La situación financiera de la industria automotriz argentina a partir del 23 de octubre pasado ha dejado de ser preocupante y se ha transformado en crítica. Esa fue la fecha desde la que el gobierno no autorizó más pagos al exterior para cancelar compromisos de las automotrices, pero también de las autopartistas, generando que la cadena de suministros se empiece a interrumpir en algunos casos y esté muy cerca de hacerlo en otros.
En las últimas horas se conocieron distintas situaciones que tienen directa o indirecta relación con el problema. Mercedes-Benz Argentina ha abierto un proceso de retiro voluntario para personal de producción y administración, que explicaron, no tiene que ver con la falta de pagos, sino con un cambio en la demanda de Sprinter de mercados del exterior, especialmente Brasil. Es un proceso que se inició y que está aún en su fase final.
Nissan Argentina está parada desde este jueves y lo estará también hoy, debido también a ajustes en la demanda de exportación. Las operaciones se reanudarán normalmente en la planta de Frontier en Santa Isabel, el próximo lunes 27. En la misma fábrica en Córdoba, Renault Argentina también tuvo que detener esta semana por un par de días una de sus líneas, la de automóviles, por falta de algunos componentes. La línea de Alaskan siguió trabajando normalmente.
Ford ha decidido adelantar las vacaciones previstas para julio de 2024, al próximo lunes 11 de diciembre, al día siguiente de la asunción del presidente electo Javier Milei. El motivo de esta decisión que afectará la producción de la Nueva Ford Ranger, es reacomodar su stock y el de los proveedores, que están al límite desde hace más de 45 días, como ocurre en todas las compañías automotrices. Esa semana de interrupción en la fábrica de General Pacheco permitirá volver a recomponer los buffer de autopartes que permiten producir sin interrupciones repentinas, tanto propias como de terceros.
“Preferimos cortar una semana en forma planificada y reordenar el flujo de insumos importados y para adecuar los stocks de los mismos a niveles eficientes”, comentaron desde la terminal.
“Todas las plantas en las que se fabrican automóviles y utilitarios livianos en Argentina están en la misma situación. Unos toman un camino, otros toman otro, pero todos tenemos un enorme estrés de producción, vamos día a día sin saber cómo será el siguiente. Antes era semana a semana, ahora ya es asegurarnos poder producir los próximos dos días y trabajar para el tercero y cuarto”, confesaron desde la dirección de una de las terminales automotrices.
Este jueves hubo una reunión en ADEFA (Asociación de Fabricantes de Automotores), en la que se analizó la situación global y puntual de las marcas, intentando encontrar soluciones que permitan la continuidad de la producción. Una idea que se busca es intentar que se autorice a utilizar parte de las liquidaciones de exportaciones para cancelar algo de deuda con los proveedores del exterior. La entidad no hizo comentarios al respecto.
“Hace unos meses, cuando teníamos los plazos de pago ya a 180 días, la industria acordó con el gobierno que ese plazo se extendiera a 210 días a cambio de que se redujera para los proveedores, que tienen mucha menor capacidad de financiación de la que tenemos las terminales con nuestras casas matrices. De ese modo se pudo continuar. Pero ahora no les están pagando a ellos tampoco, y por esa misma menor capacidad de acumular deuda que ellos tienen, es que muchos están empezando a quedarse sin insumos o autopartes que vienen del exterior”, confesó un ejecutivo de una fábrica a Infobae.
Abrir las SIRA en septiembre fue una buena noticia en un aspecto, pero pudo ser mala en otro. Lo bueno fue que se permitió que las compañías automotrices pudieran cumplir con los usuarios, que en algunos casos llevaban esperando unidades casi desde un año atrás. La parte mala fue que no las automotrices no habían pagado todavía los autos que habían entrado en los meses anteriores y con esa masiva liberación de importaciones, se aumentó la deuda de cada una, porque un mes después no hubo más pagos con dólares del MULC, es decir los dólares oficiales que debe liberar el Banco Central.
“Esos autos que se liberaron en septiembre nosotros recién tenemos que pagarlos en abril, por lo tanto no es ahora el problema, sino que será a futuro. Pero lo que tendríamos que estar pagando ahora y no lo estamos pudiendo hacer, son los autos que entraron en mayo y junio. Haber tenido parada la entrada de unidades durante julio y agosto, terminó siendo un alivio futuro, porque son los que se debería tener que pagar en diciembre y enero”, explicaron desde otra marca.
“No hay plata, sabemos que están priorizando liberar pagos al exterior para rubros como medicamentos, alimentos y combustibles con prioridad. No tenemos demasiadas expectativas de recibir pagos antes del 10 de diciembre. Creemos que será un problema que deba resolver el gobierno próximo”, dicen resignados en la misma empresa.
Algunos analistas del sector comentan que la deuda con proveedores externos es similar a la que había cuando empezó el gobierno de Mauricio Macri. Una de las formas de resolver la situación actual sería hacer algo similar, es decir pactando con los proveedores externos un plan de pagos con un período de gracias de unos meses para después comenzar a liquidar deuda a través del mercado único y libre de cambios (MULC), aunque con un dólar mucho más alto, lo que sería inevitable y, por supuesto, mucho más costoso para los deudores. Pero eso depende de la política económica que decida el nuevo gobierno.