La falta de dólares tiene atrapados cientos de automóviles importados en los grandes playones de la Terminal Zárate, que llegaron al país pero no se liberan para que entren al mercado. La mayoría son autos que traen las fábricas radicadas en el país, para ofrecer dentro de su portafolio de modelos generalistas en un mix con autos producidos localmente. Otros, son importados por marcas que no tienen fábricas en Argentina, como por ejemplo ocurre con las alemanas premium o las chinas.
Los permisos de importación (SIRA) tienen que cumplir dos instancias. La primera es conseguir la aprobación para la transacción en sí misma, y la segunda es la liberación de los dólares oficiales, los dólares del MULC (Mercado Único y Libre de Cambios) para que el comprador o importador, pueda hacer el pago efectivo al proveedor del exterior. Ese plazo se ha ido estirando en el tiempo, y hoy está por encima de los 180 días. En el caso de las fábricas de autos, este segundo paso es un poco menos complicado porque se realiza a otras filiales propias, por ejemplo en Brasil, con lo que podría decirse que es una financiación interna, que tiene mayor elasticidad. Es como una cuenta corriente.
Pero cuando se trata de traer vehículos importados por una empresa que no fabrica en el país, el tema es más complicado, y por esa razón se ha empezado a utilizar el sistema de pagos con dólares propios, con lo que no debería existir ese freno de liberación de permisos, ya que el Banco Central no necesita liberar dólares oficiales.
¿Pero qué pasa con los autos chinos a partir del acuerdo del Gobierno argentino para poder operar directamente con yuanes, como un salvoconducto para no tener que utilizar los escasos dólares que hay en las reservas y los numerosos compromisos pendientes?
“Hubo marcas que operaron con yuanes la mayoría del tiempo, pero desde hace años que operaban con yuanes. Y después hubo una ‘rachita’ donde sobraban los yuanes, no tenían destino, porque en realidad el préstamo era para compras en China, y algunas marcas pudimos ingresar algunos autos y hacer algunos pagos en yuanes. Pero eso después se puso difícil”, dice Hugo Belcastro, importador de la marca BAIC y Presidente de CIDOA (Cámara de importadores y distribuidores oficiales de automotores) ante la consulta de Infobae. “Hoy por hoy, en realidad, no están saliendo los permisos en yuanes”, completa el empresario.
“Las restricciones son dos. Una es poder ingresar la mercadería y otra es poder pagarla. Y con dólares propios tampoco están saliendo aprobaciones al ritmo que lo hacían. Salen muy escasas ahora. Con yuanes está parejo a los permisos con dólares propios, son escasas. Con dólar de acceso al MULC, si se aprobara alguna, que es difícil, sale con una fecha de pago a 195 días, que dentro de 195 días uno no tiene idea de cómo va a estar el tipo de cambio oficial. Si va a haber cambio oficial o no. Hoy diría que es lo menos conveniente. Es un modo de una incertidumbre fenomenal. Más vale pagar con dólares propios, aunque el mercado se achica un poco, porque evidentemente eso va al precio”, explica Belcastro.
Con el sistema de importación de dólares oficiales la complicación es doble para los importadores que no fabrican. “Los pasos a seguir son primero ingresar los vehículos, después vender en pesos y acumular esos pesos con una tasa de interés alta pero que no necesariamente acompaña al tipo de cambio, y 195 días después, con una montaña de pesos que se acumularon por la venta de las unidades que uno despachó, debería tener acceso al MULC y poder pagar las unidades. Es muy riesgoso, porque uno se queda con pesos, y la obligación que tiene con el proveedor es en dólares, en yuanes, o en euros, depende el origen, pero para el caso es lo mismo”, explica Belcastro.
“En cambio, con el dólar propio uno se sacó la obligación de encima y cuando sale la SIRA simplemente despacha los autos y asunto terminado. Bajo este sistema no podemos decir que hace 50 días que no salen. Sí salen, lo que no tienen es regularidad. Pero con dólar propio están saliendo, y con yuanes también, algunas semanas salen, otras no sale ninguna, después vuelven a salir”, concluye el presidente de la cámara que aglutina a todas las marcas que traen autos del exterior pero no producen en Argentina.
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