tuvo que enfrentarse a otras dificultades adicionales. Entró por Chile ya que venía desde Australia, pero cuando emprendió viaje hacia el norte, se encontró con grandes extensiones de territorio sin carga eléctrica alguna y una alta temperatura.
“En Chile fue el más desafiante porque estábamos subiendo desde la costa y atravesando el desierto. Tuve que conducir muy lento. Cuando conducía por Atacama tenía unos 35° C de temperatura. Eso fue lo más caluroso que habíamos pasado. Pero para ampliar la autonomía a lo largo de estas zonas realmente abiertas y desiertas donde no había cargadores, tuve que apagar el aire acondicionado. Bueno. Entonces, la experiencia fue muy incómodas. Pero creo que a la revolución de los vehículos eléctricos, por supuesto, le queda un largo camino por recorrer, pero creo que hay muchos países que están muy interesados en ella no sólo por ideas como la sostenibilidad, sino también por el aspecto económico de ser un mucho más barato”, dijo.
“También tenemos un ‘algo por si acaso’, que lo hemos usado quizás tres veces en total durante el viaje, que es una batería portátil llamada ecoflow. Si estoy bajando la velocidad cada vez más y no alcanza, podemos usarlo. Siempre nos gusta tener un margen de 50 kilómetros o más entre mi autonomía y mi destino para ir siempre a lo seguro. Pero tenemos estos paquetes de baterías portátiles que puedes enchufarlas como tu teléfono celular. Solo obtienes unos 2 km por cada hora de carga con ellos, por lo que no es lo mejor. En un momento dado, la primera vez que esto sucedió fue en América del Sur. De hecho, me faltaban 40 km para poder alcanzar el siguiente cargador. Y por eso tengo tanta ansiedad por las cargas. Pero después de cruzar las montañas, en el camino hacia abajo, el auto cargó con un alcance de más de 120 km, que fueron algunos de los mayores altibajos que pasé. Y terminé teniendo más de 100 km de rango cuando llegué al cargador”, dijo.
“Ha sido una curva de aprendizaje muy fuerte. Creo que antes de este viaje no tenía experiencia conduciendo vehículos eléctricos. Y es un estilo de conducción totalmente diferente. Tienes que ser mucho más consciente de cuánta aceleración estás haciendo. Hay que ser mucho más consciente del entorno por los altibajos del terreno. Puede tener un efecto realmente fuerte en la autonomía del vehículo”, finalizó en relato de Lexie.
El Ford Explorer se cargó en un avión y se llevó a Estados Unidos, donde la aventurera descansará un par de días en su casa familiar en California. Una vez que haya cruzado todo el país hasta Nueva York, se enviará otra vez a través de un avión hasta Noruega, donde comenzará la última parte del viaje que finaliza otra vez en Niza. En Norteamérica se topará con muy bajas temperaturas y con otra red de cargadores incompatibles con los europeos. Es parte de lo que el mundo debe unificar para que la propulsión eléctrica sea más amigable para quienes decidan adoptarla. Es uno de los mayores desafíos de la industria.