En tiempos en los que los aumentos de combustible no dejan de golpear los bolsillos, los autos híbridos resultan ser una opción interesante para los usuarios, ya que no sólo consumen menos gasolina, sino que pueden recorrer algunos kilómetros exclusivamente con energía eléctrica.
Desde hace algunos años ya, en el mercado argentino hay varias opciones de autos híbridos convencionales, es decir de aquellos que tienen una pequeña batería de iones de litio que se autorecarga y no requiere que haya que conectar el vehículo a una red eléctrica, tanto sea domiciliaria como pública o privada de mayor potencia y velocidad de carga.
La gran ventaja que tienen este tipo de autos híbridos, es que su precio es muy competitivo respecto a un modelo similar que sólo se propulse por un motor de combustión interna alimentado por combustible derivado del petróleo, ya que el otro modo de hibridación, conocido como PHEV por su sigla en inglés (Plug-in hybrid electric vehicle), tiene más autonomía en su batería pero son vehículos mucho más costosos para adquirir.
Toyota fue el primer fabricante del mundo en poner en el mercado un auto híbrido con su famoso y llamativo Prius, que a lo largo de 26 años, se convirtió en el ícono de esta tecnología, y la piedra basal de la política de contribución a la descarbonización del medioambiente de la marca japonesa, opuesta a la del resto de la industria, que demoró mucho más tiempo en iniciar esos procesos y lo hizo apuntando con mucha más fuerza a los autos eléctricos directamente.
Sin embargo, es curioso cómo a medida que pasa el tiempo, muchos fabricantes han empezado a percibir que el camino a la electrificación será bastante largo y costoso, y que la existencia de etapas intermedias puede permitir a más usuarios comenzar a reducir la huella de carbono a través de los híbridos, a los que más consumidores tienen acceso.
¿Cuánto cuesta un híbrido y en cuánto tiempo se amortiza esa diferencia de precio con el ahorro de combustible? Esa es la ecuación que todos analizan inicialmente, aunque hay un plus que pocos consideran y es que, más allá del dinero y el tiempo que lleve recuperarlo, mientras ese proceso ocurre se está contribuyendo a un planeta menos contaminado.
Toyota es la marca que mayores alternativas de hibridación convencional ofrece en este momento en el mercado argentino con 5 modelos equipados con esta tecnología. El más buscado es el Corolla Cross, que tiene un precio de 22,3 millones de pesos en su versión naftera de 2.0 litros y 170 CV, mientras que la híbrida, propulsada por un motor 1.8 litros y un motor eléctrico que combinados llegan a 122 CV, con un precio apenas superior, de 22,6 millones de pesos.
La prueba de consumo en áreas urbanas dice que un Toyota Corolla Cross 2.0 litros naftero hace unos 9 kilómetros por cada litro de combustible, mientras que la versión híbrida del mismo modelo llega a los 20 kilómetros por litro y hasta puede mejorarla con el modo eco y una conducción muy suave del acelerador además de una correcta utilización del motor de recuperación de energía.
Teniendo en cuenta que el tanque de combustible tiene una capacidad de 47 litros en la versión naftera pero sólo 36 litros en la hibrida, con el motor de combustión interna únicamente la autonomía es de 423 kilómetros mientras que con la asistencia de un motor eléctrico, el mismo auto puede hacer 720 kilómetros. Son casi 300 kilómetros a favor del modelo electrificado, lo que traducido en dinero podría representar unos 15 litros de ahorro, o sea unos $4.000 por tanque, que en una Toyota Corolla Cross naftero está en los $12.784.
La otra marca que está apostando fuertemente por la electrificación parcial más accesible, es decir un híbrido autorecargable y no enchufable, es Ford. Comenzó con el Mondeo que ya no se fabrica, pero luego llegó el SUV Kuga, la pick-up F-150 y finalmente la pick-up Maverick. Con este último vehículo, el motor de combustión interna de ciclo Atkinson que equipa la versión híbrida es un 2.5 litros de 164 CV, que complementado con el motor eléctrico, alcanza la potencia total de 194 CV contra los 253 CV del motor 2.0 litros EcoBoost de la versión naftera. La Maverick Lariat tiene tracción simple, como la versión XLT, pero todo el equipamiento de la versión 4x4 llamada FX4, por lo que la comparación en precio es adecuado hacerla con ambas opciones de pick-up con motor de combustión interna.
La Maverick XLT 4x2 cuesta $20.993.000, la FX4 4x4 tiene un costo de $ 27.464.000 y la Lariat Híbrida 4x2 se ofrece con un precio de $28.738.000. Pero lo interesante es la comparación del precio con el consumo, y por lo tanto el ahorro de combustible de la versión híbrida. Mientras la camioneta de motor de combustión hace 8,3 kilómetros por litro en ciudad o conducción urbana, la versión híbrida llega a los 21,7 kilómetros por litro. También en el caso de la camioneta compacta de Ford, el tanque de combustible es de distinta capacidad. Mientras el de las versiones de motor térmico puede cargar 64 litros, en la híbrida esa capacidad se ve reducida a 57 litros.
Así, la autonomía de las XLT y la FX4 está en el orden de los 530 kilómetros, mientras que la Lariat Híbrida podrá alcanzar una autonomía de 1.235 kilómetros gracias a la excelente capacidad de su tanque de combustible. Entonces, el ahorro de combustible es notable, porque se podrían gastar unos 30 a 32 litros menos por cada tanque, lo que en números actualizados al 1 de noviembre para nafta Súper representaría unos $8.000 menos, tomando como referencia que una Maverick naftera necesita de $17.408 para completar su depósito de combustible.
Manejar un híbrido, de todos modos, requiere de un cierto cuidado en la administración de la potencia disponible. En general hay distintos modos de señalar el consumo y el modo en que se está conduciendo. La tecnología que incorpora Ford en sus híbridos, la misma para todos los modelos, tiene un instructor VE (Vehículo eléctrico), que muestra permanentemente una barra que se completa a medida que se acelera y se consume la energía de la batería. A su vez, esta barra es más larga si la batería está casi vacía y más corta si está casi completa, con lo que es muy sencillo ver cuánta electricidad hay disponible y cuánta se está consumiendo.
En las pruebas dinámicas, es probable que apenas se acelera para salir de un semáforo o de estar estacionado, el motor térmico se encienda para dar potencia. Si se sale con muy poco acelerador, es posible que esto no ocurra y todo se mantenga dentro del rango eléctrico, pero cuando enciende el motor de combustión interna y ya se está rodando, con sólo levantar el pie del acelerador un segundo, el motor de gasolina se detendrá y el vehículo continuará circulando con electricidad.
En el tránsito urbano, los híbridos tienen una autonomía 100% eléctrica de unos 2 a 3 kilómetros como máximo, pero como lo más frecuente es no hacer más de unas pocas cuadras y necesariamente tener que accionar el freno o desacelerar, en ese momento entra en acción el freno motor que regenera energía y vuelve a cargar electricidad en la batería. De ese modo, se pueden hacer recorridos de 5 o 6 kilómetros prácticamente sin consumir gasolina, que es lo interesante de esta tecnología.