La Ley 24.449 es la Ley Nacional de Tránsito de la República Argentina. Es la “constitución” donde se especifica cada detalle que debe conocerse referido a la interacción entre las personas y los vehículos en la vía pública, desde velocidades y giros hasta señales de tránsito. Todo está escrito. Pero muchas de esas normas no son respetadas, algunas por desconocimiento, otras por desidia. El uso obligatorio del cinturón de seguridad es una de esas normas que muchas personas ignoran, y es uno de los principales causales de muerte en accidentes viales.
El texto de la norma dice que todos los ocupantes deben tener colocado su “correaje de seguridad”, ese es el término exacto de la norma. Automáticamente, la cantidad de cinturones es la que limita la cantidad de personas que deben ir a bordo. Ese es uno de los primeros errores de muchos conductores, creer que si atrás entran cuatro o cinco, amparándose en que a veces son chicos, y por su menor contextura física se pueden amontonar y todo estará bien.
Sin embargo, ese error conceptual no es caprichoso, porque hasta hace muy poco tiempo, aunque en las plazas traseras hubiera lugar para tres personas, no todos los autos tenían el tercer cinturón, ya que no estaba reglamentada la presencia de pasajeros en el asiento central.
“A partir del 1 de enero de 2022, con la obligatoriedad de que todas las plazas tengan apoyacabezas, automáticamente todos incorporaron el quinto cinturón de seguridad coherentemente”, dice Fabián Pons, experto en Seguridad Vial y creador del Observatorio Vial Latinoamericano (OVILAM).
Pero el uso del cinturón de seguridad no es un tema de obligatoriedad en la ley o no, sino que esa es la consecuencia de la verdadera razón de su función, que es la seguridad de los pasajeros. Y este es otro de los puntos que muchas personas no sólo desconocen sino que suelen minimizar, especialmente cuando se plantea la utilidad de que lo lleven colocado las personas que ocupan las plazas posteriores de un auto.
“Ese es un falso mito”, dice Pons. “Lo que la gente no tiene en cuenta son las inercias. La persona que está suelta, en cualquier posición del vehículo, no solamente se va a lastimar él en caso de un accidente, sino que va a lastimar a los demás ocupantes del habitáculo. Para que se tome noción de lo que se está diciendo, hay que tener en cuenta que en un choque a 60 km/h, cualquier objeto suelto dentro de un auto genera una fuerza equivalente a 17 veces su propio peso. Entonces, sin cinturón de seguridad, una personas va a salir proyectado en la dirección del impacto, hacia adelante o hacia un costado, con esa fuerza”.
Es muy común que ante un accidente lateral contra un elemento contundente como puede ser un árbol o una columna, si quienes ocupan el asiento trasero no llevan cinturón de seguridad, sus cabezas puedan golpearse entre sí, lo que a veces resulta en lesiones leves, pero puede provocar el fallecimiento de uno o de ambos involucrados.
En el asiento del acompañante se dan dos situaciones distintas que potencian el peligro implícito de un accidente de tránsito si no se lleva colocado el cinturón de seguridad. Dependiendo del auto y de la magnitud del impacto, el pasajero de la butaca delantera derecha puede salir despedido hacia el parabrisas con serio riesgo de romperlo y salir del habitáculo con las consecuencias imaginables, o de chocarse con el airbag, la bolsa de aire que desde el año 2014 es obligatoria en ambas plazas delanteras de los autos en Argentina.
Como la mayoría de los autos actuales tienen doble airbag, no usar cinturón implica que ante un accidente frontal, habrá dos fuerzas que se cruzan a mitad de camino. El cuerpo que va hacia adelante y el airbag que se infla con un sistema pirotécnico hacia atrás.
“Sin el cinturón, el airbag causa serias heridas en el pasajero. En lugar de ser una protección, va a ser un elemento que lastime. Para que se entienda, el nombre técnico del airbag es SRS, que significa “Sistema de retención suplementario”. La explicación es muy simple, el airbag complementa la acción del cinturón de seguridad. Es un tándem. No podés usar airbag sin cinturón. No hay discusión sobre el tema”, dice el experto.
No usar cinturón de seguridad, tiene además otra consecuencia que muchas personas desconocen, que es la responsabilidad del conductor. Pons pone especial énfasis en este punto al decir que “en caso que haya lesionados o fallecidos por no utilizar cinturón, la responsabilidad legal recae sobre el conductor, que puede ser demandado por las personas lesionadas o por los familiares de los eventuales fallecidos. Si sos el conductor de un vehículo, no arranques si todo el mundo no se puso el cinturón de seguridad. Y si sos un acompañante, no comprometas al conductor y colocátelo correctamente”.
Justamente ese es otro de los puntos en los que hay que hacer hincapié. ¿Cómo se coloca de modo correcto el cinturón? ¿Hay una forma buena y una mala?
“El cinturón tiene máxima eficiencia cuando toma zona ósea del cuerpo humano. Si toma tejidos blandos, no sólo pierde efectividad sino que puede lastimar. La parte superior tiene que tomar el centro de la clavícula, que es un hueso fuerte, y en cuanto a la banda pélvica, sin vergüenza ni disimulo, hay que levantarse la panza si uno la tiene, acomodar en forma plana la banda pélvica sobre las caderas, y una vez que está apoyada en las crestas ilíacas, que es una de las zonas más resistentes del cuerpo humano, tirar de la banda pectoral de modo tal que se tense. No perderemos movilidad alguna porque el sistema retráctil nos permite mover el torso”, explica Pons.
Por último, dos malos hábitos que están asociados al cinturón de seguridad, pero no al hecho de no usarlo sino a la confianza de creer que por tenerlo colocado se puede hacer cualquier cosa en el asiento del acompañante. La primera es una pésima pero muy frecuente costumbre de colocar las piernas arriba del tablero cuando se está viajando, por ejemplo de vacaciones. La segunda, reclinar el asiento del acompañante y dormir recostado durante el viaje.
“Con las piernas arriba del tablero, si llega a producirse un choque, como el airbag del acompañante es mucho más grande que el del conductor, al activarse pliega las piernas como un sándwich, las parte por la mitad, es una imagen muy fuerte al verla y lamentablemente se ve con frecuencia. En cuanto a reclinar el asiento en viaje, ese es otro error común. El asiento es reclinable para estar detenido, no para viajar. Si se quiere dormir, hay que hacerlo sentado y con el cinturón colocado correctamente, porque en caso de un impacto frontal, quién está recostado pasa por abajo del cinturón de seguridad en algo que se denomina “efecto submarino”, porque la persona termina hecha un ‘paquetito’ de unos 90 cm de altura, con los fémures a la altura de los hombros. Se descaderan”, finaliza Pons.
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