El rumor sobre la eventual visita de Elon Musk en marzo para reunirse con el Presidente Javier Milei ha puesto nuevamente en agenda un tema que renuentemente se evalúa y se debate en una agenda política y económica argentina que por estos días ha estado enfocada casi exclusivamente en el debate por la sanción de la Ley Ómnibus en el Congreso de la Nación.
La relación entre Milei y Musk se inició a través de la red social X (exTwitter) que el magnate compró en 2022 por 44.000 millones de dólares, pero una vez que el libertario fue elegido como primer mandatario de Argentina, la relación pasó a la siguiente instancia, la de una conversación telefónica, y siguió alimentándose mutuamente con el guiño del primer mandatario a su sistema satelital de comunicaciones Starlink y con el apoyo del empresario al discurso en el Foro económico de Davos.
Pero más allá del interés de Musk por competir en el mercado de las telecomunicaciones con su servicio de internet, hay otro claro punto a favor de nuestro país frente a otros estados de la región: las reservas de litio y el concepto de libre mercado que tiene el gobierno de Milei.
Argentina, junto a Chile y Bolivia, integra lo que en el mundo se conoce como el triángulo del litio, la segunda reserva más grande del mundo del principal componente de las baterías de Li-ion con las que funcionan los teléfonos celulares, las computadoras portátiles y en mucha mayor escala, los autos híbridos y eléctricos.
Además de ser el CEO, Musk es el mayor accionista de Tesla, la marca de autos eléctricos más famosa del mundo, que hace pocos días confirmó su crecimiento global al situar su SUV Tesla Model Y como el auto más vendido del mundo en 2023, por sobre dos referentes históricos como el Toyota Corolla y el SUV Toyota RAV4.
Pero más allá de estas cifras, el gran condicionante de la movilidad eléctrica en todo el mundo sigue siendo el predominio que China tiene sobre las producción de baterías de litio, lo que obliga a todos los fabricantes de automóviles a recurrir en mayor o menor medida a empresas chinas para asegurar la producción de los próximos años, mientras buscan soluciones como invertir en litio asociándose a otras compañías especializadas en diversos puntos del planeta.
Hay un dato que Musk y Tesla no dejan pasar inadvertido, que es el crecimiento de la marca BYD, de origen chino, que se ha convertido en el mayor fabricante de autos eléctricos del mundo en 2023, y que si bien en el total anual no desplazó a Tesla en ventas, sí lo hizo en el último trimestre, dejando la puerta abierta para que ese crecimiento se sostenga en 2024.
Geopolíticamente, BYD está llegando a Latinoamérica por la puerta de Brasil, donde anunció una inversión de 3.000 millones de reales en la antigua planta de Ford en Camaçari, en el estado de Bahía. Allí se establecerán con la primera fábrica de autos eléctricos fuera de Asia. Las obras comenzarán este mes de febrero con la intención de comenzar a producir a fines de año o comienzos de 2025. Pero la planta tendrá tres secciones distintas, una de las cuales será exclusivamente para el procesamiento de litio y fosfato de hierro, ambos componentes de dos distintos tipos de baterías que propulsan a los autos eléctricos, siendo las segundas de un menor rendimiento pero considerablemente menos costosas.
El interés de Musk en invertir en Argentina, por lo tanto, no puede dejar de ser visto como una estrategia global que genere también un beneficio en este aspecto, porque más allá del perfil político diferente de los presidentes de ambos países, Javier Milei y Luiz Inácio Lula da Silva, ambos estados son los dos principales fabricantes de automóviles de la región, con un convenio de intercambio comercial que hoy los beneficia mutuamente a través del ACE 14, por el cual se pueden comprar y vender automóviles de producción nacional entre ambos países sin pagar aranceles de importación, y manteniendo un 35% para los que provienen de extra zona. Este convenio tiene vigencia hasta finales de 2029, cuando podría cambiar al ACE 18, por el cual los autos de extra zona paguen un 20% y sean más competitivos.
Esa situación no es ajena a Musk, como tampoco lo es a los empresarios chinos de BYD, y ambos saben también que México es considerado un país “de la región”, por lo que los productos que tienen esa procedencia tampoco pagan arancelamiento de importación actualmente en Argentina y Brasil, lo que explica que algunas marcas traigan autos mexicanos a nuestros mercados.
Sin embargo, el litio está en Sudamérica y así como BYD planea establecer una planta para procesarlo en Brasil, Tesla podría seguir ese mismo concepto de beneficio local para fabricar baterías y también automóviles eléctricos en Argentina. La Giga factoría que Tesla anunció instalar en México parece estar en reevaluación. Quizás la nueva realidad política que plantea Milei sea una de las causas.
“Hoy Argentina no fabrica baterías sino sólo carbonato de litio a través de varias empresas que se han instalado en distintas provincias con ese recurso mineral abundante. La producción de carbonato de litio puro tiene un costo de 4.950 dólares la tonelada. En ese costo está incluido todo, hasta la mano de obra argentina que contratan. Estas empresas invierten unos 1.500 millones de dólares en estas plantas. Hasta hace unos meses el carbonato de litio se vendía a 40.000 dólares la tonelada, muy lejos de los 65.000 de la pospandemia. Pero el precio siguió bajando hasta los actuales 16.300 dólares. Aun así, el rendimiento sigue siendo extraordinario. Los cálculos y proyecciones dicen que el precio se situará en los próximos años cerca de los 10.000 dólares la tonelada y quedará en esos valores como una normalidad. De todos modos eso representa más del doble de lo que cuesta extraerlo y procesarlo. Por algo Elon Musk está tan interesado en Argentina”, explicó un especialista muy vinculado a los proyectos de litio en nuestro país.
Los fabricantes de autos de todo el mundo observan constantemente estos movimientos. Hace pocos meses, el exPresidente de Ford Sudamérica, el brasileño Daniel Justo, le contó a Infobae que “por ahora no tiene sentido fabricar baterías en Sudamérica aunque tengamos litio, porque una batería es mucho más que el carbonato de litio y la inversión sería desmedida para la escala de producción de esa región. Por ahora China domina este mercado y aunque dependemos de ellos, es mejor negocio”.
La escala de producción de autos eléctricos es lo que sí tienen Tesla y BYD. Ambas marcas han roto el mercado automotriz del mundo con sus vehículos, relegando a los clásicos fabricantes. Tesla, que anunció para 2025 la llegada de su auto eléctrico accesible con un precio inferior a los 25.000 dólares tiene que decidir pronto dónde y cómo fabricará ese nuevo producto. Por ahora, todo parece indicar que será en Texas y no en México.