La última semana del año comienza con todas las miradas puestas en la primera licitación de los bonos Bopreal que lanzará el Banco Central para que las empresas argentinas puedan enfrentar el preocupante escenario que todavía mantiene en riesgo a algunos sectores. Un ejemplo es la producción de la industria automotriz, cuyas empresas mantiene una enorme deuda con sus proveedores del exterior que se produjo por la falta de dólares en las arcas del Estado.
Estos bonos, que se suscribirán en pesos pero se pagarán en dólares con intereses de hasta un 5% anual y una cancelación máxima en 2027, tienen como objetivo postergar el acceso al mercado de cambios de los importadores y, de esta manera, aliviar la presión sobre el dólar. El “bono largo”, como lo llaman en el sector al que vence en 4 años, sería el ideal para que tomen las automotrices. Pero el Banco Central lanzó otros dos bonos a más corto plazo con un valor final diferente pero que, se espera, resulten más atractivos por su fecha de cancelación, que puedan tomarse para pagar a proveedores externos o para vender en el mercado y generar liquidez de divisas, que son los que estarían dirigidos, por ejemplo, a las empresas autopartistas.
La deuda acumulada del sector es de unos 7.000 millones de dólares entre lo que deben las filiales locales a casas matrices y los fabricantes de autopartes a sus proveedores. Y si bien todos necesitan resolver la situación, toda la cadena se puede cortar por el eslabón más pequeño, esas pequeñas y medianas empresas que no tienen tanta “espalda” para sostener sus deudas en el exterior, y de las cuales depende toda la industria para poder producir sin estrés industrial o interrupciones inesperadas.
“Es importante saber que no son miles de millones. Son proveedores que quizás deben 200.000 o 300.000 dólares, entonces lo que le dijimos al gobierno es que sería bueno que traten de ‘juntarle’ esos dólares que necesitan porque es posible que no podamos arrancar la producción después de las vacaciones que en estas semanas se toma la industria y que en este caso viene muy bien para poder recomponer los stock”, dijo la semana pasada Pablo Sibilla, Presidente y CEO de Renault Argentina. “Si esta situación hubiera ocurrido en junio, podría haber sido un desastre para la producción y estaríamos todos parando o a punto de parar por falta de autopartes”, explicó.
Así fue como los distintos actores de la industria se fueron organizando de acuerdo a sus posibilidades y a los márgenes de producción que les permitían los stocks acumulados. Algunos tenían más reservas y mantuvieron sus fechas originales de vacaciones, pero otros estaban muy justos y prefirieron adelantar el descanso anual.
Ford Argentina adelantó una semana que correspondía a julio de 2024 y la utilizó antes de la asunción del nuevo gobierno. Estuvo parada la producción entre el 11 y el 15 de diciembre, y retomó la actividad el lunes 18. El período de vacaciones comienza el 2 de enero y será de tres semanas, es decir, hasta el 22 de enero de 2024.
Tal como había anticipado Infobae, otras dos plantas adelantaron vacaciones. Son las de Palomar y Ferreyra, las dos fábricas del Grupo Stellantis Argentina, que comenzaron su pausa habitual anual este lunes 11 de diciembre. Este período de cuatro semanas de receso terminará el viernes 5 de enero, regresando al funcionamiento habitual el lunes 8. Además de recomponer stock de repuestos, el adelantamiento de fechas permite trabajar en la línea de montaje del nuevo Peugeot 2008 que se comenzará a fabricar en enero, y cuyas primeras unidades de preserie saldrían en febrero.
También dentro de diciembre comenzaron las vacaciones de la planta Santa Isabel, en Córdoba, donde fabrican tanto Renault como Nissan. El último día de producción fue este 22 de diciembre y también tendrá una duración de cuatro semanas, de modo de retomar la actividad industrial el 22 de enero de 2024.
El resto de las fábricas automotrices empiezan el receso habitual de producción ya en el año entrante. Tanto Toyota, como Ford, Volkswagen y General Motors detienen sus plantas desde el primer día hábil de enero, aunque con distinta duración. Toyota para como es habitual por un período de dos semanas. Lo mismo ocurrirá con la planta de Chevrolet en Alvear, en las afueras de Rosario, donde además del descanso de las líneas, se debe acondicionar la producción para un solo modelo, Tracker, ya que el 29 de diciembre se fabricarán los últimos Chevrolet Cruze.
Al igual que Ford, Mercedes-Benz también entra en vacaciones por tres semanas el próximo 2 de enero en su planta de Virrey del Pino. Volkswagen Argentina, por su parte, se mantendrá como siempre, sin producción industrial durante cuatro semanas que corresponderán al primer mes del año.