Para cualquier amante de los autos, hay lugares emblemáticos e irreemplazables. Maranello, Stuttgart y Detroit probablemente sean los más famosos y representativos, por ser las casas de Ferrari, Mercedes y de los tres grandes de la industria norteamericana: Ford, General Motors y Chrysler, que hoy es parte de Stellantis tras su fusión con Fiat hace 9 años, en octubre de 2014.
Aunque su presente está muy lejos de su rica historia industrial para el mundo del automóvil, a Detroit se la sigue considerando la “Capital mundial de la industria automotriz”. Allí nació el Ford T, el primer auto fabricado en serie y de alcance masivo del mundo, y sus casi 2 millones de habitantes tenían directa o indirectamente, relación con el mundo de los autos.
Sin embargo, en Michigan está surgiendo, o intentando surgir para ser más precisos, un nuevo polo de producción y desarrollo que tiene a la electricidad y la tecnología como las bases esenciales de los autos del futuro. Durante el pasado Salón del automóvil de Detroit, una extensa conversación de un grupo de periodistas argentinos con Darren Palmer, Vicepresidente de Ford Model e, la división exclusiva para la movilidad eléctrica del óvalo, permite descubrir las razones de esta apuesta en un mercado en el que, aunque sólo sea por tradición, los motores petroleros deberían ser el bastión que todos defiendan a ultranza.
Pero incluso si todos coincidieran en que el problema es el combustible fósil, existen también opciones de movilidad sustentable que mantienen los motores de combustión interna pero funcionando con hidrógeno o combustibles sintéticos.
Sin embargo, la elección es la electricidad, y Palmer, desde su lugar de experto, es la persona adecuada para responder respecto a algunas cuestiones controversiales de esta tecnología. Algunas son ideas o prejuicios sin mayores argumentos. Otras tienen una base científica pero hay una respuesta que escuchar.
“Si no creyéramos que esta es la mejor opción, no hubiéramos invertido 12.500 millones de dólares en la fábrica más grande que he visto en mi vida en Tennessee, (Blue Oval City SK) con tres plantas de baterías para producir cientos de miles de camionetas eléctricas”, comienza diciendo Palmer.
El ejecutivo de Ford no escatima en entusiasmo, su pasión por esta tecnología lo lleva a tomar un atajo y tratar de hacerse entender con un ejemplo de la vida cotidiana, lejos de los autos eléctricos. “Hago este ejercicio cuando hay que hablar de la movilidad eléctrica. Suelo pedir que levante la mano aquel que haya conducido un auto eléctrico alguna vez. Y tengo comprobado que menos del 5% de la gente levanta la mano. Entonces esto es lo que aprendí”, dijo Palmer.
“Es como un iPhone. Cuando salieron, yo lo vi y dije: sé lo que es, pero necesito un teclado. Ya sé lo que es. Pero entonces alguien me dijo: ‘Es asombroso, deberías mirarlo’. Así que entré a una tienda, elegí uno y jugué con él durante 20 minutos. Salí y comprobé que pensé que sabía, pero no sabía nada. Me lo compré y una semana después sabía que nunca más lo dejaría. Con los autos eléctricos es igual. En Estados Unidos las personas suelen tener un par de autos. Así que no es para todos los usos, en todas partes y todo el tiempo. Pero lo solucionan de otras maneras. Sin embargo, el 98% nunca dejarán de tener el auto eléctrico”, aseguró.
“Los humanos son tan resistentes para cambiar que lo único que ven son las barreras. Con el auto eléctrico se hacen todo tipo de planteos para justificar su negativa al cambio. El cargador, qué pasa si hace frío o si llueve, si se puede incendiar. Todas cosas que te olvidás después de un mes de usar uno”.
Palmer detalló que en invierno la temperatura del auto se ajusta cada mañana y que pierde en eso menos del 5% de autonomía. siempre hablando de Michigan una ciudad en la que suele hacer temperaturas de 20 grados bajo cero. “Y eso que mi F-150 Lightning es demasiado grande y se queda afuera. Pero aun así, precalienta la batería a 15 ó 16 C, lo que lo lleva a su rango óptimo y luego precalienta el automóvil. Así que cuando entro casi no uso nada energía para calentar el coche y la batería. Ya está óptimo. Entonces todo el miedo de que no funcione en el frío es un completo mito”, contó.
La argumentación sigue pasando a otros temas menos trascendentes que la autonomía, como son el confort o la sensación que se siente al trasladarse en un auto eléctrico.
“Es más rápido que la mayoría de los autos potentes jamás vendidos. Es más rápido que lo que la mayoría de los Shelby jamás fueron. Pero además es completamente silencioso. Acelero de 0 a 100 km/h y es todo silencio”, graficó Palmer.
La vida útil de la batería es otro de los temas que siempre se discute. No por nada, los fabricantes sugieren que se cargue entre el 20% y el 80%. Aquí entra en la conversación Klauss Mello, un ingeniero brasileño que ha trabajado en el desarrollo de la Ford F-150 Lightning y reside en Dearborn ya que trabaja en los cuarteles generales de Ford Motor Company.
“Nosotros aseguramos una garantía de las baterías de 10 años, y esto implica que los usuarios las puedan cargar con todo tipo de cargadores: domésticos, públicos de mayor potencia y supercargadores. Cargar las baterías con alta potencia no daña la vida útil. En cambio, sí hacemos la recomendación de llevarlas hasta el 80% y no el 100 por ciento. La máxima capacidad de carga se recomienda sólo para viajes, pero la tecnología de las baterías cambia y la evolución es permanente. Cargar siempre en estaciones de alta velocidad ya no es un problema”, dijo ante la consulta de Infobae.
Quedó latente la respuesta sobre por qué no hacer autos con motores térmicos y propulsarlos con e-fuels.
“El alto costo cambiará con el tiempo, pero un auto con motor térmico requerirá mantenimiento, hace ruido, emite gases y es ineficiente. A mí también me gusta el ruido. Tengo un Mustang R, un auto increíble y muy analógico con el que hago cambios manuales. Pero es lento. Simplemente se siente lento después de conducir mi F-150 Lightning”, comentó entre risas.
“No renuncio a la comodidad, a la eficiencia, a la velocidad, al silencio, a no tener que ir al taller y a las estaciones de servicio. No voy a renunciar a todo eso por 15 o 20 minutos que tenga que parar cada vez que hago un viaje largo. Es ridículo”, cerró el ejecutivo de Ford.