Cuando el martes 5 de septiembre se acordó el programa de Precios Justos para la industria automotriz argentina, se estableció que cada una de las 9 marcas que fabrican en el país debían asignar al programa del Ministerio de Economía un modelo que mantendría el precio congelado hasta el 31 de octubre, luego de una actualización que se haría efectiva en esa misma primera semana de septiembre.
En la práctica, el congelamiento de precios no llega a los 60 días sino algunos menos, pero ante una inflación del 12,4% de agosto y la que se espera para septiembre en valores similares, mantener el precio de un automóvil hasta que empiece noviembre, siempre es una buena noticia.
Hubo marcas que colocaron un modelo con una producción menor o con un volumen bajo de unidades importadas, por lo que con un promedio de entre 50 y 60 concesionarias en todo el país, distribuir entre 100 y 300 vehículos en dos meses dejaba verdaderamente pocas unidades para cada uno.
“Nos dijeron que si alguien viene a comprar un auto de Precios Justos, se lo vendamos y lo pidamos, pero no tenemos unidades asignadas”, dice un concesionario oficial de CABA. En cambio, en algunas fábricas tienen claro que esos autos tienen otros destinatarios. “La prioridad la tienen los clientes que estaban en espera de unidades. Si ellos no los aceptan, se ofrece a los siguientes en la lista de espera”, comentan ante la pregunta de Infobae.
Otras marcas tomaron una decisión distinta, colocando mayor cantidad de unidades en el programa de la Secretaría de Comercio, para realmente utilizar la oportunidad como un modo de llegar con una buena oferta a nuevos clientes. El caso más representativo de esta situación es el de Fiat, que colocó la versión Like 1.3 MT en 8,8 millones de pesos con una cantidad de unidades cercana a los 1.000 autos para ambos meses. Si se tiene en cuenta que Cronos vende unos 4.500 autos por mes entre sus 4 versiones, la apuesta es grande.
Pero más allá de la oferta que hacen unos y otros con el programa de Precios Justos, lo que realmente esperaba el mercado era que, como consecuencia directa de este acuerdo se generara mayor fluidez en las operaciones, algo que comenzó a ocurrir, aunque no en la medida de lo esperado.
“No volvieron a liberar más SIRA desde comienzos del mes. Tuvimos un cupo que compensó buena parte de lo atrasado pero no por completo. Esperamos que ahora, en la última semana de septiembre habiliten más permisos. Las entregas empezaron a moverse pero todavía hay demoras grandes. Fueron muchos meses de permisos a cuentagotas”, dice el ejecutivo de una de las terminales que fabrica un gran volumen en el país, pero trae muchos modelos de Brasil.
Pero el problema no era sólo la paralización de las SIRA sino de los plazos de los pagos de los dólares oficiales necesarios para cancelar deudas en el exterior. “Eso sigue igual. Pagar a 180 días es algo casi insostenible, entonces el proveedor te corta la cuenta corriente y no manda mercadería. Tenés las SIRA pero no tenés la mercadería porque perdiste el proveedor”, explican desde otra terminal argentina.
La semana pasada, Renault y Nissan tuvieron que parar la producción en Santa Isabel, un par de turnos por falta de piezas. No es la única automotriz que tuvo que tomar una decisión similar. Dependiendo de la pieza que no hay en stock, es posible continuar con el ensamble de los modelos y sacarlos de la línea de producción con faltantes, lo que impide la entrega de las unidades pero no interrumpe la fabricación. Algo similar ocurrió con Peugeot y Citroën para sus furgones Partner y Berlingo hace un par de meses, y actualmente con Volkswagen, que en este momento está con la producción de Amarok y Taos detenida, ya que utilizarán la “Planta Pacheco para retrabajos de piezas que requerían ajustes y otros ajustes en el proceso productivo, lo que nos permitirá reducir el circulante de unidades y facturar todo antes de fin de mes”, según explica oficialmente la marca.
Esto se traduce en reingresar vehículos que habían salido con faltantes de piezas y que no podían entrar a la cadena de distribución de la red de concesionarios por ese motivo. Estratégicamente, en un mes en el que las ventas parecen estar retraídas respecto al mismo momento del mes pasado, es una medida que toman las compañías para cerrar septiembre con mejores números de registraciones.
Por esta razón, no está del todo claro cómo serán los números de ventas de septiembre. Algunas marcas, incluso de fabricación de modelos masivos en la Argentina, han bajado sus objetivos de patentamientos de unidades cero kilómetro al 60% de lo que le pidieron a los concesionarios en agosto.
“Hay dos razones. La primera es que el dólar estuvo medio planchado estas semanas y eso genera menos operaciones ‘oportunistas’. Esto lo podemos confirmar con la leve suba que tuvo el dólar blue en estos últimos días. Subió un poco y ya aparecieron los que vienen a pagarte un auto y están dispuestos a pagar incluso un sobreprecio de un 30% para tenerlos con entrega inmediata. La otra razón es que se ha apostado fuerte a la exportación más que al mercado interno debido a la situación económica para los consumidores locales. El mercado no sentirá en absoluto el programa de Precios Justos en los números de ventas. Son volúmenes, en general, muy pequeños. Probablemente veamos reflejada esta situación en los números de producción y su comparación con los de ventas de autos nuevos. Quizás se fabriquen similares unidades, pero aumenten las que van a mercados externos”, confiesa el propietario de una cadena de concesionarias del interior del país.