La consigna es hacer el ejercicio de un viaje imaginario, entrando a una autopista argentina, circulando algunos kilómetros por la misma y saliendo nuevamente. Podrá parecer una parodia, pero no lo es. Es la vida de un automovilista argentino en el tránsito de las más veloces vías de transporte en automóvil.
Se ingresa desde una colectora con la luz de giro izquierda encendida y se empieza a transitar la zona de acceso a la mano más lenta, la del lado derecho, pero justo antes de entrar, pasa un auto a alta velocidad tocando bocina para alertar de su presencia. Va a 100 km/h en un carril en el que se puede ir a entre 60 y 90 km/h.
Ya adentro de la primera mano, nuevamente con la luz de giro izquierda, a medida que se va aumentando la velocidad se van pasando de a uno a los carriles que van hacia las manos más rápidas, buscando el adecuado para la velocidad elegida para circular por la autopista. Pero de pronto aparece un gran camión por la tercera mano que impide hacerlo, quedando atrapado entre los que están a la derecha y el de la izquierda.
Una vez superado el momento, se llega al penúltimo carril para viajar a 120 km/h por algunos kilómetros, pero cuando todo debería estar bajo control, se alcanza a un auto que circula por este carril a 80 km/h, y mientras se espera que pasen los autos que van superándolo correctamente por su izquierda, otros conductores deciden pasar por la derecha a 130 km/h. El combo es explosivo. En otros países del mundo, serían causales de accidentes en cadena o infracciones. En Argentina, lamentablemente, los conductores están acostumbrados a estas situaciones, a punto tal que ni se sancionan.
“Una vez tuve una capacitación en Europa en la que una de las actividades era manejar 2.000 km en Italia por autopistas”, cuenta Fabián Pons, fundador del Observatorio Vial Latinoamericano (Ovilam) ante la consulta de Infobae. “Lo primero que noté fue que circulaban en exceso de velocidad. Tenían máxima de 110, pero todos iban a una velocidad crucero de 135 km/h. Pero con una gran diferencia respecto al modo de circular en Argentina. Ellos estaban todos puestos sobre la derecha. Se movían para pasarse y volvían a la derecha. Nunca estorbaban en el carril izquierdo. Ellos, como ocurre en casi todo el mundo, hacen un culto de no molestar, mientras que nosotros vivimos molestando”, explica.
La Ley Nacional de Tránsito especifica el modo en que se debe circular por una vía de más de dos carriles. Allí está establecido que se debe circular por los carriles intermedios siempre que no esté libre otro igual a la derecha, se debe transitar por un mismo carril y en el medio del mismo, se debe señalizar el cambio de carril con luz de giro y no se debe estorbar la fluidez del tránsito circulando a menor velocidad que la de operación de su carril. “Básicamente, lo que se dice es que los vehículos se deben ordenar de derecha a izquierda de menor a mayor velocidad”, dice Pons.
Con sólo tomar estas pocas ideas como los principios fundamentales de la circulación en una autopista, ninguna de las situaciones descriptas al comienzo deberían suceder. Aunque lo ideal sería conocer el texto de los artículos 45 y 46 de la Ley de Tránsito, en los que está reglamentada la forma de circular por vías multicarril y autopistas, el sentido común y estas cuatro ideas serían un gran ordenador del tránsito en las vías rápidas.
Tomando a Pons como experto, es conveniente repasar algunos puntos que suelen ser motivos de conflicto, porque muchos automovilistas no tienen claro qué es lo que dice la legislación, escrita en la Ley 24.449 (Ley Nacional de tránsito), pero también en el decreto reglamentario 779/95.
Ingreso a la autopista
“Al entrar en una autopista, hay un cartel de ‘ceda el paso’. Esto nos dice que la prioridad la tienen los que vienen transitando por la misma”, dice el experto. La explicación es nuevamente una cuestión de sentido común, ya que quien ingresa lo está haciendo a menor velocidad y con la posibilidad de esperar la ocasión para completar la maniobra, ya que el carril de incorporación es suficientemente extenso.
En cambio, si quienes vienen circulando por la autopista a velocidad constante tuvieran que frenar en cada acceso para que entren otros autos, podrían provocar accidentes detrás suyo. Siempre hay que considerar que una frenada en una autopista tiene un efecto multiplicador hacia atrás en el flujo del tránsito.
Cambio de carril
La advertencia de cambio de carril se debe hacer con la luz de giro, pero en el decreto reglamentario se ha incorporado una aclaración importante. La luz de de giro se debe realizar con una antelación mínima de cinco segundos.
“Esto es algo que muy pocos conocen y suele ser motivo de discusiones de auto a auto, ya que muchos conductores colocan la luz de giro e inician la maniobra inmediatamente, sorprendiendo en muchas ocasiones a quienes vienen transitando por el carril al que desean acceder. No se trata de decir ‘yo puse la luz de giro’, sino de entender que es necesario mirar el espejo antes de hacer una maniobra de ese tipo. Cinco segundos alcanzan y sobran para hacerlo correctamente”, explica Pons.
Uso del carril rápido
Una de las situaciones más comunes de encontrar en una autopista es ver una larga fila de vehículos a baja velocidad por el carril izquierdo y otra gran cantidad superándolos por los carriles de su derecha. Exactamente lo contrario de lo que debe ocurrir.
La ley dice que el carril extremo izquierdo se utiliza para el desplazamiento a la máxima velocidad permitida por la vía y a maniobras de adelantamiento. “Si la velocidad máxima es 130 km/h, en ese carril sólo se puede circular a esa velocidad. Aquellos que circulen a 120 km/h deben ocupar el carril inmediato hacia la derecha. Si uno se encuentra un auto que va a menor velocidad, no hay que pasarlo por la derecha, hay que hacerle señas para que se corra al carril que corresponda”, dice Pons.
Vehículos de gran porte
Los camiones y autobuses no pueden ir por cualquier mano en una autopista. Según el texto de la ley, deben circular únicamente por el carril derecho, permitiéndoseles que utilicen el inmediato de su lado izquierdo para sobrepasos. “Efectivamente, no pueden circular más allá del segundo carril desde la derecha, algo que reiteradamente se comprueba que no ocurre, ya que es frecuente verlos en el tercer y cuarto carril superando a vehículos más lentos o yendo a la par y ocupando tres manos simultáneamente”, enfatiza el directivo de OVILAM.
Tampoco está permitido que se detengan en la banquina a bajar o subir personas, una práctica muy común en el tranporte de pasajeros, tanto de media como de larga distancia. Eso se debe hacer en las dársenas diseñadas para tal fin.
Propulsión humana y tracción a sangre
Es frecuente encontrar grande caravanas de ciclistas en la mano derecha de algunas autopistas. Se sabe que la tracción a sangre no está permitida, pero la ley hace una diferenciación interesante.
“La reglamentación especifica que no se puede transitar por una autopista con un vehículo propulsado por el conductor. Es importante saber que este inciso, el b del artículo 46, hace esta diferenciación para encuadrar puntualmente a los ciclistas. En una autopista no está permitido transitar con bicicletas”, aclara Pons.
Carril de emergencias
Para muchos automovilistas, encontrarse un rombo pintado en el asfalto del carril central con una letra E en el interior quizás no tiene ningún significado. Pero lo tiene y es muy importante. Ese es el carril de emergencias, que se debe dejar libre en caso de una repentina detención del tránsito, presumiblemente por un accidente, para que los servicios de asistencia puedan llegar rápidamente al lugar. Se utiliza el carril central porque desde allí se puede acceder a un accidente tanto si ocurrió en la mano izquierda como en la derecha.
“Lamentablemente, hay un profundo desconocimiento de este tema. Es necesario educar a las personas para que ese carril se deje libre en caso de accidentes, y eso no está ocurriendo. Hay que hacer campañas para concientizar a los conductores, porque seguramente si dejásemos libre el carril central ante un embotellamiento, no van a faltar los que se metan en ese lugar libre para adelantar a todos los que están parados, así como se pegan atrás de las ambulancias para que les abran camino”, dice Pons.
Y concluye con algo que pone en contexto el desconocimiento de las leyes de tránsito: “es la pérdida de valores culturales de la que siempre hablamos. El respeto al prójimo, que es en lo que se basan las leyes de tránsito. ‘Yo ando por donde se me da la gana y si no te gusta pásame por arriba’, te dicen. Y es porque en nuestro país, incluso más allá del tránsito, se ha perdido el respeto al prójimo.”