Las consecuencias de uno de los años más difíciles para operar en el mercado automotor argentino todavía se siguen pagando. A pesar de haberse liberado la importación de vehículos pocos días después de la asunción del nuevo gobierno, transcurridos más de dos meses todavía faltan algunos modelos en las concesionarias. Así, los rezagos de una política de sobreprecios abusivos para acceder en pocos días a un auto todavía persiste, especialmente para modelos que vienen de otros países de la región como Brasil, Colombia o México.
“Está muy raro el mercado. Hay que recorrer concesionarias y buscar precio. Hay agencias que tienen que ‘reventar’ autos para poder pagar gastos fijos. Por eso aparecieron los descuentos y bonificaciones, pero eso se está dando en los autos de media y alta gama más que en los más accesibles. Los modelos que vienen de Brasil todavía cuesta conseguirlos entonces como siempre que hay más demanda que oferta, se cotizan mejor”, dijo el Gerente de una cadena de concesionarios oficiales.
Las excusas son de lo más variado: “hay sólo tres unidades en el puerto pero te consigo una”, le dicen los vendedores a un cliente que quiere un modelo de procedencia Mercosur. “El precio de lista es sólo para planes de ahorro, el precio de venta directa con entrega en 15 a 20 días es otro”, es otra de las argumentaciones. “Tengo una unidad de Plan de Ahorro adjudicada con entrega en un mes”, también se ha escuchado. Cualquiera sea la metodología empleada, todo termina en lo mismo: un sobreprecio de entre el 25 y el 35%, dependiendo de la condición de compra. Si es efectivo puede ser menos, si es con entrega de un usado, será más costoso.
Del otro lado, los modelos fabricados en Argentina, por los que no hay problemas con el ritmo de importación, hay mucha más disponibilidad de unidades, aunque no tanto como se esperaba luego de la actualización del impuesto interno que normalizó la situación de precios. La razón está en que la parada de producción habitual del verano se extendió en algunas compañías, y en las que se reinició, no se hizo al mismo ritmo que traía a fines de año pasado porque con un mercado deprimido, que bajó un 33% en enero respecto a igual mes del 2023 y una tendencia similar en febrero, no tiene sentido llenarse de autos que no se venderán.
“Entre todas nuestras agencias vendemos unos 200 autos por mes, pero en enero vendimos 60. La fábrica sólo nos facturó 40 unidades para este mes, porque ellos mismos tienen pocas unidades. El ritmo de producción bajó porque saben que este año se venderá menos y es preferible parar ahora que cuando se haya empezado a reactivar y hay más demanda. Todavía tenemos el arrastre de ventas de diciembre y enero, pero esperamos que para marzo llegue el freno más grande. Hoy todavía tenemos trámites, entregas, patentamientos y planes de ahorro asignados, pero eso se termina en estos días. Si la venta no se recupera, en marzo nos vamos a mirar la cara entre nosotros”, comentó un empresario del sector.
“Nosotros notamos que en febrero está remontando. Lo estamos viendo día a día y esa es la tendencia. Creemos que vamos a tener una curva de recuperación, no va a llegar a lo que fue febrero del año pasado, pero si uno mira la tendencia de febrero contra enero, claramente está remontando”, dijo a Infobae el viernes pasado Gustavo Salinas, Presidente de Toyota Argentina.
Lo que se ve en el mercado es que hay descuentos y bonificaciones en vehículos, pero esto se da especialmente en los modelos más caros, porque el margen de ganancia ahí es mayor y hay colchón para bajar un poco el precio y mover la caja de los concesionarios. Hacer descuentos en autos de gama baja, que dejan poca ganancia, obligaría a vender varias unidades para cerrar los números.
¿Pero cuál es la razón por la que todavía no hay unidades disponibles si está normalizado el trámite de importación, que ahora es automático y el registro es sólo a nivel estadístico?
Aunque parece muy lejano, todavía no se cumplieron seis meses de aquella primera semana de septiembre en la que con sólo firmar un acuerdo para entrar al programa de Precios Justos con algunas pocas unidades de un modelo a elección, las terminales automotrices y el entonces ministro de Economía, Sergio Massa, destrabaron una situación de más de 60 días sin que se emitiera un solo permiso de importación.
En aquel momento, debido a la decisión de no emitir las famosas SIRA que permitían importar, se abarrotaron las playas de estacionamiento de la Terminal Zárate con unidades que llegaban en barco pero no podían ser nacionalizadas, lo que dejó vacías las concesionarias y exasperó a los compradores, que no tenían fecha de entrega de los autos que ya habían comprado.
La primera consecuencia de aquella situación fue que se naturalizaran los sobreprecios para poder acceder a autos 0 kilómetro, porque entraban pocos autos y las marcas tenían que administrar pobreza de unidades entre clientes que habían licitado y adjudicado unidades de Plan de Ahorro, y los que querían comprar en efectivo. Pero una vez que se firmó ese acuerdo entre el gobierno y las fábricas argentinas, las SIRA que se emitieron sin freno tampoco alcanzaron.
“Ahora nos toca a nosotros la parte difícil, que es explicarle a la gente que la normalización de la entrada de vehículos no implica que la semana que viene vamos a tener la concesionaria llena de autos. La logística de sacarlos del puerto, llevarlos a la fábrica y empezar la distribución es lenta, y cuando lleguen los autos, tenemos clientes con un año de espera. Normalizarlo va a llevar unos meses”, dijo en aquel momento un concesionario de la provincia de Córdoba.
La segunda razón para que todavía falten autos que provienen del exterior, es que sigue habiendo pocos dólares. Los pagos de los modelos importados por las propias fábricas se hacen a 180 días con dólares del MULC, o sino se tienen que hacer con dólares propios. No necesita autorización, pero pagar a 180 días no es todavía una garantía de valor. “Estás comprando hoy con un dólar y lo vas a pagar dentro de seis meses con un dólar que no sabemos cuál va a ser. Entonces traemos la cantidad razonable para ir cubriendo las cuentas pendientes y las entregas, pero no podemos traer todo lo que queramos”, confesó un ejecutivo de una terminal.
En efecto, eso es lo que está sucediendo en el mercado. Pasaron cinco meses y siguen faltando autos de algunos modelos por el arrastre de las demoras de todo el 2023.
“Tenemos entregas pendientes en todos los canales, y cuando se liberó el tema de los impuestos internos y se pudo facturar, hubo un tema logístico para intentar satisfacer rápidamente a todos, así que estuvimos maximizando las entregas de acuerdo al tiempo de espera que tenía cada cliente. Hoy, lamentablemente, si uno va a un concesionario, para Corolla, Corolla Cross y Yaris, entrega inmediata no hay. Lo que hicimos fue volcar entrega convencional a plan de ahorro para que los clientes pudieran llevar su auto sin inconveniente. De hecho, tuvimos pico de entrega de Plan de Ahorro por esa razón”, afirmó Salinas, confirmando que la situación todavía persiste.
“No hay que validar la avivada”, dijo un alto ejecutivo de una marca que no tiene autos importados de acceso y mira de afuera la situación de los sobreprecios que todavía subsisten. “Te dan un precio muy alto porque hay pocas unidades. Si lo comprás a ese precio se ganaron cuatro o cinco millones arriba de lo que vale el auto. Si les decis que no, te bajan dos millones y si seguís esperando te bajan otros dos millones. Esto es un tema de concesionarios. La gente tiene que saber que el precio de lista no es de plan de ahorro como muchos dicen, sino que es el precio sugerido de la fábrica. Pasarse cinco millones de pesos por encima de ese precio ya es un abuso. Es un momento crítico, más que nunca no hay que desesperarse. Te corren con que hay sólo una unidad del color que querés para que te apures. Es algo que se va a terminar muy pronto”, vaticinó.