Que los autos eléctricos son mucho más pesados que uno similar con motor de combustión interna no es ningún secreto. Que cuanto más pesado sea un auto, mayor será la masa lanzada y la inercia que deberán detener los frenos, tampoco. Ya hace un par de años que desde distintos gobiernos o entes reguladores del tránsito de los países más desarrollados, se viene advirtiendo que si bien los autos eléctricos están cambiando positivamente el ecosistema de la movilidad del mundo al reducir las emisiones contaminantes, también generan un impacto negativo en caminos y medioambiente debido a su mayor peso. Ahora se suma la seguridad.
La batería de un auto eléctrico mediano es aproximadamente de unos 450 kilogramos, lo que hace que un vehículo con esta tecnología tenga un peso cercano a los 2.000 kg. Cuando se habla de autos de mayor capacidad y autonomía, las baterías superan los 600 kilos y los autos, por su segmento y tamaño, terminan pesando entre 2,5 y 3 toneladas. El sobrepeso causó las primeras alarmas en playas de estacionamientos de centros comerciales en China, donde la cantidad de autos eléctricos es muy superior al resto del mundo. Hubo casos en los que las losas mostraron fisuras y hasta hubo algunas que se desplomaron parcialmente.
En Noruega, el país europeo con una tasa de venta de autos eléctricos del 80% contra 20% de vehículos con motores térmicos, el nuevo gobierno Laborista Socialista decidió aplicar una tasa al peso, por la cual se cobran 12,5 coronas noruegas, equivalentes a 1,12 euros por cada kilogramo que supere los 500 Kilos iniciales de cada auto. Si bien este impuesto afecta a todos los vehículos, porque salvo los de un solo pasajero todos los autos pesan arriba de 1.000 kg, impacta especialmente en los eléctricos por el peso adicional de la batería.
La razón esgrimida es el deterioro que estos vehículos causan al asfalto de las calles y rutas, que obligará al gobierno a reducir la vida útil del piso y repavimentar más seguido en comparación con los tiempos históricos. A nivel de contaminación también hay otro cuestionamiento, ya que a mayor peso, mayor desgaste de pastillas de frenos y de los neumáticos, y si bien los autos eléctricos tienen freno motor, la vida útil de las pastillas de freno es un 30% menor porque la mayoría de los usuarios conduce utilizando el freno convencional y no el eléctrico.
Sin embargo, ahora llega un planteo más serio y general, que proviene de Euro NCAP, la organización no gubernamental que se especializa en estudiar a través de pruebas de impacto y de testeos de los sistemas de seguridad activa y pasiva de todos los vehículos que circulan en el continente europeo. Según han revelado en un reciente informe, a partir de cierto peso, los autos eléctricos representan un problema de seguridad, particularmente para los ocupantes de la vía pública.
El estudio está basado en los últimos 11 vehículos que se han lanzado: Volkswagen ID.7, el BMW Serie 5, el Mercedes-EQ EQE SUV, BYD TANG, Kia EV9, XPENG G9, VinFast VF8, smart #3, BYD SEAL-U, Honda ZR-V y Hyundai KONA. La conclusión que emite Euro NCAP dice que hay una “tendencia preocupante en la demanda de los consumidores de automóviles más pesados, más potentes y más altos que no sólo ponen en riesgo a otros conductores sino que también tienen un impacto adverso sobre el medio ambiente. De los 11 coches nuevos clasificados, sólo tres pesan menos de dos toneladas”, destacan.
“Esta es una tendencia que no ayuda ni a la seguridad ni al medio ambiente: los automóviles grandes y pesados generalmente son menos eficientes energéticamente que los pequeños y livianos, y existe una preocupación de seguridad cuando esos dos tipos de vehículos chocan o, peor aún, cuando los usuarios vulnerables de la carretera involucrado”, dijo el Dr. Michiel van Ratingen, Secretario General Euro NCAP.
La NHTSA, la Administración Nacional de Seguridad del Tráfico en las Carreteras de Estados Unidos, ya había hecho una advertencia a comienzos de 2023 respecto a este mismo tema para el tránsito en Norteamérica. “Me preocupa el mayor riesgo de lesiones graves y muerte para todos los usuarios de la carretera debido al incremento de los pesos en vacío y al aumento del tamaño, la potencia y el rendimiento de los vehículos en nuestras carreteras, incluidos los vehículos eléctricos”, dijo en ese momento Jennifer Homedy, Directora de la NHTSA.
A favor de los autos a batería, especialmente los más sofisticados y costosos, podría decirse que tienen un equipamiento de seguridad activa como sensores, radares y cámaras que contribuyen a evitar accidentes, aunque este equipamiento también está disponible para autos con motores de combustión interna, con lo que se neutraliza el argumento. Aun así, hay un ensayo que todavía muchos fabricantes no han pasado con éxito como el de un peatón o ciclista que aparece repentinamente detrás de un auto estacionado en el costado de una calle.
Sin embargo, hay un punto a favor de los eléctricos en comparación con los térmicos y es que el peso está situado en el piso del auto, lo que permite que sean más estables por tener el centro de gravedad más bajo respecto a la posición del motor de combustión en un auto convencional. Además, ante un impacto frontal o un atropellamiento, el peso y la disposición del motor de combustión convierte a la mayoría de los autos “normales” en más peligrosos para el objeto impactado, ya que todo está concentrado precisamente en la parte delantera del vehículo.